lunes Ť 26 Ť noviembre Ť 2001
Iván Restrepo
Beneficio económico vs. daños a la salud
Entre tantas malas noticias sobre el campo mexicano, la semana pasada hubo una que pareció cortar la mala racha: el estado de México es hoy el principal productor de plantas de ornato del país, lo que conlleva beneficios económicos por más de 2 mil 600 millones de pesos para miles de agricultores que laboran en 13 municipios de la región sur de dicha entidad. Según Adolfo Orive, secretario de Desarrollo Agropecuario del estado, eso fue posible porque dentro del proceso de globalización de las economías, los agricultores accedieron a cambiar las líneas de cultivo tradicional por otras que les ofrecen mayores ingresos. De esa manera, en municipios como Villa Guerrero, Tenancingo, Ixtapan de la Sal, Zumpahuacán, Coatepec Harinas, Tonatico, Atlacomulco, Zumpahuacán y Malinalco, hoy se siembran con resultados mucho más favorables 5 mil hectáreas con diversas variedades de flores, entre otras: tulipán, alcatraz, margarita, clavel, rosa, crisantemo y ave del paraíso.
El éxito se debe, además, a que se puso en marcha una política basada en "lo que pueda colocarse en el mercado nacional y extranjero", según Orive. Como resultado, la producción llega al principal sitio comercializador del país, la Central de Abastos, y a otras ocho entidades y el exterior. Sin embargo, el funcionario advirtió que es urgente preparar a los agricultores para que puedan enfrentar la apertura de las fronteras nacionales al comercio internacional, según informa nuestra correponsal Silvia Chávez. Para ello se buscará disminuir los costos de producción y mejorar el transporte de flores por medio de contenedores y modernos sistemas frigoríficos.
Pero al funcionario, que en el sexenio anterior tuvo a su cargo importantes tareas políticas en la Secretaría de Gobernación, se le olvidó mencionar en sus optimistas declaraciones los graves problemas de salud pública y contaminación que ocasionan la siembra y producción de flores en el estado de México debido a la aplicación irracional e irresponsable de numerosos compuestos químicos, algunos prohibidos en sus países de origen; de cómo las compañías elaboradoras de esas sustancias cometen diversas irregularidades al transportar y comercializar sus productos, la mayoría tóxicos y peligrosos.
En diversas reuniones, en los medios de comunicación y hasta en el Congreso de la Unión se ha denunciado esa situación que afecta a miles de jornaleros agrícolas, especialmente a mujeres. Están documentados los serios problemas de salud derivados de tales sustancias químicas (cáncer, malformaciones, impotencia, abortos, entre otros), las cuales se aplican hasta en parcelas que colindan con escuelas y áreas habitadas, cuando no es que la familia del productor vive en el mismo predio. En fin, prácticas agrícolas y de trabajo condenadas internacionalmente y prohibidas en muchos países por su alta peligrosidad. La falta de voluntad de las diversas instancias locales, estatales y federales hace que sean letra muerta las normas oficiales que buscan proteger el ambiente y la salud de la población.
Ante las numerosas denuncias de las irregularidades que distinguen la actividad florícola, a las volandas el gobierno mexiquense organizó en agosto pasado el primer Foro Ambiental Agroquímicos hacia una Agricultura Sustentable, al cual concurrieron funcionarios y unos cuantos especialistas en el tema. La reunión tuvo lugar en Ixtapan de la Sal y en ella se repitió lo que bien se sabe sobre los efectos nocivos de los plaguicidas; sobre las normas oficiales que rigen la elaboración, transporte, comercialización, aplicación y destino final de tales sustancias; las alternativas tecnológicas que permiten reducir su uso. Y como en todo foro que se respete, también se leyeron conclusiones y surgió el consabido compromiso de las agencias gubernamentales y los productores en el sentido de ir hacia un desarrollo sustentable. ƑY los jornaleros? Bien, gracias.
Como sucede con las reuniones que se organizan para dar una imagen distinta a la realidad, pronto todo quedó en el olvido y hoy las áreas sembradas con flores en el estado de México son ejemplo para el mundo de cómo no se logra el desarrollo y cuáles son los costos y efectos de la globalización sobre la gente.