Ť Investigará la Comisión de Valores violaciones a las prácticas contables desde 1977
Colapso de Enron provoca dudas sobre las privatizaciones en el sector eléctrico
Ť Varias compañías del ramo podrían tener pérdidas totales por 600 millones de dólares
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 30 de noviembre. El colapso esta semana de una gigantesca empresa energética vinculada con el presidente George W. Bush está generando inquietud en las cúpulas política y financiera de este país, amenazando la salud de las empresas locales generadoras de energía y provocando nuevas dudas sobre la efectividad de los esfuerzos de privatización y desregularización del sector energético.
Enron Corporation, con sede en Houston, Texas, que hasta hace poco fue la séptima empresa más grande en la lista de las Fortune 500, reconoció esta semana que sus reportes financieros desde 1997 hasta ahora no han sido precisos y comenzó el proceso de declararse en bancarrota.
Las acciones de la empresa se desplomaron desde su pico de 90 dólares por acción a menos de .30 centavos hoy, con pérdidas calculadas en más de 75 mil millones de dólares. Citibank y J.P. Morgan, entre sus principales acreedores, podrían enfrentar pérdidas individuales hasta de mil millones cada una y varias empresas del ramo de la energía en este país podrían sufrir una pérdida total de más de 600 millones, según cálculos del Wall Street Journal.
El
Congreso federal ya ha anunciado que realizará audiencias sobre
lo que podría ser el caso de la empresa más grande que haya
tenido que declararse en bancarrota en la historia del país, así
como sobre las enormes pérdidas que esto implicará para inversionistas
y la posible pérdida de 21 mil empleos. Pero las interrogantes son
mucho mayores que esos detalles.
La pregunta es: ¿cómo fue posible que una de las empresas más grandes del país, una de las integrantes de las 500 de Standard&Poor's (ahora son 499), pudo presentar declaraciones financieras engañosas y evitar que esas maniobras, así como su estado de salud real, fueran detectadas por los bancos y los reguladores del gobierno?
La Comisión de Valores e Intercambios (SEC, agencia gubernamental que supervisa el mercado de valores) también ha iniciado su propia investigación, ordenando que se le entreguen los documentos de las empresas independientes de contabilidad encargadas de auditar las actividades financieras de Enron durante los últimos 10 años, y que no protestaron ante las aparentes violaciones de las prácticas contables aceptables cometidas por lo menos desde 1997. Se sospecha que en ese año estas violaciones de las prácticas de contabilidad afectaron la mitad del ingreso neto de la empresa, señaló el Wall Street Journal.
Enron es más que sólo otra empresa fracasada. Estuvo entre las principales promotoras, dentro y fuera del país, de las propuestas de privatización y desregular el sector de energía, y se había convertido en la comercializadora de electricidad y gas natural más grande del mundo. La empresa tiene intereses financieros en más de 25 mil millas de oleoducto de gas natural en este país, y en otros oleoductos en Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela.
También es dueña de plantas generadoras de electricidad en India, Polonia, Italia y América Latina, así como de distribuidoras de electricidad con millones de clientes en Estados Unidos.
En los últimos años, Enron ganó miles de millones de dólares cuando la privatización del sector de generación eléctrica en California elevó los precios de la electricidad desde 32 dólares por megavatio/hora a un promedio de 317 en diciembre de 2000.
En su punto más exitoso, Enron manejaba 20 por ciento de todas las transacciones de energía en el país, desde suministrar gas natural a la entrega de energía eléctrica -y a cada paso la empresa insistía en que la privatización y desregularización eran la manera más eficiente de asegurar la viabilidad del sector energético.
Pero la privatización y/o desregulación de la energía no ayudó a todo el mundo, destacó este viernes el Wall Street Journal. "Para el consumidor, la desregulación de la energía ha sido todo menos buenas noticias", indicó el diario. Actualmente, señaló, en California los precios de energía son hasta 40 por ciento más altos que hace un año, los apagones son comunes y el gobierno estatal tendrá que aceptar miles de millones de dólares en nueva deuda para superar la ultima crisis energética.
Y los ejecutivos de Enron han gozado estos últimos años. Kenneth Lay, presidente de la empresa, recibió 141.6 millones de dólares en salario, bonos y otros beneficios, y otro alto ejecutivo ganó más de 70 millones. Los reguladores federales investigan ahora cómo ejecutivos de Enron trasladaron millones de fondos de la empresa a sus propias asociaciones privadas, informó el Wall Street Journal.
A lo largo de todo esto, reportó el New York Times, Enron "cabildeó intensamente" por limitar la regulación gubernamental que podía haber detectado las prácticas financieras sospechosas que ocultaron la condición económica real de la empresa. "Hay cierta ironía en que Enron, campeón de la desregulación, se convierte ahora en el ejemplo para comprobar la necesidad de una fuerte regularización en Wall Street", opinó en su editorial esta semana.
Pero como declaró a Los Angeles Times el activista de derechos de los consumidores Doug Heller hoy, la ilusión de Enron como empresa ejemplar fue creada también por su actuación en el escenario político. Su presidente Lay fue uno de los donantes más grandes de la campaña presidencial de George W. Bush y fue integrante de un panel de expertos convocado por el vicepresidente Dick Cheney para desarrollar propuestas de política energética nacional.
Lay, según algunas versiones, estaba entre una lista de finalistas para el puesto de secretario del Tesoro y tenía tal influencia que logró obligar a la renuncia de varios altos funcionarios del Departamento de Energía, encargados de regular la industria en los primeros meses del gobierno de Bush.
"Sin supervisión, Enron logró ocultar errores masivos", escribió Heller. "Usó juegos de contabilidad para esconder problemas y trasladó dineros de un libro de contabilidad a otro para mantener la ilusión de éxito... Los reguladores federales deberían asegurarse de que si Lay y otros ejecutivos de Enron engañaron al público, deberán pagar un costo."