Ť Incapacidad política para negociar la reforma fiscal, dice el gobernador de Zacatecas
Queremos potestad tributaria, no dinero: Monreal
Ť En asamblea de asociación de municipios deploró que la Federación acapare cobro de impuestos
ALONSO URRUTIA
A pesar de la urgencia que tiene para el país alcanzar una reforma fiscal de consenso, en la operación política de las negociaciones ha habido total incapacidad, sostuvo el mandatario de Zacatecas, Ricardo Monreal. Y en respuesta a las descalificaciones del gobierno federal a los ejecutivos estatales dijo: "no queremos dinero, queremos potestades tributarias"; porque hoy lo que existe es una ley de subordinación fiscal, no de coordinación.
Al participar en la asamblea anual de la Asociación de Municipios de México -integrada en su mayoría por alcaldes de extracción panista-, Monreal señaló que ningún partido o gobierno pretende que le vaya mal al Ejecutivo federal, o puede celebrar que la economía atraviese momentos difíciles, porque las consecuencias no serán sólo para el presidente Vicente Fox o su partido.
Por
su parte, el subsecretario de Desarrollo Político de la Secretaría
de Gobernación, Juan Molinar, sostuvo que en la relación
entre gobierno y partidos "no veo encontronazos, veo un diálogo
fructífero. No vamos a evitar declaraciones, porque son posiciones
políticas, y esto es parte de la democracia".
Añadió que en la discusión del presupuesto, en cualquier país democrático, "quien revise el proceso de construcción de una reforma fiscal en una sociedad igualitaria encontrará que normalmente lleva meses el procesamiento político. Trabajamos dentro de los parámetros normales de la democracia".
Molinar agregó que en muchas ocasiones se juzga el trabajo del Congreso o de la Presidencia a partir de la construcción de presupuestos no democráticos, sino autoritarios, y por eso no comprenden lo que ocurre.
?¿Su evaluación del primer año de gobierno?
?La transición política continúa su fase de democratización en la sociedad y el sistema político. Hay que consolidar algunos aspectos, y ahora estamos empeñados en construir con solidez la fase de gobernabilidad.
Dijo que la reducción de la popularidad del presidente Vicente Fox obedece más bien a una fase de ajuste de un mandatario que arrancó con muy altos niveles de aceptación.
Por su parte, Monreal deploró que 96 por ciento de los impuestos que se cobran en el país se los quede el gobierno federal, dejando a estados y municipios el resto. Las entidades -dijo- sólo podemos cobrar gravámenes sobre nómina, sobre bienes inmuebles y tenencia de vehículos.
Señaló que las finanzas estatales siguen asfixiadas por el peso de la Federación, esquema centralista que lamentablemente se reproduce, a su vez, de los estados hacia los municipios, los que en la actualidad reciben entre 20 y 22 por ciento de las participaciones que entrega la Federación a las entidades.
Censuró las imputaciones que hiciera el secretario de Hacienda, Francisco Gil, sobre el temor de las entidades a cobrar impuestos y su demanda de recursos. "Nosotros no queremos dinero, sino facultades tributarias; quisiera que pudiéramos cobrar el impuesto al consumo de alcoholes de mi pueblo, o el de las gasolinas o el ecológico, pero no podemos, porque hay una Ley de Coordinación Fiscal."
Monreal descalificó dicha legislación porque, dijo, más bien es de subordinación fiscal. En el fondo, uno de los grandes problemas es la evasión de más de 50 por ciento de los contribuyentes del país, lo cual no sólo es atribuible al gobierno de Fox, sino que es un problema estructural que es necesario revertir.
Cuestionado por los alcaldes en torno a su postura respecto a la iniciativa fiscal, Monreal respondió: "yo creo que debe haber una reforma fiscal, pero ha existido incapacidad en quien opera políticamente para ello". Consideró que los grandes ausentes de la reforma fiscal son los municipios, los cuales deberían exigir su participación en las discusiones del presupuesto y no ser marginados.
Por su parte, el dirigente del PAN, Luis Felipe Bravo, reivindicó los elevados salarios que perciben los funcionarios del gobierno bajo la lógica de que anteriormente las percepciones eran más bajas, "pero luego le entraban a lo grande, a dos manos; no se trata de eso. Hay que transparentar y pagarse bien".