Michoacán, los años de la guerra sucia
En1974, la comunidad indígena de Tarejero vivió días de terror. Agentes de la Brigada Blanca secuestraron y desaparecieron a cinco integrantes de una familia campesina
MIREYA CUELLAR Y ROSA E. VARGAS ENVIADAS
Morelia, Mich. La noche del 20 de julio de 1974 el viento arrastró por toda la comunidad indígena de Tarejero -municipio de Zacapu, Michoacán- un murmullo con ecos de angustia. Más de 25 elementos de la Brigada Blanca, transportados en carros del Ejército y acompañados de policías estatales, tenían sitiado el pueblo. Pateaban puertas, maldecían y con improperios preguntaban por la ubicación de la casa de los hermanos Abdallan y Amafer Guzmán Cruz.
Nadie les daba señas y empezó la búsqueda casa por casa... hasta que dieron con ella. Abdallan y Amafer no estaban, pero sí sus ocho hermanos y sus padres. Fue una larga y dolorosa noche para la familia, que se repitió durante una semana completa. Cuando algún vecino se acercaba a preguntar por qué los torturaban, la respuesta era una golpiza.
Una de esas noches juntaron a todos los muchachos de 17 a 25 años en la plaza de la comunidad para interrogarlos. Ahí estaban dos hermanos de los perseguidos; Armando, el mayor, con 25 años, y Solón Adenawer, de 17. Esa vez, cuando los hombres de la Brigada Blanca se los llevaron con rumbo desconocido, fue la última que su madre y sus hermanas los vieron.
Dos noches después volvieron por el jefe de la familia, don José de Jesús Guzmán Jiménez, un campesino que vivía de cosechar maíz y lenteja. Los hombres que llegaron a su casa para detenerlo, le dijeron a su mujer que se lo llevaban porque se habían enterado que tenía dos pistolas guardadas en casa.
La clandestinidad
Por
esa época -recuerda su hermano Abdallan-, Amafer Guzmán Cruz
tenía 21 años y era el dirigente de la Casa del Estudiante
de la universidad nicolaíta, en Morelia. También era consejero
universitario, dirigente del Frente Popular y, en forma clandestina, militante
del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) desde 1971, "cuando
llegaron los compañeros de Corea del Norte".
"Tuve contacto con Amafer hasta 1974, cuando caí preso. Después, ya en la cárcel, otros compañeros me hacían llegar noticias de él: 'está vivo'", era el mensaje. En 1979, cuando el gobierno de José López Portillo decreta la amnistía para los presos políticos, Abdallan recupera la libertad. "Por algunos comentarios de compañeros pertenecientes a esos grupos me entero en 1980 que lo detienen y no he vuelto a saber nada de él".
-¿Por qué señala a la Brigada Blanca como la responsable de la desaparición de sus hermanos y su papá?
Porque cuando a mí me detienen, en noviembre de 1974, estuve en los separos que tenía la brigada en la zona militar de Zacapu, y durante las torturas se burlaban de mi diciendo que yo no tenía nada que ver con la valentía de mi papá y mis hermanos. Me insistían en que ellos ya les habían dado información sobre las actividades subversivas de toda la familia.
-¿A usted por qué no lo desaparecieron?
-La detención de un grupo en el que estaba yo fue, creo, casual. Habíamos realizado en Morelia una reunión con otros grupos que participaban de la actividad político-militar y se decidió formar una organización legal que nos ofreciera protección. Pero como no teníamos dinero se optó por una expropiación (asaltar un banco). Esa misma noche salimos a hacer un recorrido para medir tiempos y determinar trayectos. De paso nos estacionamos en el centro, y como llevábamos una botella la policía nos detuvo por "andar festejando".
"Después, en la revisión, a dos compañeros les encontraron pistolas y pensaron que éramos delincuencia organizada. Nosotros habíamos dado, como se acostumbraba, nombres falsos y la policía no sabía quiénes éramos. Pero cuando llevábamos dos días en la procuraduría del estado los estudiantes hicieron un plantón exigiendo la libertad de Abdallan Guzmán porque otros compañeros se enteraron que íbamos detenidos.
"Fue entonces que empezaron las torturas; los simulacros de ahorcamiento, de fusilamiento, de que te violan, de que en el cuarto de junto está llorando tu mamá porque la están violando y te pide: 'hijo, confiesa'... Como en el grupo nadie confesaba quién era Abdallán, llamaron a la Federal de Seguridad para que viniera por nosotros y nos trasladó a la ciudad de México.
"Ingresamos al Campo Militar número Uno y durante una semana las torturas sólo tuvieron como origen obtener una respuesta a la pregunta '¿cómo te llamas?' Tomé la decisión de confesar cuando escuché que torturaban al compañero Camilo más que al resto. El era mayor que yo, con barba y vestimenta tipo militar y creían que era Abdallán.
"Mientras tanto, en Morelia los estudiantes tomaron el periódico La Voz de Michoacán, fueron a la radio, hicieron mucho escándalo, de tal manera que las autoridades tuvieron que reconocer que nos tenían. En esa época si nadie se movilizaba exigiendo tu presentación ibas a parar a cárceles clandestinas, te llevaban de una a otra, para que las organizaciones guerrilleras, que tenían también sus equipos de investigación, te perdieran la pista."
-¿Cómo identifica la policía a la célula del MAR, a la que su hermano y usted pertenecían?
-Cuando en febrero de 1972 golpean y asesinan a Genaro Vázquez Rojas en el cuartel militar de Morelia ?después del accidente lo llevan ahí?, viene una represión muy fuerte en Guerrero y Michoacán. Consiguen detener a dos compañeros de la ACNR y son ellos quienes dicen que tenían contacto con la Casa del Estudiante de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo.
-Pero usted habla de un cuarto hermano desaparecido.
-Sí, Venustiano. El se integró a la actividad político-militar cuando tenía 17 años, después de que mis hermanos y mi papá fueron sacados de Tarejero. Me enteré -ya en la cárcel- que estaba muy enojado con lo ocurrido y por eso ingresó a la lucha armada en 1975. Pero en 1976 es detenido en Guerrero y llevado a una cárcel clandestina que estaba en Acapulco, cerca de la playa. Una compañera que sobrevivió, Lola, platicó con él ahí.
Más de 20 años después de aquellos hechos, Abdallan Guzmán dice que de sus cuatro hermanos desaparecidos sólo dos militaban en la guerrilla, los otros dos y su padre eran ajenos a la doble vida que Amafer y él llevaban. Solón Adenawer y Armando no tenían nada que ver. Este último vivía en el Distrito Federal y estaba de visita en la casa de sus padres aquella noche en que la Brigada Blanca sembró el miedo en Tarejero.
Maestro en las escuelas de Historia y Economía de la nicolaíta, Abdallan Guzmán Cruz, que en 1974 tenía 18 años y era parte de una familia campesina que enviaba a sus hijos a estudiar a los internados creados por el general Lázaro Cárdenas para los niños sin recursos de las zonas rurales, hoy sólo quiere que el presidente Vicente Fox cumpla su palabra y entregue a los desaparecidos o castigue a los culpables de su desaparición.