REPORTAJE
Imperialismo energético
Geopolítica, petróleo y guerras
Para Howard Zinn no es muy difícil adivinar el porqué de las políticas estadunidenses en Medio Oriente. "Todas las preguntas pueden responderse con una sola palabra: petróleo".1 Según Zinn, enfrentar a Israel con los países árabes productores de petróleo le ha permitido a Estados Unidos ser la fuerza dominante en Medio Oriente
CARLOS FAZIO/ I
Michael T. Klare, experto en seguridad, advirtió que existen muchas maneras de ver el conflicto entre Estados Unidos y la red terrorista de Osama Bin Laden, que está devastando a Afganistán. Dijo que los análisis culturales y políticos (liberalismo occidental versus fanatismo oriental; una disputa entre defensores y enemigos del auténtico Islam, o una reacción predecible contra la villanía estadunidense en el extranjero) ocultan una realidad fundamental: esto es una guerra y, como todo conflicto bélico, su raíz está en la competencia geopolítica. Para Klare, el verdadero centro del conflicto es Arabia Saudita, no Afganistán (o Palestina), y el principal objetivo es el control sobre los vastos yacimientos petroleros sauditas, que representan la cuarta parte de las reservas de hidrocarburos del mundo.2
En el corto periodo que lleva como inquilino de la oficina oval, tres elementos definen la fuga hacia adelante de George W. Bush: crisis, militarismo y negocios petroleros. Pero nada indica que sea un improvisado. Estrategia y petróleo, nuevas alianzas y guerras, junto con un rediseño de las fronteras del Tercer Mundo forman parte de la política imperial que sirve a los intereses geopolíticos y geoeconómicos de las corporaciones multinacionales con casa matriz en Estados Unidos y los círculos de poder en Washington. Bush y su gabinete de guerra sólo interpretan y ejecutan el sentir de los amos del universo. Mientras, la derecha ultraconservadora aplaude.
Pero nada parece librado al azar. Ni siquiera con los sucesos del 11 de septiembre. Veamos.
A finales del año 2000, varios meses antes de que se produjeran los ataques terroristas contra las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio de Nueva York y la sede del Pentágono en Washington, sendos informes de la "comunidad de inteligencia", dirigentes políticos y ejecutivos de las mayores empresas petroleras de Estados Unidos, señalaban que la creciente demanda internacional de energía podía causar guerras y afectar los intereses geoestratégicos de la superpotencia militar en los próximos veinte años.
Esas advertencias constan en el informe La geopolítica de la energía en el siglo XXI, del influyente Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS, por sus siglas en inglés), que expresa los intereses de los contratistas militares y la "petroligarquía" que hoy gobierna Estados Unidos, encabezada por el presidente Bush, el vicepresidente Dick Cheney y la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice.
Según el CSIS, en las próximas dos décadas la demanda mundial de combustible fósil (petróleo, gas natural y carbón) aumentará en más de 50 por ciento, incremento que provendrá en su mayor parte de países asiáticos, China en particular. La disputa por fuentes de energía, prevé el estudio, podrá ser motivo de guerras en Asia.3
A similares conclusiones llega el trabajo Tendencias globales al 2015: diálogo con expertos no gubernamentales acerca del futuro, que además afirma que la "máxima prioridad" del sector privado estadunidense -que seguirá siendo central para el mantenimiento del liderazgo económico y tecnológico de la superpotencia- "será la ganancia financiera, no los objetivos de política exterior".
Publicado en diciembre de 2000 por la Junta Nacional de Inteligencia para el Exterior, que depende del Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) de Estados Unidos,4 el estudio indica que para 2015 sólo un décimo del petróleo del golfo Pérsico irá a parar a los mercados de Occidente y tres cuartos se destinarán directamente a Asia (China y la India), que remplazará a Estados Unidos como región líder en consumo de energía. Entre las tendencias bosquejadas por la "comunidad de inteligencia", algunos escenarios de riesgo para los intereses geoestratégicos estadunidenses, que podrían derivar en conflictos bélicos, tenían que ver ya entonces con la irrupción de un "foco rojo regional": Asia central, donde estarían involucrados los intereses de Washington, Occidente, Moscú, Pekín, Nueva Delhi, Teherán y Ankara. La intervención de Estados Unidos en Afganistán parece precipitar la predicción.
Los numeritos del rompecabezas
Suscrito por el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George J. Tenet, y el jefe del Consejo Nacional de Inteligencia, John Gannon, el análisis del NIC prevé que el crecimiento de la economía mundial, junto con el ascenso de la población, llevará a un aumento de cerca de 50 por ciento de la demanda de energía en los próximos 15 años. La demanda total de petróleo aumentará de 75 millones de barriles diarios en 2000 a más de 100 millones en 2015, un aumento tan grande como la producción actual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Por otra parte, en los próximos años, el uso de gas natural crecerá más rápidamente que el de cualquier otra fuente de energía ?más de 100 por ciento?, principalmente a causa del aumento del consumo en Asia. El estudio pronostica que China, y en menor medida India, experimentarán "dramáticos" incrementos en el consumo de energía, y adelanta una eventual disputa militar por el control de las rutas marítimas que abastecen el petróleo desde el golfo Pérsico y a través del océano Indico, que enfrentaría al Pentágono con ambos países asiáticos.
El documento prospectivo de inteligencia, elaborado con base en los aportes de expertos militares, académicos y del sector privado ?entre ellos especialistas de la Corporación Rand, el Instituto Brookings, la Universidad de Harvard, el Instituto Potomac y la Universidad Nacional de la Defensa?, señala que el aumento en la demanda de energía producirá un "cambio radical" en su abastecimiento o llevará a "aumentos sustanciales de precios".
Estimaciones recientes, citadas en el estudio, indican que 80 por ciento del petróleo y 95 por ciento del total de gas natural disponibles en el mundo aún no han sido descubiertos. Señala que el golfo Pérsico seguirá jugando papel preponderante en la producción de crudo, mientras Rusia, la costa oeste de Africa y Groenlandia aumentarán su participación en los mercados mundiales de energía. Rusia y Medio Oriente tienen tres cuartas partes de las reservas de gas conocidas. Escrito nueve meses antes de la guerra contra Afganistán ?tras dos años de discusiones?, el informe augura que en 2015 el desarrollo energético en el Caspio estará altamente equipado, y que las nuevas rutas de transporte para la exportación de petróleo y gas de esa zona no transitarán por Rusia.
De acuerdo con la Agencia de Geología de Estados Unidos, América Latina -principalmente Venezuela, México y Brasil- tiene más de 117 mil millones de barriles probados en sus reservas y, potencialmente, 114 mil millones más que aún no han sido descubiertos. El documento del NIC dice que con la "participación extranjera", la producción latinoamericana podrá incrementarse de nueve millones de barriles diarios a más de 14 millones. Esos tres países productores son señalados como un "componente importante" del naciente "sistema de energía de la cuenca del Atlántico", que abastecerá a Estados Unidos y Europa occidental.
Uno de los riesgos potencialmente "muy destructivos" que incluye el análisis ?en diciembre pasado ya hablaba de la tendencia hacia "redes terroristas" diversificadas y con "libre tránsito" entre naciones? es que los abastecimientos mundiales de energía fueran cortados de manera sustancial. "Aunque la economía mundial es menos vulnerable a las oscilaciones en los precios energéticos de lo que eran en los años setenta, un fuerte corte en los abastecimientos mundiales de hidrocarburos podría tener un efecto devastador. Un conflicto entre los Estados clave que producen energía, la inestabilidad interna prolongada en dos o más de esos países o una acción terrorista severa podría acarrear dicho corte".
Entre los escenarios posibles hacia el 2015, con repercusiones que afectarían los intereses hegemónicos estadunidenses, el informe del NIC prevé la formación de una alianza geoestratégica de facto entre China, la India y Rusia, en un intento por contrarrestar la influencia de Estados Unidos y Europa, así como el surgimiento de un Fondo Monetario Asiático o una Organización Comercial Asiática. (En ese contexto, no parece ser casual que uno de los principales objetivos del Plan Puebla-Panamá ?"macroproyecto regional" cuya autoría intelectual demanda el presidente Vicente Fox? sea que en 2025 esa zona se haya constituido como un "nuevo jaguar americano" para competir con "los nuevos tigres asiáticos" encabezados por China.)
Otra tendencia, vista con "gran preocupación" para los intereses estratégicos de Estados Unidos, es que surjan crisis internas, problemas religiosos o divisiones étnicas en Irán, Nigeria, Arabia Saudita e Israel. De nuevo, geopolítica, petróleo, conflicto y Estados clientes de Washington.
1 Howard Zinn, "¿Cómo combatir el terrorismo?", La Jornada, 5 de noviembre de 2001.
2 Michael T. Klare, "La geopolítica de la guerra", La Jornada, 6 de noviembre de 2001.
3 "Nuevas alianzas y guerras", semanario Brecha, con información de IPS. Montevideo, 23 de febrero de 2001.
4 "Global Trends 2015: a Dialogue About the Future With Nongobernment Experts", Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, diciembre de 2000.