LUNES Ť 26 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Se ubica por debajo de las economías de Estonia y República Eslovaca

Con la presente administración México cayó del lugar 33 al 36 en competitividad

Ť Un instituto evaluador suizo critica la regulación inadecuada del sistema financiero

ISRAEL RODRIGUEZ J.

Este año, el primero de la administración del presidente Vicente Fox, México perdió tres posiciones en la calificación del Indice de Competitividad Mundial, elaborado por el International Institute for Management Development, al descender del lugar 33 al 36 en la muestra de 49 economías nacionales evaluadas, ya incorporados los efectos de los acontecimientos del 11 de septiembre y la desaceleración de la economía estadunidense.

De acuerdo con el estudio divulgado por el grupo financiero Citigroup-Banamex, "la competitividad sigue siendo un reto estratégico para México". El concepto de competitividad se refiere a la habilidad de cada país para atraer y retener a empresas de alta productividad; desarrollar un ambiente atractivo para actividades generadoras de riqueza, y la capacidad para participar en los mercados internacionales vía exportaciones e inversión extranjera directa.

El índice de competitividad mundial incorpora además de criterios económicos otros como bienestar, protección ambiental, condiciones de seguridad personal, calidad de la educación y la salud y el equilibrio de oportunidades de desarrollo entre géneros.

Dado el retroceso en la posición en 2001 contra la obtenida en 2000, la economía mexicana se ubica abajo de Estonia y la República Eslovaca, ambas naciones incorporadas este año a la medición del índice.

La evaluación de la escuela de negocios establecida en Lausana, Suiza, y especializada en temas asociados a la globalización, hace una severa crítica al sector financiero mexicano. Resalta que la regulación legal de las instituciones financieras es inadecuada para la estabilidad financiera, además de que falta transparencia en las instituciones al no proveer información adecuada sobre sus actividades.

Aunado a lo anterior, el crédito no fluye fácilmente de la banca hacia los negocios; las instituciones financieras extranjeras no tienen acceso al mercado doméstico; el ingreso a los mercados de capital local es restringido para las empresas extranjeras, además de que la educación financiera no es suficiente en el país.

Las primeras posiciones de acuerdo con este índice que mide el desempeño económico, la eficiencia gubernamental y empresarial y la infraestructura existente, ubica a Estados Unidos en el primer sitio, seguido por Singapur, Finlandia, Luxemburgo, Países Bajos, Hong Kong, Irlanda , Suecia, Canadá y Suiza, entre otros. En 2001 se evaluó a las 29 economías integrantes de la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y 20 mercados emergentes o recientemente industrializados. De Latinoamérica, Chile se ubica en la posición 25; Brasil en la 31; mientras que Argentina está en el sitio 43; Colombia en el 46 y Venezuela en el 48.

"Puesto que el índice de competitividad toma en cuenta el rendimiento económico de cada periodo evaluado, la desaceleración económica estadunidense y el efecto de los ataques del 11 de septiembre han vulnerado las perspectivas económicas de México", precisa la evaluación.

Los factores estructurales de competitividad medidos por el índice (eficiencia gubernamental, calidad educativa y en salud) no se transforman con la misma rapidez que las condiciones económicas, por lo que es difícil que la coyuntura mundial afecte drásticamente la competitividad estructural de México en el corto plazo, a menos que se prolongue demasiado, advierte.

Entre los 20 criterios más débiles de México destacan alta concentración de mercados para el destino de sus exportaciones, falta de crédito a las empresas, bajo porcentaje de empleo y el mínimo gasto destinado a investigación y desarrollo.