MARTES Ť 27 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
ANTE LAS lagunas legales existentes en la reforma política del Distrito Federal respecto de las 16 demarcaciones políticas, todo parece indicar que en breve podría crearse algo muy parecido a un sindicato de delegados desde el cual se pudieran generar algunas opciones de gobierno para estas instancias.
UNA DE las preocupaciones mayores para estos funcionarios es el reparto de los dineros del presupuesto de la capital porque, según afirman algunos de ellos, en ningún momento se les consultó sobre las necesidades más apremiantes de las delegaciones a su cargo.
LAS RECIEN redactadas reformas constitucionales para la ciudad, que están en manos de la Cámara de Diputados, dejaron de lado el asunto de las delegaciones porque, en este caso, no hubo acuerdos entre PRI y PRD, principalmente.
PARA EL tricolor no había discusión alguna sobre el tema, incluso hay priístas cuya opinión va en el sentido de sacar a las delegaciones del contexto electoral para evitar su autonomía financiera.
EL PRD apoya la elección de delegados e incluso hay quienes hablan de otorgar mayores facultades a las demarcaciones políticas.
LAS DIFERENCIAS entre unos y otros evitaron el consenso que hubiera cambiado la circunstancia actual.
EL PAN, en un arranque de audacia, pretendió que las delegaciones fueran totalmente autónomas. Es más, se dice que la estrategia es, aún ahora, crear una zona azul que abarque el poniente de las delegaciones del DF y los municipios del estado de México adyacentes, y dejar a PRI y PRD la zona pobre, es decir, el oriente de la ciudad y municipios como Texcoco y Ciudad Nezahualcóyotl. Ninguna de las opciones triunfó.
DE CUALQUIER forma las cosas podrían haber ido tranquilas, pero los delegados quieren que la distribución presupuestaria sea lo más equitativa posible y advierten una serie de carencias económicas, producto, según ellos, ƑƑƑ??? en cada una de las 16 delegaciones.
HAY MAS. Casi en general entre los panistas y entre algunos perredistas existe la opinión de que los gastos presupuestarios van en dirección de la jefatura de Gobierno, que los ejerce sin llevarlos hacia las demarcaciones.
EN OTRAS palabras, los delegados, o una buena parte de ellos, suponen que Andrés Manuel López Obrador se niega a darles recursos porque en el gasto sólo quiere que aparezca la labor del gobierno central.
AUNQUE ES cierta la indefinición legal en que se hallan hoy las delegaciones, la aprobación de las reformas al 122 constitucional ayudarían a cambiar la vida de las demarcaciones.
Y SERA en el estatuto constitucional, que deberá discutirse después de aprobada la reforma, donde se definan los cambios que puedan establecer facultades, "coordinadas y subordinadas" (a la jefatura de Gobierno), a las delegaciones, porque hoy, sea como sea, carecen de ellas.
EL ASUNTO va para largo, pero de que existe molestia entre los delegados, existe. No sería malo darles mayor información para evitar que en breve la confusión lleve a males mayores.
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