LUNES Ť 3 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Señala que la mayoría se concentrará en estado de México, DF, Veracruz y Jalisco

La cifra de hogares pobres crecerá entre 3.6 y 4 millones este sexenio, revela un estudio

Ť La descapitalización de los ejidatarios acentuará la venta de tierras en condiciones de desventaja y casi despojo, se advierte en un análisis del Colegio Mexiquense

 PATRICIA MUÑOZ RIOS

El número de hogares "pobres" en México crecerá entre 3.6 y 4 millones durante el sexenio del presidente Vicente Fox Quesada, revela un estudio del Colegio Mexiquense y establece que el estado de México, el Distrito Federal, Veracruz y Jalisco concentrarán el mayor volumen de éstos. Apunta además que se "agravará" la precarización del sector rural, particularmente entre los propietarios ejidatarios, cuya descapitalización los obligará a acentuar la venta de sus tierras en condiciones desventaja y casi despojo.

El análisis indica que de los hogares que se van a formar entre 2000 y 2005, 85 por ciento serán "pobres", ya que sus ingresos se ubicarán entre cero y cinco veces el salario mínimo. Sólo 15 de cada cien nuevas familias tendrán posibilidades de estar en mejores condiciones de ingreso.

Expone que en 2000, cuando la actual administración tomó el poder, el país tenía un total de 24 millones de hogares, de los cuales 20.4 millones podían considerarse en los niveles de pobreza y pobreza extrema. En cinco años más, el volumen de hogares crecerá a 28 millones de los cuales 24.1 estarán en estas condiciones de total desventaja económica.

En el Distrito Federal -por ejemplo-, hay un millón 900 mil hogares pobres y crecerá a casi 2 millones 100 mil. Sin embargo, es el estado de México el que registra una mayor cantidad de familias en condiciones económicamente precarias, ya que son casi 3 millones y crecerá a 3.1 millones hacia el término de este régimen.

Prácticamente ningún estado de la República se salvará de este crecimiento del número de pobres, según esta investigación titulada Proyección de hogares pobres en México por entidad federativa, elaborada por el Colegio Mexiquense, AC, de Zinacantepec, con base en la proyección de la población económicamente activa, la matrícula educativa de los hogares y las viviendas y la población por tamaño de localidad del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Indica que de la población ocupada actualmente, 2 millones 800 mil no reciben ni siquiera un salario mínimo; 5.4 millones de personas tienen un ingreso de hasta un minisalario; 10 millones obtienen entre uno y dos salarios. Unicamente 1.8 millones de personas obtienen más de diez minisalarios mensuales.

Situación en el campo

El mayor número de población en condiciones económicamente desfavorables se encuentra en el sector rural, donde por ejemplo, quienes pertenecen al sector social, como los ejidatarios, sufren de precarismo, descapitalización y hasta despojo, lo cual ha sido el principal detonante del crecimiento inusitado de la venta de estos terrenos y ha propiciado incluso la pérdida de territorialidad de estas comunidades.

Hay en el país, según este informe, 2 millones de terrenos ejidales en condiciones irregulares y la compra-venta de tierra ejidal en México que ha permitido los cambios constitucionales instrumentados, se da en condiciones de responden más a la "lógica de mercado" que al desarrollo de las comunidades y deja "ganancias fáciles" a corto plazo para diversos sectores de inversionistas ajenos al agro.

Así, los cambios al artículo 27 de la Constitución, en lugar de reducir el mercado informal de tierras en el país, lo han incrementado, sobre todo por la necesidad de los ejidatarios de un ingreso más seguro y rentable que cosechar la tierra, señala un informe del Colegio Mexiquense sobre el mercado de la tierra.

Establece que "son pocas las comunidades que permanecen ajenas a los inversionistas externos en relación con el mercado de tierras", ya que aun cuando en el país se registraba una compra-venta de tierras entre las familias rurales, la irrupción de actores externos indudablemente modifica el escenario hacia una tendencia de "despojo" para las unidades domésticas y de pérdida de territorialidad para las comunidades.

Las principales causas de la incorporación de tierras agrícolas a urbanas se pueden encontrar en la "descapitalización, envejecimiento y migración cuasi permanente de sus integrantes".