MARTES Ť 27 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť La colectiva de artistas extranjeros se abrirá el 4 de diciembre en el MAM

Arte contemporáneo internacional ofrecerá pluralidad desde la perspectiva de lo global

Ť Ver que no es un fenómeno de mercado implica un aliciente, dice el director del museo

MERRY MAC MASTERS

La exposición Arte contemporáneo internacional incluye 47 obras de fotografía, pintura, video y arte objeto de una treintena de artistas lo mismo ''de Corea, que de Inglaterra, de Estados Unidos o de origen musulmán''; será inaugurada el 4 de diciembre en el Museo de Arte Moderno (MAM) y pretende apuntalar una vocación latente en su colección.

chrisAl asumir la dirección del recinto, a Luis-Martín Lozano le pareció fundamental analizar la vocación del museo en el sentido de su colección a la que conocía ''muy bien'' en términos de su etapa moderna. Pero, al montar la exposición de la colección permanente en la sala Carlos Pellicer, pudo analizar con mejor detalle la segunda mitad del siglo XX, y aquilatar su vocación contemporánea, incluso en un nivel internacional que ésta había tenido en los años sesenta y setenta, pero que ''fue perdiéndose poco a poco, yo diría, sobre todo, por razones presupuestales''.

Elemento crítico frente a la historia

El deber para los directores de museos, hoy día, explica Lozano, es conformar sus propios proyectos a sabiendas, por un lado, de sus vocaciones, pero también con el empuje para alcanzar esas vocaciones de manera plena. Con el apoyo de coleccionistas, museos y galerías es más fácil consolidar este tipo de proyectos, agrega.

Es así como nace Arte contemporáneo internacional, exposición ''heterogénea y plural''. Los artistas participantes -entre los que no figura ningún mexicano- no siguen una línea temática ni un movimiento ni una técnica en particular. ''Es la pluralidad en una perspectiva de lo global'', afirma Lozano. Dentro de ese ''panorama internacional de lo último que sucede'', se incluyen propuestas estéticas presentes en foros como las bienales de Venecia, Lyon, Sydney y la organizada por el Museo Whitney de Arte Americano, en Nueva York.

Por ejemplo vendrá la videoinstalación Flex, 2000, de Chris Cunningham, ''una de las piezas estelares de la Bienal de Venecia de este año y que fue un escándalo cuando se presentó en la Real Academia de Londres''. Su temática, describe Lozano, tiene que ver con la violencia de pareja como reflejo de la violencia que vive el mundo, pero también tiene ''una visión de esperanza muy utópica''.

También hay obra de Franz Ackermann, Aziz + Cucher, Matthew Barney, Julie Becker, Vanessa Beecroft, Gregory Crewdson, Pineki Dijkstra, Todd Eberle, Keith Edmier, Tom Friedman, Damien Hirst, Do Ho Suh, Craig Kalpakjian, Charles Long, Miltos Manetas, Jason Martin, Shirin Neshat, Orlan, Richar Patterson, Pablo Reinoso, Alexander Ross, Thomas Ruff, Sandy Skoglund, Wolfgang Tillmans, Piotr Uklanski, Helen van Meene, Leo Villarreal, Lisa Yuskavage y Otto Zitko.

Si hay algo en lo que todos convergen, sería en asumir que el artista es un individuo que refleja su propia condición existencial ante el contexto que lo rodea, ya sean las instituciones, las religiones, la moralidad, la sociedad o el hecho creativo mismo. Desde esta perspectiva, apunta el entrevistado, es un aliciente ver que el arte no es un fenómeno de mercado y que sigue cumpliendo la función esencial para la cual fue concebido en la historia de la humanidad: ser un elemento crítico frente a la historia, un refugio de la poética del individuo, de sus emociones más internas, de las incongruencias entre esta individualidad frente a la colectividad.