SABADO Ť 24 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Casi 1.3 millones de hogares en el país dependen del dinero que les envían desde allá

Disminuye flujo de migrantes mexicanos a EU

Ť La caída del empleo en la nación del norte y la fuerte vigilancia en la frontera, los motivos

MARIA RIVERAX

Las noticias corren rápido entre los migrantes. "No hay trabajo en el otro lado y está cada vez más difícil cruzar", es la información que circula en las comunidades que buscan tras la frontera la respuesta a sus apremios. Y no son pocas. Según cifras de Conapo, 1.3 millones de hogares mexicanos dependen del dinero que envían sus familiares desde Estados Unidos. La recesión económica que vive el país vecino, el incremento de la vigilancia a raíz de los atentados del 11 de septiembre, y la incertidumbre ante estos hechos, han provocado que buena parte de los que avizoraban tras la línea colindante una vida mejor, lo dejen para tiempos mejores.

Investigadores y activistas coinciden en que lo ocurrido el pasado mes de septiembre agudizó una tendencia que venía prefigurándose tiempo atrás. Agustín Escobar, de Ciesas de Occidente, señala que desde junio de 2000 disminuyeron las aprehensiones en la frontera, lo que habla de un cambio en el patrón migratorio.

El crecimiento del empleo en México en el periodo 1996-2000, en el que se generaron más fuentes de trabajo que en los 15 años previos, aunado al reforzamiento de los programas de seguridad de la línea divisoria, empezaron a modificar las pautas de los migrantes. "Lo que estamos viendo es la acentuación de estas transformaciones -afirma- sólo que ya sin crecimiento de la economía mexicana, con la caída del empleo en EU, el incremento de la vigilancia fronteriza a raíz de los atentados, y el temor ante lo que pueda pasar del otro lado".

migrantes_v23ewRafael Alarcón, del Colegio de la Frontera Norte, también apunta que si la desaceleración de la economía estadunidense disminuyó la demanda de trabajadores, los hechos de septiembre, que afectaron seriamente al sector turístico del país vecino, terminaron por empeorar la situación de los indocumentados, que tenían en hoteles y restaurantes algunas de sus principales fuentes de colocación.

"Los más perjudicados siempre son los trabajadores que están contratados por horas o días -sostiene-, a ellos es más fácil despedirlos y disminuir los días laborables. Acabo de estar en San Francisco y nunca había visto la ciudad tan desierta, y en los restaurantes de California, tal vez los meseros puedan ser de otros países, pero el resto del personal siempre es mexicano".

Alarcón añade que el recelo que existe entre la comunidad mexicana en EU también está jugando un papel importante en la disminución del flujo migratorio. "El miedo está presente y no es casual, hay antecedentes de reclutamiento de mexicanos en otras guerras, y aunque ahora se sabe que para pertenecer al ejército de EU se requiere residencia legal, y no existirá ninguna leva de indocumentados, no deja de existir cierta preocupación".

El incremento de la vigilancia en la frontera es otro punto que hay que tomar en cuenta para entender lo que está pasando, comentan los analistas. La puesta en marcha de los operativos Guardián, Salvaguarda, Bloqueo y Río Grande cerró los lugares de cruce tradicional, desplazándolos hacia sitios más agrestes ?provocando 237 muertes en 1998, 220 en el 99 y 366 en el 2000.

Según datos de la Patrulla Fronteriza, el reciente reforzamiento de las medidas de vigilancia incrementó aún más los riesgos.

En los últimos meses la política de doble cara del gobierno estadunidense se ha acentuado, apunta Escobar. La frontera con Canadá es mucho más porosa ?sostiene?, pero el costo político del fortalecimiento del control fronterizo siempre ha sido menor por el lado de México, por eso es acá donde aumentan el número de efectivos de la Border Patrol.

Y ejemplifica: "en los días posteriores al 11 de septiembre las noticias indicaban que la mayoría de los terroristas entraron a EU por el lado canadiense, pero la siguiente información decía que se había incrementado la custodia de la línea divisoria con nuestro país. ¿Alguien entiende esa lógica?"

En las casas del migrante de Tijuana, Ciudad Juárez y Ciudad Acuña ?algunas de las más representativas de la frontera? comentan que el número de personas que atienden ha disminuido considerablemente, y los que llegan a pedir refugio narran lo difícil que se ha vuelto la entrada a territorio estadunidense. Si ya arriesgaban mucho antes, ahora más, afirma el sacerdote Francisco Pelizari, quien atiende el refugio chihuahuense.

"Ha bajado notablemente el cruce de migrantes -relata-; si anteriormente atendíamos entre 50 y 60 personas diariamente, ahora sólo llegan entre 20 y 25. También Ciudad Juárez como polo de atracción de la migración interna ha dejado de serlo, cada vez hay más despidos en las maquiladoras, afectadas por la desaceleración de la economía de EU".

La crisis de las maquiladoras es otro de los problemas en la línea fronteriza. El sacerdote Pedro Pantoja, de la casa de Ciudad Acuña, cuenta que la mayoría no consigue empleo en EU y para completar el negro panorama a su regreso se dan cuenta que las opciones que había ya no existen.

La mayoría de las plantas que se habían instalado en los últimos años en la ciudad coahuilense estaban enfocadas al mercado estadunidense, por lo que han empezado a cerrar. "Las que quedan disminuyeron el ritmo de producción, ahora tenemos que laboran sólo cuatro días por semana en lugar de los siete; de la noche a la mañana la gente ha visto reducido su salario a la mitad".

Los migrantes están muy desanimados, muy golpeados, resume el párroco de la iglesia de Fátima. "Los que regresan del norte me dicen: 'demasiado riesgo para nada, ¿y ahora qué vamos a hacer, padre?'"

Los analistas creen que el problema es coyuntural, aunque reconocen que de manera inmediata las economías de amplias regiones del país que tienen en las remesas de dólares el principal influjo del exterior se verán afectadas (el año pasado alcanzaron los 8 mil millones de dólares, según datos del Instituto Nacional de Migración). Explican que una vez que retorne el crecimiento económico al país vecino volverán a contratar la mano de obra mexicana. Hay intereses económicos muy fuertes que necesitan de los migrantes, argumentan.

Es posible, indican, que una vez que pase este periodo turbulento se produzca una recomposición del empleo en aquel país similar al que ocurrió en los 80, cuando las políticas gubernamentales facilitaron a los patrones el despido de personal sindicalizado y permitieron la contratación de indocumentados, como parte de la lógica capitalista de maximización de las ganancias.

"Ahora que se ha recrudecido la competencia en EU por la recesión, y están tratando de fabricar cosas más baratas ?advierte Escobar?, podrían necesitar más mano de obra accesible, pero todavía no se puede decir qué va a pasar, hay que esperar un poco para ver las tendencias". Aunque también recuerda que los mexicanos ya no son el escalón más bajo y más amplio del empleo en el país del norte: en los últimos tiempos se han incorporado nuevos grupos, como los centroamericanos, dispuestos a ganar todavía menos.