El informe de la CNDH
En el informe sobre desaparecidos políticos en el periodo de la llamada guerra sucia, presentado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos CNDH la semana pasada, aparecen consignados los casos de los cuatro hermanos Guzmán Cruz y de su padre, José de Jesús Guzmán Jiménez. En todos, la Dirección Federal de Seguridad es identificada como la oficina que participó en su aprehensión, en diferentes momentos, lugares y circunstancias.
Y aunque en algún caso el reporte del ombdusman difiere del relato familiar sobre cuándo se perdió el rastro del detenido, sí se consigna con precisión que las denuncias fueron presentados oportunamente por el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México y que, en efecto, se desconoce 27 años después su paradero.
La CNDH ubica también que sólo Amafer Guzmán Cruz habría sido remitido luego de su aprehensión a la 21 Zona Militar, pero con el resto de ellos, José de Jesús, el padre, Solón Adenabe (Adenawer, según registro de su hermano Abdallán), Armando y Venustiano, queda consignado que no sólo la DFS los detuvo de manera ilegal, pues no tenía facultades para ello, sino que además tampoco esa oficina los puso a disposición de la autoridad encargada de investigar los delitos y ésta, a su vez, haberlos enviado ante un juez.
Aún más, los documentos y testimonios recabados por la CNDH la llevan a apuntar entre sus conclusiones que en la detención los miembros de la familia Guzmán no existió antecedente de alguna orden judicial para proceder en su contra, además de que tras haber estado en las oficinas de la DFS no se volvió a tener noticias de ellos.