MIERCOLES Ť 28 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Segundo largometraje del realizador español Agustín Díaz Yanes

Sin noticias de Dios encara con humor negro la eterna lucha entre el bien y el mal

Ť Es el trabajo más duro en mi carrera, asegura el actor mexicano Demián Bichir

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

spain3Madrid, 27 de noviembre. El cielo y el infierno están en la tierra, el primero en París durante el otoño, en blanco y negro y en franca decadencia, mientras que el averno es una enorme hamburguesería en la que se habla inglés y conviven incestuosamente gángsters y vicepresidentes del Fondo Monetario Internacional.

Sin noticias de Dios, segundo largometraje del cineasta español Agustín Díaz Yanes, encara en clave de comedia con inquietante humor negro la eterna lucha entre el bien y el mal, en un mundo metafórico en el que dos ángeles, 'uno bueno, protagonizado por Victoria Abril, y otro malo, por Penélope Cruz' pretenden salvar el alma, cada una a su terreno, de un boxeador acechado por la muerte (Demián Bichir).

Díaz Yanes, después de muchos años como guionista, decidió en 1995 dirigir la película que se convertiría en su ópera prima, Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto, elogiada por la crítica y por los miembros de la Academia (ganó siete premios Goya) y, de forma simultánea, aplaudida en diversos festivales internacionales. Seis años después, el realizador presentó Sin noticias de Dios, posiblemente una de las cintas más esperadas del año, no sólo por ser la segunda entrega de este cineasta perfilado por los críticos como una de las grandes promesas del cine español contemporáneo, sino porque también logró reunir a primerísimos actores del séptimo arte: Victoria Abril, Penélope Cruz, Gael García Bernal, Bruno y Demián Bichir, y Fanny Ardant, que rodaron durante doce semanas.

Metáfora de la vida

Díaz Yanes esculpió en Sin noticias... una ''metáfora de la vida'' en la que la batalla entre ''el bien y el mal'' la han ganado en realidad la tierra y ''la maldad de los humanos''. El cielo está abandonado, inmerso en una decadencia que amenaza su subsistencia, mientras en el infierno hay abundancia y prosperidad, administradas por el ''consejero delegado'' de la multinacional Davenport (Gael García).

El cielo, a punto de desaparecer por la falta de visitantes, tiene su última oportunidad en la salvación del alma de un boxeador, para lo que el cielo destina a su mejor ángel: Lola (Victoria Abril), diva que encarna lo más sublime de ''Rita Hayworth y Marlene Dietrich'', que se enfrenta a Carmen (Penélope Cruz), un gángster que purga condena en el infierno en el cuerpo de una bella mujer.

Díaz Yanes explicó en rueda de prensa efectuada en la estación del Metro Pitis, de Madrid, que su planteamiento en Sin noticias de Dios, además de entretener, plantea cuestiones de debate intelectual. El cineasta añadió que lo único que cambió de su idea original fue el personaje despain Gael García, que estaba pensado para un actor británico de 60 años, de preferencia Michael Caine; pero cuando vio Amores perros dijo ''este tío es la bomba'' y decidió transformar el personaje.

Elogios para actores mexicanos

Díaz Yanes, quien en su primer filme recurrió a actores mexicanos, expresó: ''Los actores mexicanos son lo que los ingleses al cine estadunidense, pero en lengua española. Son los mejores y se demuestra en cualquier película en la que salen actores mexicanos: hay buenos y muy buenos, pero no hay ni regulares ni malos''.

Victoria Abril, por su parte, señaló que la película ''no propone un combate entre el bien y el mal porque el mal está en la tierra, es mayoritario y siempre gana, lo que propone es un consenso, una convivencia en esta tierra que no va muy bien y que nos puede parecer una mierda, pero es lo único que tenemos.'' Mientras que Penélope Cruz confesó que había copiado los gestos de los gángsters en dos cintas: Uno de los nuestros, de Martin Scorsese, y del personaje de Richard Gere en Gigoló americano.

Demián Bichir, participante en la presentacion de la película, confesó que ha sido ''sin ninguna duda el trabajo más y duro y pesado'' en su carrera, pues tuvo que someterse a una intensa dieta y aprender a boxear. Sobre Díaz Yanes, Bichir sostiene que ''es un tipo extrañísimo porque escribe muy bien y reproduce muy bien lo que escribe, sobrepasa la misma imaginación que uno tiene cuando se enfrenta al guión por vez primera, pues me parece valioso cómo alguien puede representar en unas páginas al mundo, como es la vida; todos somos estos ángeles y demonios, todos somos terribles o maravillosos y cuando eso se puede representar en una comedia con tinte de humor negro me parece una verdadera virtud''.

Sin noticias de Dios, con presupuesto de 6 millones de dólares, es la película más cara del cine español y fue producida por Tornasol Films, Cartel y Tornasol.