martes Ť 27 Ť noviembre Ť 2001
Marco Rascón
ƑAdónde se fue la gente?
El vacío político se volvió realidad; la abstención social, decisión; la ausencia de ideas, protagonismo; y la introspección ciudadana es hoy la principal acción participativa en México. La movilización social, esencia del cambio histórico, se paralizó ante el determinismo de la injusticia y el triunfo del discurso de la incoherencia, de la ética del oportunismo y de la incompatibilidad entre la expectativa y los hechos.
Tras la lucha contra 70 años de simulación democrática devino la desarticulación de las fuerzas sociales y la crisis de las instituciones del entendimiento, es decir, de los partidos políticos. Por querer ver hacia afuera desde una barda, perdimos la visión de adentro; el apuro por integrarnos al espejismo de la globalización podría dejar en el país un saldo de 30 años de atraso y subdesarrollo.
Se vive un momento en que las contradicciones internas se generan al margen de lo racional y sus expresiones formales son consecuencia del triunfo efímero de las políticas contrainsurgentes contra las luchas de resistencia, las protestas, las demandas por la verdad y las exigencias económicas.
La crisis de los sindicatos, la organización urbana y campesina, el descrédito por la gestión social y los liderazgos naturales se explican no por las carencias ni por el avance de las instituciones, sino por la infección generalizada de la política. Hoy el terror une y la única escapatoria posible es convertir todo en comedia, porque la violencia actual conlleva un grave peligro: la falta de respuesta social y la incapacidad de indignarse.
Bajo el fundamento de la seguridad, los medios de comunicación son el bastión de la intolerancia. Un enajenado, feliz con la guerra, preside Estados Unidos y se ha vuelto el juez del mundo que decidió que la detención policial de Osama Bin Laden justificaba lanzar miles de bombas sobre un país pobre y aislado. ƑSurgirá un Picasso que simbolice en la pintura las bombas sobre Kabul?
El terror de Estado ha nacido en medio de una crisis de legalidad patente en el momento mismo en que Bush anuncia al Congreso que Bin Laden es el autor de los atentados del 11 de septiembre y que se encuentra en Afganistán, y así, ante el aplauso de todos, salvo el de una representante que recibió miradas de odio, la denuncia se convirtió en sentencia y en orden de ejecución sin mediar proceso ni defensa del gobierno talibán que acepta sumiso los bombardeos.
Bajo estas verdades pontificias la venta de armas está en auge. El tema de seguridad nacional gana el debate sobre las medidas económicas, y la pobreza adquiere carácter de paraíso frente a los pobres que están en guerra. Las clases medias se ahogan en la incertidumbre y la pérdida de su nivel de vida. Los ajustes, el recorte de presupuestos aprobados, la austeridad como doctrina de la ineptitud son el único discurso de los gobiernos sumisos ante la consigna de la recesión.
Casos locales como el asesinato de Digna Ochoa y el trato a campesinos en la "ciudad de la esperanza" desconciertan por la falta de respuesta o a la utilización de las frases sacadas del diccionario de la impunidad y del viejo autoritarismo. ƑA quién asustan unos machetes, instrumentos de trabajo, símbolos de la indignación frente al despojo empresarial? ƑAcaso el gobierno del Distrito Federal comprendió que era cierta la tesis contrainsurgente de que una mano campesina de machete se convierte en mano terrorista? ƑQué ha sido de la Danza de los machetes de Guerrero? ƑSerá que la danza talibán de Salvador Atenco amenaza las buenas conciencias de la capital, sumidas en el escándalo, la nota roja y el morbo?
Es grave la posición del gobierno mexicano y de los partidos políticos frente a la manipulación belicista de Bush y las trasnacionales, pero causa mayor extrañeza la pasividad popular frente a tantos absurdos.
El vacío está decidiendo muchas cosas al dejar sin contrapeso a los gobiernos, a las brumosas formaciones políticas y a las instituciones que siguen de pie gracias a la falta de resuesta.
Los organismos formales de la república, las instituciones del entendimiento, las fuerzas naturales del cambio social ya no dirigen ni la incertidumbre.
ƑAdónde está la gente que aplaudía, que se asociaba, que se manifestaba, que criticaba y que votaba? ƑPor qué va callada en el transporte público, en los mercados, en las calles, sin responder a los mensajes, las campañas, las diatribas y los escándalos que lanza ruidosamente la oligarquía a través de sus guiñoles? ƑPor qué las masas se volvieron silenciosas y autistas frente a la estridencia de activistas y líderes? ƑCuál es la razón por la que ha dejado de existir la opinión pública y en su lugar se ha extendido el gran silencio? ƑPor qué ya no existen líderes de opinión? ƑPor qué las encuestas se convirtieron en instrumentos del determinismo?
Pareciera que el pueblo de México decidió tomar la misma actitud que Gregorio: hacer una tregua geológica, volcánica, antes de lanzar piedras.