Ť Persisten disparidades en recursos financieros, infraestructura y personal capacitado
Ciudadanizar la cultura enfrenta serios desequilibrios, señala Fonseca
Ť Jalisco y Veracruz destinan grandes sumas; Guerrero y Nayarit soslayan su importancia
Ť Las acciones para defender el patrimonio son otro obstáculo, dice el funcionario del CNCA
RENATO RAVELO
La estrategia de ciudadanizar o descentralizar los bienes culturales, propuesta central en el plan de trabajo de las autoridades culturales, se enfrenta a una disparidad en cuanto a recursos, infraestructura y personal capacitado, ya que existen estados como Jalisco y Veracruz que destinan grandes cantidades, mientras otros como Guerrero o Nayarit no incluyen la cultura entre sus prioridades, como lo demuestran los presupuestos de las instancias culturales: mientras la Secretaría de Cultura de Jalisco destinó 50 millones de pesos, su similar de Colima apenas dedicó un millón.
Para Eudoro Fonseca, a cargo de la Dirección General de Vinculación Cultural y Descentralización, ''los desequilibrios entre las regiones y los estados del país, en términos de recursos presupuestales y condiciones de desarrollo, constituyen un problema complejo que se manifiesta también en la promoción cultural, pero va mucho más allá de ella. Tienen que ver con procesos históricos, políticos y económicos del país y con circunstancias locales''.
El modelo de Aguascalientes
El modelo que durante mucho tiempo se siguió fue el de Aguascalientes, con el sello de Víctor Sandoval, quien creó el primer instituto. A la fecha, sin embargo, luego del trabajo que durante el sexenio anterior realizaran primero Saúl Juárez y después Eduardo Reyes Langagne en descentralización, se modificó a un trabajo regional que permitiera sumar esfuerzos presupuestales: el estado de Chihuahua, el más grande del país, destinó a su instituto de cultura 14 millones de pesos.
De acuerdo con datos de la Dirección de Vinculación, este año el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) aportó a los estados un total de 15 millones 550 mil pesos, con montos que oscilan del millón de pesos que por ejemplo se entregó a Veracruz, a 200 mil pesos que se entregaron a Michoacán. Durante su comparecencia ante senadores, Sara Bermúdez aseguró que para el próximo año los recursos a los estados aumentarían de manera considerable. Existe además el crédito por más de 500 millones de pesos que otorgó el Banco Interamericano de Desarrollo para infraestructura cultural.
Asignaciones desiguales
La cuestión de fondo, sin embargo, es la capacidad de las instancias para el manejo de los recursos: en el país 23 entidades funcionan con la figura de instituto, tres cuentan con una secretaría, cinco se manejan por consejos estatales y en el caso de Sinaloa se cuenta con una oficina denominada Difocur.
Y no obstante la existencia de las oficinas, los presupuestos no son iguales: el estado de Guerrero, por ejemplo, maneja un presupuesto anual para la cultura de cerca de 2 millones de pesos, que contrastan con los 40 millones que invierte Veracruz: entidad en el cual, por cierto, ya se habla de la posibilidad de buscar la autonomía en el manejo patrimonial, en concreto lo concerniente a la zona arqueológica de El Tajín.
En las acciones de defensa patrimonial radica otro de los obstáculos para la descentralización. De acuerdo con las cifras de aportaciones de la propia dirección, no existe una coinversión con Yucatán.
Sin embargo, el estado del sureste basa la operación cultural en un organismo, Cultur, que cobra un porcentaje extra al del Instituto Nacional de Antropología e Historia por la entrada a sus zonas arqueológicas.
Yucatán, empero, sí se encuentra registrado en las estadísticas de los fondos regionales, que son cinco: Noroeste, Noreste, Centro Occidente, Centro y Sur, este último con un monto de apenas 900 mil pesos para trabajos en un territorio que abarca los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En términos reales la ciudadanización, se observa con las cifras comparativas, no podrá ser un proceso centrífugo, sino que es la fuerza del peso de la cultura, en los gobiernos particulares, incluso en los municipales, la que deberá atraer los recursos materiales y humanos, como lo demuestra el caso de Tijuana, cuyo presupuesto supera con mucho el de la mayoría de los estados. Eudoro Fonseca, titular de la oficina explicará la visión del CNCA, mañana.
Leñero y Zalce, premios nacionales 2001
Vicente Leñero, Alfredo Zalce, Alejandro Luna y Federico Ibarra serían anunciados próximamente como premios nacionales en Literatura y arte, de acuerdo con una versión extraoficial.
El proceso para el anuncio, sin embargo, requiere aún del punto de acuerdo entre el presidente Vicente Fox; el secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, y la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sara Bermúdez.
Vicente Leñero (Guadalajara, 1933) estableció desde muy joven contacto con sus lectores por medio de su novela Los albañiles (Premio Seix Barral 1963). En 1969 y en 1979 obtuvo el Juan Ruiz de Alarcón por su dramaturgia. Entre sus obras se encuentran La gota de agua, Asesinato, El evangelio de Lucas Gavilán y Estudio Q.
Zalce (Pátzcuaro, 1908) es de los últimos sobrevivientes del muralismo y la Escuela Mexicana de Pintura. Fundó la Escuela de Pintura de Taxco y -con Leopoldo Méndez, Pablo O'Higgins y Luis Arenal, en 1937- el Taller de Gráfica Popular.
Federico Ibarra (DF, 1947), en opinión de los expertos, trascenderá por sus vastas dimensiones estéticas, la originalidad de su pensamiento musical y un estilo de rasgos profundos, como uno de los principales creadores sonoros del país.
Alejandro Luna (DF, 1956) es considerado el mejor escenógrafo mexicano, de una generación que se caracterizó por proporcionar buenos artistas de la escena. Ha recibido premios por las escenografías de Un tranvía llamado deseo, Bajos fondos y La mudanza.