MEXICO S.A.

Ť Carlos Fernández-Vega

PARA ALGUNOS DIRIGENTES de la cúpula empresarial -históricamente integrados al círculo verde de la administración pública en turno- la ecuación es sencilla: "Una cosa es estar en campaña y otra ejercer el gobierno". Sin embargo, todo parece indicar que el destinatario del mensaje aún no alcanza a descifrar la diferencia entre una y otra etapa.

A UNOS CUANTOS DIAS DE cumplir su primer aniversario como inquilino en Los Pinos, el presidente Fox no puede aflojar su inagotable dinámica de ofrecer, y en lo que a ofertas y compromisos se refiere, a pesar de que los contraídos en campaña -en la electoral, desde luego- no han sido satisfechos ni superficialmente, en el mejor de los casos, durante su etapa como gobernante. Bastaría revisar, simplemente como ejemplo, los compromisos relativos al crecimiento económico (menos cero por ciento) y la generación de empleo (menos 450 mil de noviembre a noviembre).

PERO NO HAY QUE SER TAN drásticos: si el chiquillo mayor no tiene registro del cúmulo de compromisos hechos a lo largo de su campaña política y de su primer año de gobierno, mucho menos lo tiene de la insatisfacción de dichas obligaciones. Podría calificarse de inexperiencia o de falta de entendimiento, pero para efectos prácticos el resultado es igual.

LO ANTERIOR PARECE confirmarse con lo expuesto ayer por el presidente Fox durante la presentación del Programa Nacional de Vivienda 2001-2006. El cumpleañero sostuvo ante su auditorio, sin la menor brizna de autocrítica, que "no hay un sólo compromiso de campaña que no esté siendo atendido y que no tenga una respuesta concreta en el Plan Nacional de Desarrollo o en cada uno de los planes sectoriales''. El problema, sin embargo, es que para Vicente Fox y su gobierno la etapa de ''atender'' dichos compromisos ya pasó, y desde hace casi un año accedió -probablemente sin enterarse- a la de satisfacerlos.

Y MIENTRAS EL INQUILINO de Los Pinos resuelve su propia ecuación, el secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, informó ayer que entre enero y septiembre de este año México captó más de 22 mil millones de dólares de inversión extranjera directa, lo que haría un acumulado de 85 mil millones en la última década.

PARA EL FUNCIONARIO ESE tipo de capital "constituye un elemento clave para el desarrollo de las naciones", entre ellas, desde luego, México. Sin embargo, el comentario parece no tener mucho sustento, toda vez que este tipo de inversión tiene una mecánica no muy positiva para la economía nacional: 70 por ciento de las utilidades es remitida a la nación de origen -en la mayoría de los casos Estados Unidos- y sólo 30 por ciento se reinvierte en la misma economía que generó esa ganancia.

AUNQUE PAREZCA MENTIRA, la información no proviene de ningún integrante del antimexicano círculo rojo, sino de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (la UNCTAD). En México 22 mil empresas trasnacionales cuentan con registro para operar y hacer business sin ningún tipo de problema, lo que ubica a este heroico país en la posición número 15 en lo que a inversión extranjera se refiere.

PERO EL GOBIERNO DICE que la inversión extranjera es "un elemento clave para el desarrollo", a pesar de que México ha registrado, en los últimos cinco lustros, un comportamiento económico más bien raquítico y, todo indica, un desarrollo prácticamente nulo. No obstante, la presencia masiva de capital foráneo ha sido promovida y defendida a capa y espada por las administraciones prianistas de los últimos años por los supuestos beneficios que otorga. Por lo mismo, la generación de empleo es devastadoramente deficitaria, los niveles de bienestar están en la lona y, según el Banco Mundial, 58 por ciento de la población se encuentra en la pobreza o de plano en la miseria. Pero todo sea por el bien del país, porque 37 por ciento de las empresas trasnacionales que operan en el mundo tiene algún tipo de actividad en tierra azteca.

LAS CIFRAS DEL SECRETARIO de Economía sobre la recepción de capital foráneo productivo no terminan de cuadrar. Un informe de la dependencia que preside Luis Ernesto Derbez revela que de enero a junio del presente año se recibieron notificaciones sobre inversión extranjera directa por 4 mil 310.3 millones de dólares, pero que sólo 61.2 por ciento de ellas (2 mil 636.2 millones) correspondieron a inversión nueva, realizada en los primeros seis meses de 2001. La diferencia proviene de rezagos de 2000 (26.4 por ciento o mil 138 millones), 1999 (7.2 por ciento o 309 millones) y años anteriores (5.2 por ciento o 227.1 millones).

DICHO REPORTE REVELA que en el periodo referido, de los 2 mil 636.2 millones de dólares de inversión extranjera directa notificada al Registro Nacional que lleva la estadística correspondiente, sólo 11.1 por ciento (293.1 millones) se refiere a nueva inversión, 65.7 por ciento (mil 730.9 millones) a reinversión de utilidades y 23.2 por ciento (612.2 millones) a cuentas entre compañías.

LA SECRETARIA DE ECONOMIA sostiene que en el primer semestre de 2001 las empresas con inversión extranjera directa realizaron inversiones por 3 mil 15.1 millones de dólares, monto que aún no se notifica al Registro Nacional correspondiente. Esta última cifra se integra con 2 mil 565.8 millones de nuevas inversiones, 229 millones de reinversiones de utilidades y 220.3 millones de cuentas entre compañías. Así, el diferencial entre los 22 mil millones de dólares presumidos por el secretario Derbez, aún considerando la operación de compra venta de Banamex-Citigroup (limpia de impuestos) y la cifra revelada al cierre del primer semestre habrá que buscarlos en otra parte.

AHORA QUE SI DE CAPITAL extranjero se trata, así sea especulativo, qué decir de los números proporcionados por la Bolsa Mexicana de Valores: en septiembre el saldo de la inversión foránea en el mercado bursátil nacional se desplomó 18 mil 221.04 millones de dólares (26.66 por ciento), al pasar de 68 mil 357.07 millones el 31 de agosto a 50 mil 136.03 millones el 28 de septiembre, último día hábil de ese mes.

TODO SEA POR EL "desarrollo" del país.

Las rebanadas del pastel: