LUNES Ť 3 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Enfrentan "gran carga de violencia": Derechos Humanos de Seguridad Pública

"Por equivocación" se incorporan mujeres a la policía

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

En la cotidianidad de su trabajo e incluso en su vida personal, las mujeres policías "enfrentan una gran carga de silencio y violencia", pero es tan común para ellas que no la ven, la "invisibilizan" y ni siquiera es reconocida al interior de la corporación, señaló la directora ejecutiva de Derechos Humanos de la Secretaría de Seguridad Pública, Esperanza Reyes Carrión.

En una encuesta realizada por la dependencia entre el personal femenino de diferentes áreas operativas, que actualmente representa aproximadamente 15 por ciento del total de la corporación, al preguntarles si consideraban que por ser policías estaban expuestas a algún tipo de violencia específica o a la misma que todas las mujeres, "en general nos contestaron que a ninguna".

Esto demuestra, dijo, que "la violencia que vivimos las mujeres no la vemos nosotras mismas, aunque somos las primeras en reclamar que hay ciudadanos muy groseros que nos lanzan insultos por las formas de nuestros cuerpos y apariencia".

Graciela Chica Angeles, policía con más de 17 años de servicio, expuso que las mujeres participan en la policía capitalina desde 1923, época en la que estaban encargadas de vigilar los parques y jardines, para "evitar la presencia de escolares en horarios en los que deberían estar en la escuela, prevenir la vagancia y el desbordamiento amoroso de las parejas"; sin embargo, actualmente ya están incorporadas no sólo a las tareas preventivas, sino a los grupos especializados como los agrupamientos de Granaderos y Fuerza de Tarea.

Recordó que en 1930 se formó el primer cuerpo de mujeres policías, con 69 elementos, pero se dispersó conforme éstas fueron adquiriendo otros compromisos sociales, como el matrimonio y la maternidad.

En 1956 nació el primer agrupamiento con 25 mujeres que recibieron adiestramiento para la captura de delincuentes del orden común, pero posteriormente las fueron incorporando a actividades administrativas.

En el 1971 la policía del DF incorporó a 120 mujeres con estudios de trabajo social, enfermería y normalistas a un programa social dirigido a la atención de los niños, pero fue hasta el siguiente año cuando ingresó la primera generación de mujeres a la Academia de Policía, para recibir la misma instrucción militarizada que cursaban los hombres, incluido un curso de paracaidismo.

Actualmente, refirió Chica Angeles, la presencia de la mujer en la policía se volvió cotidiana y se amplió de manera que hay una directora de unidad metropolitana (el Agrupamiento Cisne), una coordinadora delegacional y de las 70 direcciones de unidad de la Policía Sectorial, nueve están dirigidas por mujeres.

Reyes Carrión indicó que en el cuestionario de la encuesta se les preguntó porqué habían elegido ser policías y la mayoría dijo que "por equivocación", aunque hay también muchas que se incorporaron porque algún familiar era agente y les gustó el oficio. Por ello, dijo, la vocación de las mujeres policías se adquiere a partir de que ejercen el trabajo.

Se les preguntó también si sus familiares y parejas están de acuerdo en que ejerzan este trabajo, y muchas contestaron que no, y en los casos en los que sus compañeros estuvieron de acuerdo es a condición de que no tengan puestos más altos que los de ellos.