MARTES Ť 27 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Acusa Castro a EU de recrudecer hostilidades, pero negocia la adquisición de productos

Buscará Cuba en Asamblea General de la ONU nueva condena al bloqueo económico

Ť Año tras año más naciones reprueban las políticas de cerco contra la isla

Ť Serían por 30 millones de dólares las operaciones de compraventa de alimentos

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 26 de noviembre. Cuba buscará este martes en la Asamblea General de las Naciones Unidas una nueva condena de la comunidad internacional al bloqueo económico que aplica Estados Unidos contra la isla desde hace cuatro décadas, mientras en un carril paralelo negocia la compra de alimentos, medicinas y materias primas a empresas estadunidenses, en una plástica demostración de las fisuras de esa represalia heredada de la Guerra Fría.

La Asamblea General someterá mañana a votación el proyecto de resolución 55/20, Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, "termómetro" anual al que La Habana somete el caso desde hace una década y contrapunto de otra consulta internacional, la que también desde los años 90 realiza sobre el país la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

La votación sobre el bloqueo estadunidense es un fuerte puntal en la diplomacia cubana. Desde que se presentó a la Asamblea General, en 1992, la resolución se aprueba cada año con más gobiernos en favor y menos abstenciones. En esta consulta Estados Unidos suele quedar solo, con la única compañía de Israel, y en ocasiones de uno o dos países más, para un total de entre dos y cuatro votos en contra.

Aunque carece de cualquier vinculación práctica, la votación del bloqueo mide la capacidad de algunos gobiernos para dejar solo a Estados Unidos en un foro mundial e incluso de votar contra la superpotencia. El mensaje de fondo es que, por encima de cualquier otro asunto a debate, la persistencia de la política de cerco económico, que Cuba evalúa con un perjuicio acumulado de unos 121 mil millones de dólares, está claramente reprochada por el mundo.

El informe para Kofi Annan

Un informe cubano al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que es el punto de partida del debate y la votación, concluyó que el gobierno del presidente George W. Bush ha recrudecido la política de hostilidad hacia la isla y "ha hecho de la retórica anticubana y de los compromisos asumidos con la mafia anexionista con sede en Miami el fundamento de sus acciones contra Cuba".

El informe, difundido hoy aquí, critica la promoción a cargos dentro del gabinete de Bush o del Departamento de Estado, de ciudadanos de origen cubano relacionados con la Fundación Nacional Cubano Americana, eje del anticastrismo radical en Miami, "cuya naturaleza terrorista ha sido denunciada y probada", y la reiteración de "un lenguaje duro que aleja definitivamente la posibilidad de que bajo el presente gobierno prosperen iniciativas para modificar la actual política o que se proyecten hacia la distensión, el diálogo o la verdadera flexibilización del bloqueo contra Cuba".

Sin embargo, el que parece uno de los gobiernos estadunidenses más agresivos contra la isla, está dando curso a una negociación que puede desembocar en la primera operación comercial entre ambos países en cuatro décadas. El presidente Fidel Castro ha ratificado en dos ocasiones, en las últimas dos semanas, que ese proceso avanza, aunque ha omitido dar detalles.

La operación arrancó tras un intercambio de notas diplomáticas entre ambos gobiernos luego del paso del huracán Michelle por la isla, hace tres semanas, que causó cinco muertos, miles de damnificados, casas destruidas y cosechas arruinadas, con un impacto económico que aún no ha sido cuantificado oficialmente. Una oferta estadunidense de ayuda humanitaria fue rechazada por Castro, quien en cambio propuso la negociación para realizar la compra en efectivo, por una sola vez y con carácter excepcional.

El Consejo Económico y Comercial Cuba-Estados Unidos, un despacho de gestión y análisis con sede en Nueva York, informó en su más reciente reporte semanal que el pasado 20 de noviembre la empresa estadunidense de Illinois Archer Daniels Midland Company signó el primer contrato -desde 1962- de una firma de Estados Unidos con una entidad de la isla, la Empresa Cubana Importadora de Alimentos (Alimport), para la venta de 20 mil toneladas métricas de trigo que serán enviadas de Texas en diciembre, así como de 5 mil toneladas métricas de arroz; 12 mil toneladas métricas de frijol de soya; 6 mil toneladas métricas de aceite de soya y 20 mil toneladas métricas de maíz, para embarques entre diciembre y enero desde Nueva Orleans y Houston, con negociaciones en curso entre las partes sobre otros productos.

El informe agregó que el 21 de noviembre la Ricelands Foods Inc. de Arkansas firmó otro contrato con Alimport para la venta de 15 mil toneladas métricas de arroz para despacharse entre diciembre y enero desde Nueva Orleans. Otro acuerdo fue alcanzado entre la misma entidad cubana y Cargill Inc. de Minnesota, para exportar 20 mil toneladas métricas de trigo, 19 mil toneladas métricas de maíz y 5 mil toneladas métricas de aceite crudo vegetal, para embarques entre enero y febrero de 2002.

Según el consejo, el total de las compras que pretende Cuba en esta operación alcanzarían un valor de 30 millones de dólares y equivaldría a 4 por ciento de las compras de Alimport en 2000, de unos 750 millones de dólares. El organismo dijo que la lista de productos también incluye pollo en trozos, harina de trigo, frijoles y leche en polvo, que están aún en negociación.

El reporte afirmó también que las operaciones de Alimport incluyen a dos empresas de origen francés: Soufflet USA de Minneapolis, subsidiaria de Nogent sur Seine, del grupo francés Soufflé, y Louis Dreyfus Corporation de París.

Se alienta a grupos anticastristas

Al margen de este mecanismo paralelo Cuba reclamó en su reporte que este año se han presentado ocho nuevas iniciativas legislativas al Congreso estadunidense que, de aprobarse, reforzarían la hostilidad hacia la isla. En particular, el gobierno de La Habana señaló la propuesta de la Ley de Solidaridad Cubana, que prevé un fondo de 100 millones de dólares durante cuatro años para alentar a la oposición interna.

Entre los nuevos o más recientes impactos directos por las sanciones económicas estadunidenses, Cuba citó en su informe:

-Un pago adicional de 38 millones de dólares en 2000 por diferencia de precios en la compra de alimentos, por tener que recurrir a mercados fuera de Estados Unidos.

-Pérdidas por más de 155 millones de dólares, el año pasado, por la falta de acceso al mercado azucarero estadunidense.

-Pérdidas por 130 millones de dólares por el factor disuasivo que ejerció la Ley Helms-Burton contra empresarios extranjeros que iniciaron, pero suspendieron en los últimos ochos años, negociaciones para invertir en Las Camariocas, zona niquelífera del este del país.

-El fracaso de proyectos de inversión de una empresa española para construir entre 12 mil y 14 mil casas en Cayo Coco, un islote en la costa norcentral; el retiro de otra firma extranjera que intentaba invertir 100 millones de dólares para desarrollar las zonas turísticas de Cayo Paredón Grande y Cayo Romano, también en el norte, y la interrupción del plan de una corporación latinoamericana para levantar un hotel en Varadero y otro en Cayo Coco, todo bajo la presión de la Helms-Burton.

-Exclusión de Cuba del proyecto de impulso al comercio electrónico para países en desarrollo, auspiciado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, por la negativa estadunidense para facilitarle acceso a programas informáticos idóneos.

-Pérdida de 12 millones de dólares, en 2000, por la prohibición a los buques de trasladar mercancía desde y hacia Cuba de tocar puertos estadunidenses durante seis meses.

-Pago de un sobreprecio, el año pasado, de 332 millones de dólares, equivalente a 30 por ciento del total, por la compra de equipo para la distribución de combustible fuera del mercado estadunidense.

-Pérdida de un millón de dólares por la imposibilidad de colocar cinco mil toneladas métricas de concentrado de cromo, al haberse vendido la empresa compradora a una filial estadunidense.

-Pérdida de 97 millones de dólares por la Ley sobre Protección de las Víctimas del Tráfico y la Violencia de 2000, de Estados Unidos, que incluye un artículo por el cual las autoridades estadunidenses pueden disponer de esa cantidad, parte de fondos cubanos congelados y que corresponden a los pagos debidos a Cuba por operaciones telefónicas entre los dos países.

-El retiro, en abril del año pasado, de la empresa canadiense Svedala Industries Canada, Inc. de una operación mixta con Cuba para transportar níquel, por la necesaria participación de una firma de ingeniería estadunidense.

Con una argumentación que, como en estos ejemplos, se ha actualizado cada año, Cuba buscará este martes mantener el ritmo ascendente de sus resultados en la Asamblea General, que el año pasado llegó a 167 votos favorables a su resolución, tres en contra (Estados Unidos, Israel e Islas Marshall), cuatro abstenciones (El Salvador, Nicaragua, Marruecos y Letonia) y 15 países ausentes de la consulta.

Los votos de este pronunciamiento mundial empezaron siendo 59 en 1992 y desde entonces han crecido, excepto en 1999, cuando fueron 155 contra 157 en 1998. La comunidad internacional ha entendido esta consulta como una definición estratégica, por lo cual las originales 71 abstenciones de hace nueve años se han reducido radicalmente hasta las cuatro de 2000.

Esta es una votación en la que Estados Unidos resulta condenado por la Unión Europea, Canadá, China, Japón, Australia, el ex bloque socialista y la mayor parte de América Latina. Fuera de ese pronunciamiento quedan sólo los países impedidos de votar en la ONU, por adeudo de cuotas.