Ť Prohibido por el talibán, los campesinos vuelven a producir opio
Retorna el cultivo de amapola al territorio liberado por los aliados de Estados Unidos
Ť La única forma de solucionar el problema es terminar con la pobreza extrema, afirman
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 27 de noviembre. El territorio liberado del control del régimen talibán en Afganistán por los aliados de Estados Unidos retornó casi de inmediato a su uso tradicional como campos de cultivo para producir he-roína para el mercado mundial.
El recién depuesto régimen islámico fundamentalista había reducido la producción de opio en 95 por ciento el año pasado, tal vez el esfuerzo de control antinarcóticos más efectivo del mundo, pero ahora con los nuevos aliados de Estados Unidos que regresan al poder los campesinos de la región "liberada" al oriente del país empezaron a cultivar amapola la semana pasada.
Gul Haider sembró trigo invernal en las últimas tres temporadas, pero la semana pa-sada regresó a su cultivo tradicional.
"Esta es mi tierra, acabo de sembrar hoy", comentó esta semana al periódico The Wall Street Journal al mostrar casi una hectárea de tierra recién plantada con amapola, de donde se saca el opio, cerca de la ciudad oriental de Ahmadzai.
Desde que cesó la campaña de bombardeos estadunidenses en esa región y las fuerzas de la Alianza del Norte expulsaron al régimen talibán, Haider informó a Los Angeles Times que ya ha plantado un total de 250 acres de amapola que rendirán hasta 650 libras de opio, y explicó: "Sólo dará justo lo necesario para vivir. Tengo una familia de 10 personas, entonces sólo trabajo para vivir, comer y para la ropa".
Funcionarios estadunidenses han estado evaluando cómo presionar mejor al liderazgo de la Alianza del Norte para evitar el cultivo de la adormidera, pero podría ser demasiado tarde. Campesinos de toda la región oriental de Afganistán sembraron ampola a lo largo de la semana pasada.
"Es tiempo de siembra", comentó Abdul Wakil, otro campesino, al New York Times. "Este año, 400 familias en este pueblo lo cultivarán. Tomamos el opio, lo ponemos en una bolsa, y después buscamos clientes en el bazar del viernes".
Según el Programa de Drogas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Af-ganistán fue, hasta hace poco, el mayor productor de opio en el mundo; cultivaba suficiente amapola como para surtir 75 por ciento de la heroína que se consume en el mercado mundial.
Inicialmente el talibán toleró la producción de opio y cobraba un impuesto a los cultivadores, pero el año pasado el prohibió la producción de la droga y Afganistán sólo logró producir 185 toneladas de amapola, una reducción de 95 por ciento comparado con el año anterior, según cifras de la ONU.
Los funcionarios estadunidenses, en vez de elogiar un logro sin precedente en casi cualquier país, acusaron al gobierno de sólo buscar la forma de elevar el precio mundial, aunque no destacaron las cifras que indicaban el desplome dramático de la producción de amapola.
Pero ahora el desafío, según dijo el director de la DEA, Asa Hutchinson, a la Ap este mes, es cómo evitar el retorno a la producción masiva de amapola en Afganistán.
"Claro que no somos ingenuos, la Alianza del Norte sí tiene sus propios intereses y su historia en el cultivo de amapola".
Afirmó que Estados Unidos "trabajará duramente" para buscar desalentar el cultivo de opio, pero funcionarios de la DEA no respondieron a la solicitud de La Jornada de dar más información sobre qué, en particular, están haciendo.
Bernard Frahi, funcionario del Programa de Drogas que se encuentra en Islamabad, comentó al Wall Street Journal que recibió los primeros informes de nuevos cultivos de opio en Afganistán a mediados de octubre, pero funcionarios de la ONU reconocen que será difícil evitar la siembra de lo que la gente llama ahí "narcótico".
"Los campesinos son pobres, necesitan dinero y el cultivo de opio es una cosecha que rinde ganancias", explicó otro funcionario de la ONU.
Haidar, el cultivador de Ahmadzai, explicó a Ap que el opio es mucho mas fácil de cultivar que el trigo que fueron obligados a plantar: "No tenemos mucha agua, entonces con el narcótico ganamos dinero para enfrentar el problema de la sequía. Si uno riega dos veces al año, crece bien, pero con el trigo uno tiene que regar nueve veces".
En Jalalabad, capital regional de la provincia donde vive Haider, un asesor del nuevo gobernador instalado por los aliancistas explicó que el problema es la falta de empleo, dinero y medios para sobrevivir.
"¿Qué haría usted?", preguntó Nasrullah Baryalai Arsala a reporteros del Wall Street Journal. Explicó que si Estados Unidos y Europa desean evitar la producción de heroína tienen que generar empleos y eliminar la pobreza extrema, "si no de nuevo habrá problemas, como opio, como el terrorismo. No cuentan con meses; es una decisión que se tiene que tomar en unas horas".