Hoy reabre sus puertas con la muestra Propuesta # 1: el espacio
La relación pintura-fotografía, constante de la Sala de Arte Público Siqueiros
FABRIZIO LEON DIEZ
Una nueva oportunidad para conocer a David Alfaro Siquieros se tendrá a partir de hoy, cuando, luego de su remodelación, se reabra la Sala de Arte Público con una exposición interactiva llamada Propuesta # 1: el espacio.
La casa y taller donde vivió el polémico artista fue donada por él al pueblo de México hace casi 28 años. En este espacio se sintetiza de alguna manera el continuo ejercicio de Siqueiros para hacer un uso artístico de los espacios a partir de su singular manera de trazar las formas de sus temas: la poliangularidad. Es decir, el uso de la perspectiva para que el muralismo pueda apreciarse desde diversos puntos de vista, mientras el espectador se mueve.
Considerado como el generador de la corriente muralista mexicana y "uno de los tres grandes", se podría decir que sin la obra de Siqueiros no se explica el arte contemporáneo latinoamericano. Asimismo como personaje político e intelectual, David Alfaro es sin duda una huella digital indeleble en la memoria de este país. Nunca pensó vivir sin problemas: éstos eran en primera y última instancia, al parecer, el principal motivo de su pintura.
Temperamento que se vuelca en lo vital
El periodista Julio Scherer García, en el libro La piel y la entraña, publicado en 1974, describe al pintor de la siguiente manera: "Sus días (de Siqueiros) no tienen desperdicio y no conoce ?hablamos gráficamente por supuesto? aquello que no solicite su atención. La violencia al lado de la ternura, la convicción junto a la arbitrariedad, el sacrificio y la vanidad que se enredan en el mismo nudo, el afecto que despierta en los niños y las historias sombrías que le persiguen, no son sino manifestaciones de un temperamento que se vuelca sobre todo lo que de vital existe. Siqueiros es, en lo íntimo, como los abultados y estallantes músculos de sus óleos".
En coincidencia con el aniversario de la Revolución Mexicana el nuevo equipo que dirige la Sala de Arte Público Siqueiros pondrá de nueva cuenta en circulación la idea de este espacio-museo-taller como lo pensó el artista, es decir, "como un centro de experimentación pública para el arte por venir. Lejos de ser un mausoleo en memoria de uno de los tres ilustres del muralismo mexicano, queremos que la Sala de Arte Público se perfile como un espacio abierto al presente y como un foro donde el legado del maestro se encuentre en constante diálogo con las preocupaciones teóricas y creativas que ocupan el arte actual", dice Itala Schmelz, actual directora de este centro cultural, quien junto a un equipo formado por 30 personas jugará con el perfil de Siqueiros en los próximos años.
El museo menos visitado del INBA
La casa se encuentra en Polanco y es "el museo menos visitado del INBA", dice la directora, no obstante ser sui generis, ya que el diseño de los espacios y la experimentación técnica que David Alfaro utilizó para lo que fuera su taller es por demás notable. La relación de la pintura y la fotografía es la constante: "Esto se puede apreciar en los trazos que se encuentran en la Sala, donde usó fotos de los murales en proceso para trazar líneas estructurales que unen al mural con el espacio arquitectónico que lo rodea. Y para que esto se pudiera apreciar el artista pensó en crear un museo de la composición mural y eligió este inmueble", que representa la arquitectura funcionalista de los años cincuenta, afirma Itala.
De Siqueiros Raquel Tibol escribió: "Quizás ningún artista del siglo XX necesitó como él expresar de manera polémica o didáctica, evocativa o premonitoria, los problemas que le planteaba objetiva o subjetivamente el hacer artístico. Siqueiros le dio enorme importancia a la expresión de las ideas, al debate, al análisis (...). Son tantos y tan importantes sus aportes en ideas, que el arte contemporáneo de México, desde la arquitectura a la estampa, sería otro si él no hubiera existido. Siqueiros estableció, con ideas primero y con obras después, las bases para un nuevo arte americano no subsidiario".
El legado de Siqueiros, junto con la casa, incluye una alucinante cantidad de fotografías en las cuales se aprecia el uso y manipulación de la imagen para sus trabajos y teorías.
Siqueiros pensaba que la fotografía tenía una función: "Como checador del proceso plástico al arte de la pintura y al arte en general. Servir documentalmente como colaborador objetivo y psicológico y (...) como la fotografía ha transformado en prueba documental lo que antes sólo fue hipótesis (...) ésta ha abierto la puerta, mejor que ningún otro instrumento, con más amplitud, al enorme progreso contemporáneo en todas las vías de la ciencia y de la técnica", escribió el artista en 1945 en la revista Hoy. Y si algo se puede comprobar en los archivos que resguarda la Sala de Arte, es que el oriundo de Chihuahua y conspirador contra Victoriano Huerta aprovechó el nervio alucinante de sus ojos para hacer de la fotografía un uso extremo y desacralizador de la imagen como fuente de formas, para la pintura mural.
El archivo contiene: 11 mil 774 fotografías, 7 mil 102 expedientes, 16 películas de cine, 37 en video, 53 cintas de audio y 20 casetes, 2 mil 150 libros y 1 mil 435 publicaciones. Además, el acervo incluye 47 pinturas, 75 obras gráficas y 64 dibujos, amén de los murales que inundan la casa, la cual ha tenido que ser modificada para reconstruir las bodegas, oficinas y ciertos muros falsos que impedían el acceso de luz a la sala.
El equipo multidisciplinario integrado para esta nueva
etapa del museo tiene previsto desarrollar varios proyectos durante el
próximo año, como la rehabilitación del espacio llamado
El Cubo, donde se invitará a diversos artistas a exponer, así
como la creación de una sala de lectura en medio de los trazos murales
que hizo el artista. Habrá una cafetería y, en exposición
permanente, la obra de Siqueiros. La sala, ubicada en el número
29 de la calle Tres Picos, en Polanco, abrirá de nuevo sus puertas
al público hoy con una actividad llamada Propuesta # 1: el espacio.
En 1944, Siqueiros conoce al fotógrafo colombiano
Leo Matiz; juntos desarrollan sesiones de trabajo donde el modelaje de
ellos mismos y de sus ayudantes daría pie a la composición
pictórica que el artista llevaba a su obra. La relación entre
los dos creadores terminó cuando en 1947 Matiz acusó al pintor
de haber plagiado fotografías suyas para copiarlas en sus cuadros
FOTO LEO MATIZ. ACERVO SALA DE ARTE PUBLICO SIQUEIROS/CONACULTA/INBA
David Alfaro Siqueiros recurrió constantemente a la fotografía como un auxiliar en su trabajo plástico. Aquí, dos de las matrices que utilizó en 1951 para la composición de su mural Tormento a Cuauhtémoc, ubicado en el Palacio de Bellas Artes FOTO GUILLERMO ZAMORA. ACERVO SALA DE ARTE PUBLICO SIQUEIROS |
El equipo de investigadores y trabajadores que actualmente tiene a su cargo la transformación del recinto FOTO FABRIZIO LEON
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