Lunes en la Ciencia, 3 de diciembre del 2001


 
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Patricia Ostrosky Shejet

ADN, la herencia más valiosa de los humanos

ostroski_patricia_r2La herencia más valiosa que transmitimos de un individuo a otro no son los bienes materiales ni la riqueza intelectual sino nuestro material genético, afirma Patricia Ostrosky (México, DF, 1949), especialista en el estudio de esta área.

Cómo, por qué y qué sucede cuando se daña el ADN ųla llave de la vida, dirían algunosų, son parte de las preguntas básicas de la genética toxicológica, área relativamente reciente en México (1968) que la doctora Ostrosky describe en su laboratorio del Departamento de Genética y Toxicología Ambiental ųque ella dirigeų del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

El ADN (ácido desoxirribonucleico) puede ser dañado por factores físicos, químicos y biológicos. Entre los físicos los factores nocivos más conocidos son los rayos ultravioleta (que son parte de la radiación solar). La mayoría de nosotros, agrega la investigadora, estamos expuestos a la radiación solar cuando tomamos el sol, y quienes tienen la piel con menos melanina, es decir más blanca, tienen más riesgo de daño al ADN.

En cuanto a los químicos, Patricia Ostrosky dice que se calcula que hay alrededor de 5 millones de sustancias en el exterior y que estamos expuestos a varias de ellas, además de sus múltiples combinaciones.

Debido a la gran variedad de sustancias que pueden dañar el ADN, la especialista ha optado, en lugar de utilizar estudios epidemiológicos que duran varios años o investigaciones en animales "que luego son difícil de extrapolar al humano", otra forma de estudio llamada epidemiología molecular.

El propósito, explica la doctora Ostrosky Shejet, es entender lo que sucede en el material genético de individuos expuestos a condiciones laborales o ambientales riesgosas, a través de sus células con marcadores de exposición biológicos

ostroski_patricia_7zLa maestra en genética humana de la Universidad de Tel Aviv y doctora en farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM ha hecho diversos estudios en grupos de riesgo como los expuestos al confinamiento de desechos industriales en San Luis Potosí, y entre los más recientes, un estudio sobre los efectos del uso del DDT y otro sobre los riesgos de exposición del benceno en los despachadores de gasolina, comparados con trabajadores de otras ramas.

Patricia Ostrosky dice como para sí misma que hasta parece un gusto investigar siempre temas que ponen de por medio muchos intereses económicos y políticos, pero por encima de ello, subraya, existe un doble propósito que ha logrado su trabajo: es que al estudiar a distintos grupos de poblaciones ųaunque pequeñasų se les despierta la preocupación y toman medidas de protección .

"Entre mis amores y odios", dice la especialista, se encuentra el arsénico, la sustancia tóxica que más ha estudiado, ya que hay varias zonas de la República donde hay agua contaminada con esta sustancia "en cantidades que no matan nomás tarantan", pero que generan señales de alerta, ya que el arsénico produce cáncer.

Sin embargo, a pesar de los riesgos por exposición a tóxicos, Patricia Ostrosky dice que no todas las pruebas de detección han sido adecuadas, lo que da como resultado notas publicadas que anuncian que todo produce cáncer, por lo que en lugar de que la gente se proteja, mejor deja de importarle.

Frente a ello, Ostrosky y sus equipos han trabajado en métodos más específicos. "Es fascinante poder ver ya no sólo el daño que ocurrió en una pared. Ahora podemos ver la ubicación del ladrillo y tratar de estudiar los mecanismos de daño y de reparación".

Otro estudio en el que la investigadora participa es en establecer un método barato y fácil para monitorear niños que se encuentran expuestos a distintos factores que presentan un riesgo en varios lugares del país. Por ejemplo, agrega, en Ciudad Obregón hay niños expuestos a pesticidas o en Tabasco a productos derivados del petróleo, entre otros. (Mirna Servín Fotos: Alejandro Meléndez)

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