VIERNES Ť 23 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Las luchas sociales nos enseñan que otro mundo es posible: González Casanova

Plantean académicos enfrentar con esperanza y osadía la globalización y el neoliberalismo

Ť El escenario es favorable para crear un bloque alternativo, asegura Marta Harnecker

MARIA RIVERA

Recuperar la esperanza y la osadía de marchar a contracorriente fue una de las principales conclusiones de los académicos que participaron en el panel Neoliberalismo, globalización y movimientos sociales, de la segunda Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, organizada por la Universidad de Guadalajara.

Muchos intelectuales han caído en el escepticismo, recordaron los expositores, y han hecho creer que el sistema actual es ineluctable. Pero hay movimientos sociales, recordó el doctor Pablo González Casanova, que desde posiciones particularmente dramáticas, como la de los indios zapatistas, "nos han enseñado a perder el miedo a la lucha y a recobrar la confianza de que otro mundo es posible".

Al abordar el quehacer de las ciencias sociales hoy en día, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México pidió reconsiderar las fuentes a las que recurre. "Al momento de plantearnos el análisis de la globalización y los movimientos sociales -apuntó- encontramos que la literatura de tipo académico está más inclinada hacia la explicación neoliberal, sin ver que existe una profunda y precisa reflexión en los movimientos sociales, como pudimos observar en el primer Encuentro por la Humanidad y contra el Neoliberalismo organizado en Chiapas en 1996, donde se pudo apreciar una rica síntesis de la cultura maya con la nacional e internacional."

Por su parte, el secretario ejecutivo del CLACSO, Atilio Borón, indicó que muchos de los críticos de la mundialización no tienen claro que esta es una fase histórica, que tiene su génesis, su maduración y su conclusión. Tenemos que quitarnos la lápida que dice: "Señores, el neoliberalismo llegó y es la consumación del proceso histórico".

Recordó que Perry Anderson señalaba que el neoliberalismo fue absolutamente intransigente en el combate ideológico contra sus enemigos. Su crítica hacia los regímenes socialistas y socialdemócratas fue brutal. "Debemos proceder con la misma firmeza al plantarnos ante el capitalismo, porque este es un sistema inhumano e irracional que transforma a la sociedad en su presa."

Pero aun en el marco de la globalización, planteó, hay opciones: "Los países desarrollados hacen políticas que tienen poco que ver con el consenso de Washington: protegen sus economías; subsidian a productores y consumidores; regulan sus mercados; defienden sus monedas e invierten fuertemente en salud, educación y seguridad social. ƑPor qué aceptar que los países subdesarrollados sean presionados por instituciones como el FMI y el BM para que hagan lo contrario?"

En sus conclusiones, el analista argentino pidió tener el coraje de cuestionar los saberes convencionales. "Nos van a llamar utópicos, delirantes, irresponsables, pero no importa, más bien debemos asustarnos cuando los vinculados al poder comiencen a ver como razonables nuestras posturas, cuando empiecen a elogiarnos".

La investigadora Marta Harnecker indicó que la profundidad de la crisis, la amplitud y la variedad de los sectores afectados, la multiplicidad de las demandas que surgen de la sociedad y que permanecen desatendidas, producen un escenario favorable para la creación de un bloque social alternativo, pero la decepción de la política y los políticos crece día con día en la sociedad. Este desencanto no es grave para la derecha -agregó- pero sí lo es para la izquierda, porque las transformaciones no se producen espontáneamente, sino que requieren un instrumento político -partido, frente o cualquier otra fórmula- que articule las demandas colectivas.

Uno de los grandes problemas de la izquierda, reconoció, es su dificultad para trabajar con los movimientos sociales, respetando su autonomía, así como para acercarse a nuevos actores. Hoy más que nunca se requiere la unidad en la diversidad, advirtió.

A la vez, la autora de La izquierda en el umbral del siglo XX dijo que para las fuerzas de izquierda la política debe ser mucho más que la conquista de las instituciones. "Debe ser la capacidad para cambiar las instituciones para poder transformar la realidad, crear nuevas correlaciones de fuerzas que permitan realizar los cambios requeridos y debe entender que no puede construir fuerza política sin construir fuerza social."

Más adelante destacó que la complejidad que asume la dominación neoliberal exige que la propuesta alternativa demuestre en la práctica lo que predica. "Esto sólo es posible si desarrolla procesos de construcción popular alternativos al capitalismo, que busquen romper con la lógica de lucro y las relaciones que impone, tratando de instalar lógicas solidarias, humanistas, en territorios y espacios que se mantengan en manos de la izquierda."

El anfitrión del acto, el rector de la Universidad de Guadalajara, Trinidad Padilla, expuso que una de las tareas de las ciencias sociales críticas es proporcionar nuevos instrumentos analíticos y conceptuales que contribuyan a pensar y diseñar programas alternativos. "La globalización es inevitable -planteó-, pero a las ciencias sociales les corresponde concebir los mecanismos políticos e institucionales para reorientar el proceso globalizador en dirección a nuevos horizontes democráticos y hacia el logro del bienestar colectivo, la equidad y la justicia."