Ť Asumiría compromisos ajenos a los intereses del país: José Luis Piñeiro
Un riesgo, ingreso del Ejército a organismo regional
Ť Los anteriores secretarios de Defensa mantuvieron actitud de aislamiento, dice Luis Garfias
JESUS ARANDA
Con el ingreso oficial del Ejército Mexicano a la Conferencia de Ejércitos de América (CEA) se corre el riesgo de que el país asuma como propios asuntos de seguridad nacional que no necesariamente son los que convienen más a nuestros intereses, advirtió el especialista en temas castrenses José Luis Piñeiro.
Para el general retirado Luis Garfias es positiva la participación de México en ese organismo continental, aunque precisó que el Presidente de la República -en su calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas- debe hacer públicas las razones por las que se decidió ingresar a esa conferencia, cuando teníamos casi 40 años de ser únicamente observadores de la misma.
En entrevista con La Jornada, Piñeiro y Garfias coincidieron en la necesidad de que el gobierno federal informe abiertamente qué compromisos "suscribirá o no" con su ingreso a la CEA.
Piñeiro ?investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana? destacó que todavía en el sexenio anterior el gobierno mexicano había sostenido, en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), que la seguridad hemisférica se basaba en la lucha contra la pobreza extrema, la desigualdad y el estancamiento económico, así como en el desarrollo democrático.
Ahora lo preocupante, sostuvo, es que hagamos nuestra una agenda de seguridad hemisférica con problemas que son de Estados Unidos y de otras naciones
Señaló que si bien un previsible intercambio de información de inteligencia sobre temas comunes -como el combate al narcotráfico, la actualización de conocimientos tácticos y estratégicos en términos de armamento y eventualmente la preparación militar y policiaca- sería importante para nuestras fuerzas armadas, el problema radica en que a pesar del acercamiento que ha tenido lugar en la agenda de seguridad de México y Estados Unidos -en que la lucha contra las drogas y actualmente contra el terrorismo juega un papel fundamental-, hasta el momento el vecino país "no ha cambiado un milímetro su política comercial, financiera y diplomática frente a nosotros".
Es decir, hemos avanzado en la dirección de Estados Unidos (en cuanto al concepto de seguridad), sin la menor compensación para México en el plano comercial, de deuda pública, del problema migratorio e incluso en lo que se refiere al combate al narcotráfico.
No intervención
Comentó que tradicionalmente el Ejército Mexicano se había negado a participar oficialmente en la Junta Interamericana de Defensa o en la cumbres de ministros de Defensa realizadas en Williamsburg y Río de Janeiro, en concordancia con una política exterior de no intervención en los asuntos internos de otras naciones, con la autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias.
Ante el silencio oficial sobre el ingreso del Ejército Mexicano a la CEA, Piñeiro señaló que está previsto para el año 2004 la celebración de una conferencia de seguridad hemisférica en la que la actual administración deberá de asumir una postura definida sobre temas torales, como son el establecimiento de una agenda de trabajo con miras a dicho cónclave; hasta dónde se va a restructurar el sistema interamericano de seguridad; la viabilidad o no de fortalecer la Junta Interamericana de Defensa; la celebración de maniobras militares conjuntas; acciones de coordinación y prevención contra el narcotráfico, etcétera.
El especialista señaló que antes de ingresar a la CEA, México había estado renuente a ese tipo de colaboración y se había orientado más por la cooperación y coordinación en términos de entrenamiento o intercambio de información, "pero no en medidas de carácter conjunto", por lo que será fundamental que el gobierno de Vicente Fox haga público si hizo o no compromisos para dar este paso.
Además tendrá que analizarse si esta nueva política contradice o no preceptos constitucionales que hablan de la actitud pacifista de México, del respeto y la no intervención en asuntos de otras naciones, la solución pacífica de conflictos y la autodeterminación de los pueblos.
Comentó que la adopción de temas de política exterior cercanos a los de Estados Unidos ya ha tenido para nuestro país y para las fuerzas armadas "costos políticos, sociales y económicos", que no han sido correspondidos con posturas favorables a México en materia económica, comercial y migratoria.
Tan sólo para el Ejército Mexicano, precisó, las consecuencias del involucramiento cada vez mayor en el combate al narcotráfico se reflejan en los casos de corrupción de altos mandos (en los últimos años han sido procesados cuatro generales por sus vínculos con el tráfico de drogas: Jesús Gutiérrez Rebollo, Humberto Quirós Hermosillo, Mario Arturo Acosta Chaparro y Ricardo Martínez Perea), así como la desmoralización en el "espíritu" de los soldados, que se da cuando la tropa permanece varios meses en la sierra alejada de su familia.
Por su parte, el general retirado Luis Garfias Magaña dijo en entrevista que la decisión de ingresar a la CEA es positiva, ya que las fuerzas armadas se habían mantenido "aisladas" de actos en los que se discuten problemas comunes del continente, que siempre es importante conocer.
También, dijo, nos mantuvimos al margen de la realización de maniobras conjuntas, misiones de búsqueda, reconocimiento y salvamento.
Explicó en entrevista que los anteriores secretarios de la Defensa Nacional mantuvieron una actitud total de aislamiento.
Ahora, sostuvo, es necesario que el Ejército asuma y proyecte una posición de apertura hacia el exterior e interior.
Señaló que el Ejército Mexicano deberá mantener una premisa: actuar de acuerdo con los intereses nacionales, y que la colaboración que brindemos en el exterior esté siempre en concordancia con este criterio.