VIERNES Ť 23 Ť NOVIEMBRE Ť 2001 Ť
Ť Trujillanos sólo paseó su anemia futbolística en el desolado estadio Azteca
Con aplastante 7-1 América pasó a la Libertadores
Ť Lapuente anunció el probable perdón para los castigados Estay, Davino y Luna
MIGUEL ANGEL RAMIREZ
Gracias al Trujillanos, cuya anemia futbolística ofende, el América se fugó anoche de su triste realidad en el futbol mexicano y con un aplastante 7-1 conquistó su invitación a la próxima edición de la Copa Libertadores de América.
Tras el logro, el técnico Manuel Lapuente anunció que "lo más probable" es que hoy anuncien la reincorporación de las castigados Fabián Estay, Duilio Davino y Braulio Luna.
La visita, en el desolado estadio Azteca, no fue un obstáculo para el América en su camino al evento sudamericano.
Para los venezolanos era su última oportunidad de aspirar a uno de los dos lugares que disputan con los clubes mexicanos, pero en lugar de mostrar ambición se dedicaron a tratar de defenderse.
De nada les sirvió, pues desde el minuto tres, cuando un tiro de Carlos Infante se estrelló en el travesaño, empezó su calvario.
Sólo una débil llama de esperanza se encendió por un momento para Trujillanos en la primera parte del trámite. Cuando los centrales de Coapa, Ricardo Rojas y Alberto Macías, se comieron una finta y cayó la igualada momentánea a un gol. Lo demás fue un paseo para los americanistas.
La anotación de los venezolanos fue obra de José Gutiérrez al minuto 23, luego de la finta de Guerra que lo dejó solo ante el portero Hugo Pineda. Pero antes, al 17, Patiño envió un centro por la banda izquierda que remató con la cabeza Iván Zamorano para vencer al guardameta Osnel García y abrir el marcador.
Después del susto del 1-1, el América apretó el acelerador y al 32 Frankie Oviedo soltó un potente derechazo desde fuera del área, para el 2-1.
Antes de irse al descanso, al 40, Pável Pardo mandó un servicio por el sector derecho; el cabezazo de Oviedo fue rechazado por el arquero García, pero Zamorano estuvo atento para enviar el balón al fondo de la red; 3-1 y no se veía cómo podía luchar la visita contra el destino.
El carnaval del suicidio venezolano continuó en la segunda etapa. Porque no únicamente seguían privados de cualquier fantasía, sino de voluntad.
Al minuto 49 el árbitro peruano Gilberto Hidalgo marcó penal por una mano de Víctor Viloria. Fabio Moreno se encargó de convertirlo; engañó al portero con un tiro hacia la izquierda de éste; 4-1 y todos los venezolanos estaban metidos en su cancha, aunque ya poco tenían qué defender.
Al 52 Zamorano recibió otro pase de Patiño y tras quitarse a un defensa y al portero García convirtió el 5-1. Parados, sin alma, los venezolanos estaban ya casados con el fracaso.
Con el objetivo alcanzado, Lapuente recurrió a sus refuerzos para esta Prelibertadores, Marcelo de Faria y José Enrique García, y dio descanso a Zamorano y Oviedo.
García aprovechó con creces las facilidades del rival, pues apareció en el área completamente solo, controló un largo servicio y definió con la pierna izquierda para el 6-1.
Pero no era todo. En plena agonía, al minuto 90, otro largo centro fue rematado en el área con la cabeza por Moreno para el definitivo 7-1. Los americanistas festejaron así su invitación a la Copa Libertadores.
Mientras, el portero Osnel García señaló que nunca los habían humillado así y que les faltó "vergüenza", su técnico, Manuel Plascencia, abandonó el estadio como un zombi.
Se negó a ir a la conferencia de prensa y cuando pasó por la zona de entrevista un colega le inquirió si podía hacerle una pregunta, pero sólo lo miró y siguió su camino.
Lapuente, por su parte, aseguró que "al principio no se veía tan fácil" el partido, porque los venezolanos son un equipo que se defiende bien, pero la virtud de sus dirigidos fue no desesperarse.
Agregó que se cumplió el primer objetivo en su aventura con el América y, por cierto, recordó que esta Copa Libertadores era el único torneo que le faltaba.