MARTES Ť 27 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Teresa del Conde

Festival de artes

Como preámbulo a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el ayuntamiento de Zapopan en vinculación con el Colegio de Jalisco, que dirige el historiador José María Muriá, organizó un festival de galerías acompañado de una serie de conferencias y mesas redondas bajo la coordinación de Enrique Lázaro. Este, galerista de muchos años y promotor cultural, mostró tener poder de convocatoria, pues entre las galerías representadas estuvo la de Enrique Guerrero, que a mi criterio ofreció uno de los mejores stands, no sólo porque abrió el pequeño recinto que le correspondía con una espléndida tinta de José Clemente Orozco, sino por la calidad de otras piezas que allí pudieron verse, entre otras una de las más bellas pinturas de formato pequeño de Roberto Matta (una positiva joya), alternando con obras de artistas muy inn de la ciudad de México, de Guadalajara y otras urbes.

Los stands fueron dispuestos de manera adecuada en una especie de carpa estrictamente ajustada a las necesidades galerísticas y el hecho habla de un método conveniente de descentralización en la propia Guadalajara. Hubo pintura, grabado, escultura, arte objeto para todos los gustos a través de los stands que reunieron mociones de varios estados de la República, como la Casa de Arte 3 de Guanajuato (con la presencia de expositores como Gustavo Pérez, Lothar Müller, Jordi Boldó y Patricia Soriano, entre otros). Obviamente participaron también galerías de Guadalajara, como la Terranova, en la que pudo observarse un buen cuadro de Luis Valsoto, algo obstruido en su presentación por la pieza escultórica de Alejandro Colunga.

Valsoto es un pintor en quien tiempo atrás debimos haber reparado quienes nos hemos ocupado de armar exposiciones, ya que sus obras, en apariencia apacibles, muy ''pinturas-pinturas'' son a la vez inquietantes. Es uno de los pintores que gusta de pintar sombras proyectadas, tema de la última exposición que coordinó, prologó y llevó a cabo en la National Gallery de Londres el venerado maestro sir Ernst H. Gombrich, quien falleció el pasado 3 de noviembre.

Todo cuerpo sólido proyecta sombra, de acuerdo a la incidencia de la luz, pero no todos los artistas son proclives a pintar o dibujar sombras proyectadas y de aquí, entre otras cosas, que el arte de Valsoto me llame la atención. Carlos Blas Galindo entiende bien a este pintor en un ensayo de su autoría en el que lo vincula con Tamayo y María Izquierdo, afirmando al mismo tiempo que su visión no es nacionalista, aun y cuando guarde nexos con ''remanentes del pasado''. Así es, y lo que más atrae de sus obras es que producen placer a la mirada, cosa que no es frecuente en los pintores figurativos de hoy día aunque haya excepciones. Ojalá a alguien se le ocurra retomar a este pintor, digno de una semi-retrospectiva que necesitaría tener como sede alternativa un recinto del Distrito Federal, pues es poco lo que se le conoce aquí.

En torno del festival al que aludo deseo resaltar la mesa redonda organizada por Patrik Charpenel, debido a los magníficos comentarios que escuché sobre la misma. Participaron Itala Schmeltz, Magali Arreola y Abraham Cruzvillegas.

Durante las 24 horas de mi permanencia en Zapopan disfruté de la visita de lo que será un nuevo museo -el edificio es amplio y cuenta con todos los requerimientos técnicos y de espacio necesarios-. Según escuché de boca de Macedonio Tamez, presidente municipal y amante de las artes, el recinto abrirá sus puertas al público el próximo febrero. Ojalá este nuevo organismo cuente con un patronato idóneo y una buena dirección, pues lo único conflictivo que percibí en torno a lo que ya no es un proyecto, sino un hecho, es la carencia de una colección para exhibirse allí.

Puede ser que si se cuenta con el personal idóneo (hay personas muy capaces en esas tierras tapatías) y con un presupuesto básico, eso sea un acierto, pues se tendría de tal modo en esa capital de estado aquel espacio tipo Kunsthalle que tanta falta hace. La altura de los muros, las amplias galerías de exhibición, el patio central, el área para talleres infantiles, más un sitio idóneo para cafetería y tienda hacen pensar en que el proyecto puede redundar en una concreción de importancia nacional y con el tiempo internacional. Pero de momento no existe allí el respaldo curatorial, pongamos por caso, que ya logró el Museo de Arte Abstracto de Zacatecas bajo la supervisión y el apoyo tenaz de Manuel Felguérez.