LUNES Ť 26 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Peyrot reconoce que tres cuartas partes de las naves sobrepasaron su vida útil

Requiere la Armada más fondos para renovar buques

Ť La reducción al presupuesto de la dependencia para 2002 podría alcanzar 8 por ciento

JESUS ARANDA

Además de una posible reducción presupuestal de 8 por ciento, la Armada de México enfrenta la urgente necesidad de renovar sus unidades, ya que 77 por ciento de sus buques sobrepasa los 30 años de vida útil, "cuando el tiempo aceptable es de 25", situación que "ocasiona un alto costo de operación y mantenimiento, así como un bajo porcentaje de operatividad".

En un diagnóstico de la situación de la Armada de México que le entregó al presidente Vicente Fox hace unos días en propia mano el secretario de Marina, almirante Marco Antonio Peyrot, se advierte la falta de capacidad de la dependencia en el renglón de apoyo logístico.

Para resolver el problema de manera inmediata, Peyrot le presentó al Ejecutivo federal -en un documento cuya copia tiene La Jornada- un proyecto de construcción y/o adquisición de dos buques con un costo total de 360 millones de dólares.

Destaca la situación particularmente delicada en el caso del operativo Sonda 2001, que se estableció desde el 11 de septiembre pasado para garantizar la seguridad de las instalaciones petroleras estratégicas de la Sonda de Campeche y el cual involucra a casi 4 mil elementos, una fragata, un destructor, cuatro cañoneros, un buque logístico y seis lanchas interceptoras.

Las operaciones especiales de resguardo y vigilancia en la Sonda de Campeche, añade el escrito, "conducen a una necesidad imprescindible" de apoyo logístico en alta mar que permita el suministro de fluidos, carga sólida, pertrechos , municiones y personal en el propio sitio de las operaciones.

Peyrot le hizo ver al presidente Fox -en el encuentro privado que sostuvieron el pasado 15 de noviembre a bordo del buque Guanajuato en el puerto de Veracruz, fechapeyrot en que la embarcación fue dada de baja luego de más de 60 años de servicio- que la falta de operatividad de los buques "se agudiza" en el renglón logístico.

Precisó que "las escasas unidades para prestar este servicio, además de su elevada edad, están limitadas en las operaciones que pueden desempeñar", pues carecen de medios para suministrar combustible y carga en el mar, así como de una adecuada capacidad en bodegas, que son "elementos valiosos e indispensables para una eficiente logística".

El almirante, rodeado de su Estado Mayor, le planteó a Fox que las operaciones que actualmente desarrolla la flota naval en las aguas de la zona económica exclusiva, principalmente en el océano Pacífico, "requieren de una mayor permanencia en el mar", sobre todo en lo que se refiere a las unidades de alta potencia de propulsión "con elevados consumos de combustible".

La situación se agudiza, ya que la Armada cuenta con "un número limitado de unidades con características adecuadas" para efectuar su labor en alta mar.

Peyrot planteó dos proyectos: primero, adquirir los barcos en el extranjero; segundo, negociar la adquisición de unidades, pero que incluya la transferencia de tecnología para su posterior construcción en astilleros de la Armada.

El almirante se inclina por el segundo, y recuerda que durante el pasado sexenio la Armada construyó seis buques tipo Holzinger, y que están en proceso dos corbetas cortas, con un avance de 80 por ciento, así como el comienzo de construcción de los dos primeros cascos del proyecto de buque "oceánico" cuyo proyecto corresponde a la actual administración.

Sin embargo, el almirante reconoció que para fabricar aquí los buques logísticos que se necesitan se deben modernizar al menos dos astilleros de la Armada, los que se ubican en Salina Cruz, Oaxaca, y el de Tampico, Tamaulipas, en los que se debe instalar maquinaria moderna y equipo para hacer eficiente la producción.

Para tal efecto, la Armada ha recibido propuestas de las empresas Hyundai, de Corea del Sur; Ihi, de Japón; Izar, de España, y Ferrostaal, de Alemania.

En términos generales la construcción de dos barcos en el extranjero costaría 110 millones de dólares; el material para la construcción de dos naves en astilleros nacionales, sin incluir mano de obra, ascendería a 76 millones de dólares, lo que haría un total de 186 millones de dólares.

La modernización de los dos astilleros (Salina Cruz y Tampico) se llevaría 166 millones de dólares. Todo representaría 352 millones de dólares, más un costo adicional por transferencia de tecnología y costos indirectos que daría un total de más de 360 millones de dólares.

De acuerdo con la visión de Peyrot, este proyecto contribuiría además a la consolidación de proyectos de desarrollo de la industria naval nacional, incluida la marina mercante, de pesca y otras, al estar la Armada en condiciones de participar en la construcción y reparación de naves de este tipo.