lunes Ť 3 Ť diciembre Ť 2001

Iván Restrepo

Monarcas y campesinos, Ƒal fin a salvo?

Por tercera ocasión un presidente de la República anuncia medidas destinadas a conservar la mariposa monarca y a atacar la pobreza rural en una amplia región limítrofe entre los estados de Michoacán y de México. Huyendo del extremoso invierno, millones de ejemplares de la bella mariposa viajan desde Canadá 5 mil kilómetros cada año y llegan a los bosques de Oyamel, donde desde tiempo inmemorial cumplen su ciclo vital de reproducción. Los pobladores locales hace apenas 25 años supieron de la importancia de conservar el bosque que habita la ilustre visitante durante cuatro meses.

Y es que en busca de la sobrevivencia muchos campesinos cortan los árboles para elaborar diversos objetos y, fundamentalmente, para vender la madera a talamontes, quienes luego la extraen y comercializan. Un negocio que en 20 años acabó con la mitad de los bosques de la región. Para resolver el problema, el gobierno decretó en 1986 una reserva natural de 16 mil hectáreas. De poco sirvió esta medida, pues protegía a la mariposa sin atacar las causas que la ponen en peligro: la pobreza, los talamontes y la corrupción oficial. Hace un año esa reserva se triplicó y hoy abarca 19 municipios (como Angangueo, Maravatío, Contepec, Jungapeo, Aporo, El Oro, Valle de Bravo, Villa Victoria y Temascalcingo). Además, se anunciaron apoyos a los campesinos a fin de que al tener un ingreso permanente cuidaran el bosque y restauraran las áreas afectadas. Para ello se creó un fondo de 6 millones de dólares, aportados por una fundación internacional y el gobierno federal.

Pero esas y otras medidas extrañamente no entraron en vigor de inmediato y siguió la pobreza rural y la actividad de los talamontes. Por fortuna, recientemente algunos fueron detenidos gracias a la intervención de la fuerza pública. Es el caso de Amado Estrada, el "Señor del bosque", conocido capo que, como muchos otros, contaba con la complicidad de funcionarios y líderes corruptos. Igualmente se decomisó tal cantidad de madera que se hubieran necesitado 300 camiones para sacarla de la región y comercializarla.

Con un año de tardanza, el pasado miércoles el presidente Fox puso en marcha la "nueva estrategia" para proteger a la mariposa y elevar la calidad de vida de la población local. Se contará para ello con recursos humanos, financieros y en equipo e infraestructura provenientes de diversas instancias gubernamentales y organismos ciudadanos. Ahora sí, se afirma, habrá proyectos productivos sustentables; se pagará a miles de campesinos para que, en vez de tumbar árboles por necesidad, los conserven y restauren las áreas afectadas; se dará un uso público y recreativo a zonas con vocación para ello (Ƒecoturismo?) y sin causar deterioro; habrá monitoreo permanente e investigaciones científicas; además, un amplio dispositivo de vigilancia ("sellamiento" de la reserva lo llamó un funcionario), a fin de evitar la acción de los talamontes.

Por tercera ocasión se anuncian medidas para solucionar un grave problema de deterioro económico, social y ambiental. Las anteriores fallaron. La experiencia muestra que para alcanzar el éxito tantas veces prometido, es indispensable la participación efectiva de los campesinos en los futuros programas que ahora, nos dicen, sí serán realidad. A la vez, es necesario no bajar la guardia en cuanto a las estrictas medidas de vigilancia para impedir la acción de quienes alientan y se benefician de la tala; y garantizar que los recursos para las actividades antes citadas no se gasten en burocracia ni engorden los bolsillos de unos cuantos. De lo contrario, no se necesita ser adivino para saber la suerte que le espera a la monarca, a los árboles y a los campesinos. Y además, los problemas que habrá en las cuencas de los ríos Lerma y Balsas, que se alimentan del agua que captan precisamente los bosques de Michoacán y el estado de México.

Una acotación ecológico-cultural: el sitio en el que se anunció la nueva estrategia ambiental, se enriqueció con banderolas que reproducen algunos de los 50 cuadros pintados por la maestra Carmen Parra sobre la mariposa y el árbol. La obra ha sido expuesta exitosamente en varios países. Por causas que el lector bien puede adivinar, en México todavía no. Ť