MIERCOLESŤ 28 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Comienza la Conferencia Interafgana en medio de fuerte presión internacional

Dispuesta la Alianza del Norte a ceder el poder a una amplia asamblea de representantes

Ť Los participantes en la reunión, decididos a lograr un acuerdo en máximo cinco días

EVA USI CORRESPONSAL

Konigswinter, 27 de noviembre. En medio de una fuerte presión internacional para poner punto final a más de 20 años de guerra comenzó la Conferencia Interafgana en las afueras de Bonn, con cuatro fracciones negociadoras. La Alianza del Norte dio señales de estar dispuesta a ceder el poder a una amplia asamblea de representantes de las distintas etnias del país, una vez que los talibanes sean derrotados.

Los participantes mostraron una sorpresiva disposición a llegar a un acuerdo en un lapso de entre tres y cinco días. La ruta política a delinear tendrá como objetivo final la conformación de una constitución y un parlamento.

Fuertes controles de seguridad tuvieron que pasar los delegados antes de ingresar a la sala de conferencias de la lujosa residencia de Petersberg, donde el gobierno alemán aloja a sus huéspedes. Los organizadores querían garantizar que no hubiera armas en la mesa de negociaciones.

Sólo unos cuantos enviados de Afganistán portaban turbante y atuendo tradicional. La mayoría llevaban traje y corbata. Muchos viven en el exilio. Los 28 delegados negocian a puerta cerrada, sólo la ceremonia de apertura fue transmitida en vivo a periodistas.

El ministro alemán del Exterior, Joshka Fischer, inauguró la conferencia -auspiciada por la ONU- apelando a los participantes a cerrar un compromiso histórico que permita un nuevo comienzo pacífico en el país devastado por la guerra. "La comunidad internacional está preparada para emprender un enorme esfuerzo para ayudar a Afganistán ahora y a largo plazo, siempre y cuando haya un acuerdo para un proceso político negociado que incluya la conformación de un amplio gobierno de transición."

Fischer pidió responsabilidad a los 25 hombres y tres mujeres representantes de las distintas etnias afganas, y exhortó a respetar los derechos humanos. Parte de ello, dijo, es devolver a las mujeres sus derechos y dignidad.

Pide el secretario general de la ONU responsabilidad a delegados

El enviado especial de la ONU para Afganistán, Lakhdar Brahimi, leyó un mensaje del secretario general, Kofi Annan, quien también pidió "responsabilidad" a los delegados, exhortándolos a hacer un lado intereses propios. "Deben pensar en los intereses de su pueblo, no permitan que se repitan los errores del pasado", manifestó.

Los líderes de cada una de las cuatro delegaciones, en torno de una mesa redonda con 36 lugares, hicieron declaraciones iniciales antes de proceder a la formación de grupos de negociaciones alternantes. Yunus Qanuni, líder de la delegación de la Alianza del Norte y ministro del Interior del movimiento, expresó la disposición de ésta a compartir el poder en Afganistán. "No es ningún honor para nosotros el seguir combatiendo para monopolizar el poder", expresó el dirigente de origen tadjiko, considerado una de las figuras más poderosas de la alianza.

Después de que la Alianza del Norte, integrada por grupos étnicos minoritarios tadjikos, uzbekos y hazaras, lograragermany_conference_2oo con la ayuda de Estados Unidos expulsar a los talibanes de amplias regiones del país, se teme que los aliancistas pudieran aspirar a la conformación de un gobierno con sus propias fuerzas, excluyendo la participación de la población pashtún, mayoritaria en Afganistán. Qanuni recibió una larga ovación por parte de todas las delegaciones.

El portavoz de Brahimi, Ahmad Fawzi, señaló ante periodistas que hay consenso entre las partes negociantes para alcanzar un amplio acuerdo en un lapso de tres a cinco días. El objetivo de la conferencia es llegar a un acuerdo para la conformación de una administración y un consejo supremo interinos que, según la propuesta de la ONU, gobernarían por un periodo de entre tres y seis meses.

Ambas instancias prepararían la formación de un gobierno y una loya jirga (gran asamblea) de transición que conduciría el país por un periodo de dos años, hasta la proclamación de una constitución y una loya jirga definitiva. "Esperamos un acuerdo consensuado" dijo Fawzi.

En la conferencia deberá aclararse cómo se garantizará la seguridad de Afganistán bajo un gobierno de transición, eventualmente con el estacionamiento de tropas multilaterales. Ni Fischer ni Brahimi mencionaron nada sobre el ex rey en el exilio en Roma, Zahir Shah, como líder potencial de un gobierno de transición, sobre los talibanes, o sobre una misión de paz integrada por fuerzas multinacionales, puntos conflictivos en la transición política en Afganistán.

Sin embargo, el comisionado especial de Estados Unidos para Afganistán, James Dobbins, manifestó que la Alianza del Norte dio señales de estar dispuesta a reconocer al ex rey como figura simbólica de integración al frente de un gobierno de transición.

La integración de las delegaciones

La Alianza del Norte o Frente Unido, encabezada por el tadjiko Yunus Qanuni, ministro del Interior del movimiento, participa en las negociaciones con 11 delegados, entre ellos líderes de la etnia pashtún, chiítas apoyados por Irán y tadjikos. La delegación aliancista incluye una sola mujer, quien estuvo exiliada en Irán y es defensora de los derechos humanos.

La llamada delegación de Roma está integrada por figuras cercanas al ex rey Sahir Shah y está encabezada por el uzbeko Abdul Sattar Sirat, consejero del ex monarca. También está presente su nieto, el príncipe Mostafah Zaher, así como intelectuales en el exilio y dos mujeres. La de Peshawar, apoyada por Pakistán, está conformada por tres personas, y la de Chipre, avalada por Irán, está compuesta por representantes afganos exiliados en Chipre.

Todas las delegaciones viajan con un nutrido grupo de asesores. Debido a la rápida evolución en el campo de batalla, algunos líderes mujaidines claves, como el general uzbeko aliancista Abdul Rashid Dostam, decidieron enviar a representantes a la mesa de negociaciones.

"Los líderes de las delegaciones se pronunciaron en favor de encontrar un acuerdo que permita la reconciliación nacional", señaló Ahmad Fawzi. Todos se refirieron a este encuentro como el inicio de una nueva era para Afganistán. "Tenemos sed de paz -dijeron con similares palabras-, estamos aquí para trabajar en un amplio acuerdo."

Durante la segunda reunión plenaria se recibió una llamada telefónica de Sayed Hamid Karzai, líder pashtún del sur de Afganistán, quien reflejó los ánimos de los participantes: "Somos una nación, una cultura. Creemos que el Islam es una religión de tolerancia. Este encuentro es el camino hacia la salvación. Toda la gente con la que he hablado cree que la loya jirga es un vehículo para alcanzar un gobierno legítimo, y una autoridad interina es el medio para conformar una loya jirga".

Sólo los talibanes no estuvieron representados ni tampoco se les mencionó. Si acaso, se les recordó con una frase: "Ya no hay cabida a maneras de pensar de la edad de piedra", manifestó uno de los delegados.