LUNES Ť 3 Ť DICIEMBRE Ť 2001
JAZZ
Antonio Malacara
Luiz Márquez y su etnojazz
DESDE SU SEDE en Bruselas, Bélgica, Mezcal acaba de sacar su tercer disco compacto: Izcalli. Un nuevo experimento con aires mexicanistas, en el aliento de un músico con todo el tiempo, todo el talento y todo el corazón en el sonido de una cultura específica que echa mano de la universalidad del jazz.
ƑDE QUE DIABLOS estamos hablando? De Luiz Márquez y su etno-jazz.
EN 1974, LUIS Gerardo Márquez impresionaba a todo México como saxofonista y armoniquero del grupo Arbol. Con una sensibilidad desbordada y pacheca atacaba los sonidos del boogie y el rhythm & blues como ninguno. Arbol era un jam perpetuo, una sesión permanente en la que la improvisación era la razón del ser y el estar. Nunca grabó un solo disco, pero su influencia ha trascendido hasta nuestros días y cualquiera que se precie de haber vivido el rock nacional de los setenta sabe de qué estamos hablando.
ENTRE LOS GRANDES músicos que desfilaron por esta banda podemos recordar a Alex Anaya, Víctor Illarramendi El Peludo, Luis Pérez, César Cal, Polo Ladrón de Guevara, Lalo Toral, Luis Rojas, Norma Valdez, Mayita Campos, el Hitler, y hasta Paco Gruexxo, que por un tiempo cantó teniendo a Arbol como grupo de acompañamiento.
SIN EMBARGO, LA veta musical y el sentido artístico de Luis Gerardo lo llevaban a hurgar en otras dinámicas. A fines de los años setenta integra el trío Verónica, con César Cal y Polo Ladrón de Guevara en las guitarras españolas y él en los saxos soprano y alto; el son abajeño, la música flamenca y el jazz se fusionaban con elegante pesadez, en una factura extremadamente adelantada para su tiempo. Ya en los ochenta, Luis convoca a una veintena de músicos (quince metales) y da vida a la banda Ebbó, un fugaz minotauro que llegara a la final de primer (y único) concurso de jazz convocado por la UNAM.
HACE 18 AÑOS, el artista se casa y se va a vivir a Bruselas, donde empieza a talonear día y noche, a mostrar credenciales, a tocar puertas hasta derribar las murallas de Jericó y del racismo a punta de saxofonazos. Y aconteció que a la séptima vuelta, el sacerdote tocó el saxo y entonces el muro empezó a desplomarse (mexicanos 6:19).
AHORA HA ABREVIADO su nombre a Luiz Márquez, ha ensanchado su arsenal tímbrico con varios instrumentos prehispánicos y ha bautizado su proyecto de vida como Mezcal.
"MEZCAL NO ES un grupo -nos comenta Luiz desde Bélgica-, es un movimiento, como lo fue Arbol en su tiempo. Muchos músicos de por acá han colaborado y siguen colaborando conmigo. El verano pasado tocamos en Holanda, Francia, Alemania y Luxenburgo. Y te seré honesto, prefiero tocar en pequeños teatros y no en grandes aglomeraciones. Me he reventado tanto, que ahora las multitudes me dan fobia. Qué locura, Ƒverdad?
"EL NUEVO DISCO lo grabamos en varios monumentos de por acá y de México. El año pasado que nos vimos, acabábamos de regresar César (Cal) y yo de grabar en la catedral de Texcoco; igual lo hicimos en Michoacán y en otros lados. Este proyecto lo quise grabar así; ningún track lo hicimos en estudio... no loops, no efectos electrónicos, no sintetizamierdas; las atmósferas son creadas con instrumentos acústicos."
LUIZ MARQUEZ LLEGARA este diciembre al Distrito Federal para presentarnos su material, y lo acompañará su hijo Renato, de 16 años, quien intervino en el disco y que además toca el violín en la Orquesta Filarmónica Nacional Juvenil de Bélgica. A'i les platicaremos después.