LUNES Ť 3 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť Presentó en la fiesta editorial Las tradiciones de la imagen: notas sobre poesía mexicana
La FIL y la Cátedra Alfonso Reyes, excepciones al espanto del centralismo: Carlos Monsiváis
Ť El escritor se parece a sus gatos, cuando uno menos lo espera da el zarpazo, lo define Elena Poniatowska Ť El nuevo libro, resultado de un curso en el Tecnológico de Monterrey
CESAR GÜEMES ENVIADO
Guadalajara, Jal., 2 de diciembre. Poco a poco, anécdota tras anécdota, improvisando bromas, recordando chistes, Carlos Monsiváis habló de lo que quizá más le gusta hablar: de poesía. Su charla, una de las más esperadas dentro de los ya últimos actos de la FIL que este domingo llegó a su fin, partió de la presentación de su libro Las tradiciones de la imagen: notas sobre poesía mexicana, correspondiente a los Cuadernos de la Cátedra Alfonso Reyes y publicado por el Tecnológico de Monterrey y Ariel. Asistieron Elena Poniatowska, quien lo presentó; Silvia Garza, titular de la cátedra, y Juan Guillermo López, que dio voz a varios de los textos poéticos incluidos en el volumen.
La semblanza de Elena Poniatowska dio comienzo a una tarde memorable tanto por la presencia literaria como por el buen humor que saltaba a cada línea. Dijo la escritora: "Monsi se parece a sus gatos, de hecho son ellos los que lo peinan. Y cuando uno menos lo espera, da el zarpazo. Es el bicho raro de la literatura mexicana. Aquel que las amas de casa, y me cuento entre ellas, ven como el interlocutor inteligente que hacer reír, y no el crítico despiadado que va a satirizarlas. Monsi despierta pasiones: en París lo vi provocar en algunas matronas vigorosos sentimientos maternales. Y en unas muchachas espigadas y modosas, el deseo de bailar con él el jarabe tapatío. En su cumpleaños número 60 salió casi en hombros de Tongolele y de Lucha Villa. Margo Su era su paje. A él los niños le dan horror, pero ha declarado que como no tuvo hijos, tiene nietos. Los políticos, sean de centro, izquierda o derecha o floten en el espacio al ritmo que les manda el vendaval de la cortesanía, tiemblan ante la posibilidad de ser consignados en su columna".
Y remató: "En su último libro, al igual que su admirado Pellicer, Monsi celebra la belleza, el mayor bien de la patria y del individuo; y nosotros quisiéramos celebrarlo a él, tocarlo aunque fuera con la mirada y llegar emocionados a nuestra casa a decir que no podemos comer, no acertamos a pensar, nada nos satisface sino la ilusión de haber estado cerca de él: Carlos Monsiváis, nuestro verdadero sustento".
El agradecimiento del escritor no se hizo esperar: "Elena me sorprendió porque ante de que empezara esta sesión le pedí que por favor me dijera Vais, que es una manera de renovarme. Le agradezco muchísimo sus palabras, la manera que tiene de inventarme un pasado: el mío es siempre tenso, lúgubre y grisáceo, y ella lo hace ver como si hubiera sido de otra manera y tengo que agradecérselo. Todo el viaje me la pasé rezando y ahora me adjudica haber sido una suerte de sinfonola nómada: no lo fui".
Respecto de la importancia de los cuadernos de la cátedra, apuntó el cronista: "Creo que la Cátedra Alfonso Reyes, como la FIL, son excepciones al espanto del centralismo. Y en ese sentido cabe felicitar ampliamente a la FIL y a la cátedra. Es importantísimo terminar con el centralismo que ha sido la pesadilla del país. Al paso que vamos y dado todo el nuevo programa de cultura, creo que el centralismo estará terminado completamente en unos 500 años... Pero si hay posibilidades de apresurarlo éstas se ven con la Cátedra Alfonso Reyes, que ha sido muy bien llevada por Silvia Garza, su coordinadora, y por la FIL, que francamente merece todos los homenajes porque ha logrado que muchísima gente se relacione en torno al libro, cosa que no es común".
Y antes de pasar al detalle pormenorizado del contenido del volumen, a modo de invitación para que el lector acudiera a su lectura, cerró Monsiváis con una de sus celebradas anécdotas de corte político-cultural: "Hace dos años el licenciado Carlos Medina Placencia, que fue gobernador de Guanajuato y que ha sido un prominente político del PAN, al ser entrevistado le preguntó un reportero con esa agresividad o esa curiosidad bibliográfica tan propia de los reporteros, 'Ƒqué libro está leyendo?', y Medina Placencia dijo: 'Por el momento, ninguno, me cambié de casa, metí los libros en cajas y no he tenido tiempo de sacarlos'. El reportero insistió en saber cuándo se había cambiado de casa a lo que el político respondió: 'Hace ocho años'. Esto es textual".
El volumen Las tradiciones de la imagen se encuentra ya a disposición de los interesados.