LUNES Ť 26 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
LOS ESTUDIOS cinematográficos deben prepararse para filmar lo que sin duda será otra obra maestra: el diputado federal panista Rigoberto Romero Aceves acaba de estelarizar un alcoholizado escándalo de policía a causa de una incontinencia llevada al terreno de lo público, es decir, por orinar en la calle. Tal micción realizada fuera del sitio que el protocolo impone (es decir, un mingitorio o un excusado) empujó al representante popular a librar una fiera batalla -golpes, insultos, rotura de uniformes, etcétera- de seis horas en defensa de su sacrosanto fuero legislativo puesto tras las rejas. Se impone, pues, como se habrá dado cuenta el avispado lector, hacer una película del caso, a la elegante manera de Guerrero, el filme con que el legislador perredista Félix Salgado Macedonio convirtió en fallida pretensión artística sus epopeyas de barandilla.
MEJOR PELICULON SE TRAEN otros diputados panistas. Resulta que Felipe Calderón Hinojosa ha reconocido este viernes pasado, a nombre de sus compañeros de bancada, que el proyecto foxista de reformón fiscal valió el equivalente al derivado lácteo llamado queso. No se crea, sin embargo, que el Primer Diputado Panista del país anda, como su colega Romero Aceves, errando el destino de sus tiros líquidos. Panista, que no foxista, ha preferido salvar el interés del partido y no hundirse con el presidencialismo embotado que no atina a darle alguna salida al grave entrampamiento en materia fiscal. Como bien se ha visto, el diputado blanquiazul en jefe es especialista en medirle el agua a los camotes -a pesar de no ser de Puebla, sino de Michoacán, entidad ésta a la que, por ejemplo, en su momento se negó a aspirar a gobernar, consciente del fracaso que le esperaría frente al cardenismo restaurado. Entrampamiento grave al que hasta Guillermo Ortiz ha calificado de "un tema de gobernabilidad" para el país, y que ha llevado a firmas de asesoría empresarial internacional, como Stanley Morgan, a salir con una sarta de babosadas de cuello blanco, como disminuir el grado de confianza de México como destino de inversiones, y advertir que lo político está afectando lo económico.
EL PRESIDENTE, MIENTRAS tanto, sigue tan campante en la tarea de gobierno que más le place: viajar por el extranjero y hacer declaraciones que no dejen a nadie sin escandalizar (le explicó, por ejemplo, a la corresponsal de Univisión en Lima, su bronca con los periodistas mexicanos: "las expresiones tenían que ver cuando se engaña, se miente o se desinforma"). Ahora ha andado en Perú, envolviéndose en la bandera de Niño Héroe llamada defensa de los derechos humanos. No hay nadie tan comprometido como él con esos asuntos, dice a diestra y siniestra, aunque se le acumulen casos como los de la abogada Digna Ochoa -que ahora es empujado por los senderos de los problemas personales y pasionales-, el del general José Francisco Gallardo, el de los ecologistas guerrerenses a los que liberó físicamente -atropellando la ley- pero cuyos problemas de fondo siguen intocados, y el de la guerra sucia que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos está denunciando formalmente como ejecutada por policías y militares sujetos a mandos identificables con nombres y apellidos.
LOS DOS PRIMEROS CASOS -Ochoa y Gallardo- serán tratados cier-ta-men-te hoy en San José, Costa Rica, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con la asistencia de la subembajadora para derechos humanos de Tlatelolco de los Castañeda, Marie Claire Acosta, y el procurador de Justicia de la capital del país, Bernardo Bátiz. El tema de los agredidos y desaparecidos en nuestro país en décadas pasadas a causa de sus actividades opositoras al Estado -pacíficas y violentas- entrará, a su vez, en una etapa de turbulencias que podría afectar el presunto buen sentido original de las indagaciones hechas por José Luis Soberanes (37 oficinas de gobierno y 74 funcionarios estarían involucrados en dicha guerra sucia). Un mal indicio han sido las filtraciones periodísticas que parecieran colocar el tema en un ánimo de tianguismo de favores más que en el deseable y necesario, de un alto espíritu republicano. Otro elemento de pesada descalificación es el proveniente de doña Rosario Ibarra de Piedra, la voz de máxima autoridad moral en el tema, que ha alertado contra los riesgos de manipulación provenientes del reporte engañoso hecho por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
OTRA ROSARIO, ÉSTA DE apellido Robles, sufre a su vez las consecuencias de un reporte polémico. La Contraloría del Gobierno capitalino ha decidido negar viabilidad a las acusaciones que a propósito de los contratos publicitarios de Publicorp se habían hecho contra la primera mujer en dirigir el Distrito Federal. Pero ha dejado, en cambio, un rango de responsabilidad, por presuntas irregularidades administrativas, en tres de sus subordinados de entonces, Porfirio Barbosa y Roberto Peniche, quienes eran oficial mayor y coordinador administrativo de esa área, ambos identificados con el cardenismo ingenieril, y Agustín Granados, llevado personalmente por Robles a la coordinación de comunicación social.
JURIDICAMENTE ROSARIO HA sido salvada por la peje-contraloría de la sujeción a un proceso que le dañaría mucho en sus proyectos políticos y en especial en el inmediato, relacionado con la sucesión en el liderazgo perredista, pero al mismo tiempo se dejan caer sospechas y procesamientos sobre tres colaboradores que en ese y en otros puntos de alto interés no habrían actuado por sí mismos, en sentido contrario o a espaldas de su jefa tan atenta a esos rubros. El propio Andrés Manuel pretende navegar en dos aguas en ese punto, diciendo que los jefes de Gobierno no pueden revisar todos los contratos que se suscriben, aunque él sí procura hacerlo. No acusa a Rosario, pero tampoco la defiende a plenitud.
MAS DEFINIDO, SEGUN ESO, estaría siendo el criterio de los capitalinos que votaron telefónicamente en una consulta sobre precios del pasaje en Metro. La mayoría de los participantes habrían aprobado un aumento, lo que le permitirá a López Obrador tomar una decisión difícil con un sustento que sus adversarios priístas han denominado "maquillaje", como el que Miguel de la Madrid dice que es el anuncio foxista de hacer una "venta de garaje" con unas lanchas mejoradas y unas casas de presunto descanso abusivo que, según el director de Fonatur, son absolutamente necesarias para promover inversiones en México. Tonos distintos del maquillaje capitalino se podían ver ayer, por lo demás, en sitios como el Consejo Tutelar de Menores de San Fernando, donde hubo un motín, y en la explanada de la delegación Benito Juárez, donde una modelo posó desnuda para ser dibujada por invitados que así dieron muestra pública de tolerancia en una fecha internacionalmente dedicada a denunciar y combatir la violencia contra las mujeres.
ASI HA ANDADO, PUES, la película de estos días. Y, ya para cerrar esta entrega: ƑTons' qué: hay fuero o no hay fuero? Digo, yo nomás digo (como dice el tepiteño Armando Ramírez).
Ť Fax: 55 45 04 73 Ť [email protected]