Ť Hoy se cumplen 10 años de la muerte del líder de Queen
Freddie Mercury, una voz que sigue aquí
DPA
Madrid 22 de noviembre. "Mi voz sigue allí", decía sorprendido Freddie Mercury en sus últimas jornadas en el estudio antes de su muerte. "Mi voz sigue allí y continuaré hasta el final."
Así lo recordaba David Richards, productor de Queen desde 1980, entrevistado por la edición alemana de la revista Rolling Stone en 1995, con motivo de la aparición de Made in Heaven, el álbum póstumo de la banda.
Se trató de un disco polémico: oficialmente, Mercury había expresado su deseo de que se editara cuatro años después de su muerte, pero en la opinión pública y en la prensa surgieron dudas de la autenticidad del producto. Hubo quien sugirió que Freddie hubiera exigido un mejor trabajo, un acabado más fino.
Pero es su voz, y lo grabó en la apresurada recta final de su vida. Llevaba cinco años, desde 1986, sin ofrecer conciertos, alimentando con sus cada vez más espaciadas apariciones públicas los rumores de que estaba enfermo de sida.
Pese a su debilitamiento físico, Richards lo recordaba entregado por completo a su arte: "Quería hacer música hasta los últimos segundos, quería cantar. Era una situación difícil para todos nosotros, mucho más, claro está, para él, pero él quería que este proyecto se hiciera realidad. Sabía que el álbum sólo podría aparecer después de su muerte".
El trabajo de grabación fue complicado, la parte de vocales demoró porque Freddie necesitaba hacer numerosas pausas. "Siempre había una pequeña esperanza de que al final se produciría un milagro", según Richards. Pero el 23 de noviembre de 1991, pese a haberlo negado varias veces, el admirado cantante admitió que tenía sida. Era, en verdad, el último momento para hacerlo. Al día siguiente murió.