SABADO Ť 1Ɔ Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť Presenta en la FIL su libro Oligarquía, tradición y ruptura en el centro de Chiapas
Pombo: por frivolidad, Fox perdió la oportunidad de dialogar con el EZLN
Ť ''Analizar los factores que gestaron el conflicto en ese estado es el primer paso para resolverlo''
Ť ''Ridícula'', la respuesta del sistema político al movimiento zapatista, afirma la historiadora
CESAR GÜEMES ENVIADO
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. Para encontrar la salida al actual conflicto que vive Chiapas es necesario analizar los factores que lo gestaron. Con ese fin, entre otros, la historiadora María Dolores París Pombo consiguió establecer el estado de cosas que privaba en la entidad hasta poco antes de la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El resultado del trabajo se incluye en Oligarquía, tradición y ruptura en el centro de Chiapas, volumen coeditado por La Jornada Ediciones-UAM, que se presentará en el centro de negocios de la Feria Internacional del Libro (FIL) este domingo a las 18 horas.
De los Altos al centro
-Entendemos que antes de escribir este libro, de manera académica ya había dedicado un tiempo considerable al tema.
-En efecto, fue una investigación muy amplia. Empezó con el material recabado durante mi tesis de doctorado, cuyo eje central era la identidad de las elites políticas en Chiapas, en particular comparando los Altos con el centro. A partir de esa tesis lo que hice fue un archivo muy grande de datos, del cual me valí para realizar el libro. Es decir, más que recuperar la tesis, lo que me sirvió fue la materia prima: archivos históricos, estadísticas, entrevistas y todo tipo de material. Luego de que terminé el trabajo académico, en 1997, retomé un año más tarde lo que había recopilado y me dediqué a seleccionar los elementos del libro.
-Digamos que ''dejó descansar" el tema.
-Así es. Ese año me dio una buena perspectiva para indagar lo que me inquietaba, que no era tanto cómo se habían ido construyendo las identidades de la elite política chiapaneca, sino cómo se había llegado a la actual situación de conflicto en Chiapas. Traté de rastrear algunos de los problemas políticos, determinar cómo se van conformando los espacios de conflicto. Cambié mi punto de vista, de la elite hacia estos aspectos difíciles.
-Desde hace un tiempo considerable el EZLN y Marcos mantienen un silencio del cual cabe decir que es al menos cauteloso. ƑCuál es su punto de vista de esta estrategia?
-En el libro prácticamente no hablo del EZLN, porque el periodo que abordo desemboca en 1994. Por eso mi intención más bien fue ver cómo se llega al estallido del conflicto. Veo que Marcos es un personaje junto con otros muchos de los que participan en la actual situación chiapaneca. Me preocupa mucho la presencia o ausencia de Marcos, la escalada de cierto tipo de conflictos que llevan a tensiones que se vuelven irresolubles por las instituciones, como son las que se dan a través de los grupos paramilitares en la zona norte de Chiapas. El hecho de que Marcos aparezca o desaparezca me parece que está relacionado con la Ley de Derechos y Cultura Indígena recientemente aprobada. Después de un esfuerzo enorme de diálogo del EZLN y su presencia en la Cámara de Diputados, la respuesta del sistema político ha sido ridícula y demuestra que no hay voluntad de diálogo por parte del foxismo, que se había presentado como una alternativa.
Entidad casi ingobernable
-ƑPodemos decir que el actual gobierno tuvo la oportunidad histórica de dialogar con el EZLN y la perdió?
-Podemos decirlo, sí, aunque yo me pregunto si tuvo interés. La oportunidad estaba ahí. Pero digamos que Fox en ese sentido es muy frívolo, se deja llevar por las olas que vienen o van. Si Marcos pasa por aquí, de inmediato Fox quiere verlo y tomarse una fotografía. Pero si el subcomandante se retira a la selva, se olvida del asunto y parece no llamar la atención de las autoridades. Creo que perdió la oportunidad del diálogo sobre todo porque nunca vio que la tenía.
-Un hecho constatable es que, si bien su libro termina justo cuando el EZLN aparece públicamente, de entonces hacia acá la realidad social chiapaneca no ha cambiado de manera perceptible.
-Así es, no hay un cambio real. Todo parece un continuismo casi desesperante y sin salida. A diferencia de otros estados donde los grupos políticos cambian, en Chiapas las variaciones son mínimas. Por desgracia lo que se ha modificado es la agudización de enfrentamientos entre los grupos sociales y los políticos. Digamos que eso ha cambiado para mal, hay un enfrentamiento cada vez más claro y una incapacidad cada día más evidente para resolver los problemas a través de las instituciones. Lo que no se ha modificado es la clase política, a pesar de la aparente transición o alternancia. Un caso muy curioso serían las dificultades que pueda tener el actual gobernador para controlar la situación o para mantener cierta gobernabilidad en el estado. Me parece que en estos momentos Chiapas es casi ingobernable. Lo que veo es la continuidad que indica la agudización de los enfrentamientos, un deterioro de las relaciones sociales y una crisis de las instituciones.
-ƑExiste una salida viable para Chiapas, a pesar de los actores que provocan el conflicto?
-Hay varias salidas. El problema es que muchas veces alcanzar la armonía no depende tanto de qué tan buenos sean los proyectos, sino qué tanta fuerza tienen detrás para impulsarlos. Se han modificado las relaciones de fuerza en los últimos diez años, así que una salida interesante sería la renovación de algunos cargos importantes del gobierno de Chiapas y la posibilidad de desplazar a los sectores más viejos del PRI fuera de la clase política chiapaneca. Es necesario que no tengan poder en la toma de decisiones. Sólo así habría posibilidades interesantes. Sin embargo, no soy muy optimista: cualquier tipo de salida al conflicto va a significar una situación de violencia; desplazar a sectores que han gozado durante siglos de total impunidad significa una reacción como la que demuestra la existencia de guardias blancas y sectores armados del PRI.