SABADO Ť Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Pareja de invidentes quedó en quinto lugar

Tras seis horas de juegos, Lavarría y Cañete ganaron el torneo de dominó

JAIME WHALEY

En larguísima jornada, que se extendió casi por seis horas, y en medio de un colosal ruidero que rompió con el silencio requerido para la concentración, dada la importancia de esta fase final del torneo de dominó de la ciudad de México, la pareja formada por Antonio Lavarría y Rogelio Cañete fue la ganadora del primer lugar del certamen ciento por ciento cantinero la ya madrugada del viernes.

Desde las 7 de la noche del pasado jueves, las 16 parejas semifinalistas, remanentes de las 522 que se inscribieron para el torneo, se apersonaron en La México -sitio por los rumbos altos de San Angel que hace unos años dio un súbito y hasta ahora redituable giro: pasó de taquería a cantina- y se dispusieron a entrarle al hueso.

Pedro Angel Ortega y Alejandro Cruz Cornejo acapararon la atención de los mirones que, así obligan las reglas, fueron de palo, y es que este par, además de buenos jugadores, son invidentes, y al paso de las horas fueron eliminando contrincantes con pasmosa facilidad. Algunos de sus adversarios se quejaron, con cierta dosis de crueldad y otro tanto de dolor por la derrota, de que Pedro y Alejandro manosean mucho las fichas y entonces no saben si están pensando o qué, pero a esos vagos de la ficha habrá que aclararles, como lo hizo Ana Corral, la organizadora, que el tacto es la vista para ellos, además de que tienen que llevar en mente la secuencia de las tiradas. Salvo esto, Pedro y Alejandro se la pasaron bien y llegaron hasta el quinto puesto, lo que les valió de premio un teléfono celular y la cortesía de la casa de que serán bienvenidos cuantas veces quieran, pero por lo pronto ellos ya se dedican a enseñar a sus congéneres el apasionante juego en un local del centro de esta capital.

El torneo tuvo por novedad que los ganadores podían escoger sus recompensas, y así Lavarría y Cañete se decidieron por una computadora de entre una triada que completaban un viaje a Las Vegas y otro a San Antonio, Texas, premios que fueron a parar con David Jiménez y Jaime Casani y con Enrique Orozco y Salvador Castrejón, respectivamente.

Hubo desencantos, como en el caso de Salvador Barrera y David Herrejón, par que se ha quedado a la orilla en los últimos tres grandes torneos. ''Estamos destinados al fracaso'', declaró compungido Barrera, a quien le dicen El Bulto, y es que en el pasado campeonato, patrocinado por una marca de cigarros, se tuvo que conformar con una televisión cuando, dijo, iba por el premio principal: un auto.

Por otra parte, Armando Campos, el juez del torneo, anunció que el siguiente encuentro masivo será el 28 de marzo en las villas de la Conade en Tlapan.