Ť Ni la Cruz Roja ni la ONU han podido determinar si se trata de ejecuciones sumarias
Hallan cerca de 600 cadáveres en Mazar-e-Sharif
Ť Miembros del CICR visitaron a 240 talibanes presos en la norteña ciudad afgana
REUTERS Y AFP
Ginebra, 22 de noviembre. Entre 400 y 600 cadáveres fueron hallados en Mazar-e-Sharif, ciudad ocupada por la Alianza del Norte desde hace más de una semana, cuando los talibanes abandonaron la plaza, pero no están claras las circunstancias en que se dieron los sucesos, informó hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
"Sé que se han encontrado entre 400 y 600 cadáveres y que hasta el momento 300 han sido enterrados", pero no puedo precisar cómo murieron, señaló la portavoz Macarena Aguilar, a la pregunta de si había víctimas que habrían sido ejecutadas sumariamente o si habrían caído en combate.
La caída de la estratégica ciudad norteña, cerca de la frontera con Uzbekistán, comenzó el derrumbe del talibán y dio paso a un rápido avance de la Alianza del Norte, que desde hacía años sólo controlaba 10 por ciento del territorio nacional, y que logró su reaparición gracias a los bombardeos estadunidenses sobre la milicia islámica.
Pero a los pocos días de la toma de Mazar-e-Sharif, la ONU comprobó que los aliancistas efectuaron ejecuciones sumarias, entre las que se aceptó una matanza de más de un centenar de jóvenes reclutas talibanes que habían quedado aislados en una escuela.
En términos similares se manifestó el responsable de operaciones para Asia Central y del Sur del CICR, Oliver Durr, quien anotó que "no podemos decir si esa gente fue ejecutada o murieron en los combates", luego de la entrada a la ciudad de los aliancistas el 9 de noviembre último, al mando del general uzbeko Abdul Rashid Dostam.
Los voceros del organismo internacional dijeron que también han tenido la oportunidad de visitar en la ciudad afgana a unos 240 prisioneros que oficialmente están detenidos y bajo custodia de la Alianza del Norte, y que estaban negociando con esa fuerza el ingreso a otros centros de detención.
Protección, no negociación
El director del CICR, Jakob Kellenberg, declaró en Islamabad que el papel del organismo está relacionado con la protección de los prisioneros y no con las negociaciones sobre una eventual rendición de los talibanes y sus aliados combatientes extranjeros en el reducto de Kunduz, otra plaza norteña de Afganistán.
Señaló que ellos han expresado sus temores por la suerte de esos miles de combatientes en Kunduz, y que así se lo han hecho saber tanto a la Alianza del Norte como a Estados Unidos e indicó que ese asunto ha sido tema de discusión del organismo a su cargo con el presidente paquistaní Pervez Musharraf y otros interlocutores.
Kellenberg apuntó que por ahora la interrogante primordial para el CICR, que ha destacado personal internacional en la vecina ciudad afgana de Taloqan, se refiere a quién se hará cargo de los prisioneros a la caída de Kunduz.
"¿Quién será la potencia que los detenga, quién aceptará la responsabilidad?", preguntó el funcionario. "Para mí, esa es la interrogante primordial", en aparente referencia sobre todo a los combatientes extranjeros que luchan al lado del talibán, entre los que destacan paquistaníes, chechenos y árabes, y que Estados Unidos ha dicho que quiere ver muertos o prisioneros.
Esta semana la ONU le preguntó al CICR sobre lo que podía hacer en Kunduz, a lo que el comité respondió que suministraría su servicio normal de registrar y visitar a los prisioneros. Pero, dijo, "lo que el CICR no puede hacer es involucrarse en negociaciones políticas sobre condiciones de rendición. Esa no es labor del CICR".
Esta misma semana la ONU rechazó una petición de los talibanes de Kunduz de actuar como ente neutral para rendirse ante ese organismo, al alegar que carecía de condiciones para el efecto, pues la milicia teme que sus fuerzas sean objeto de una masacre como las ocurridas en Mazar-e-Sharif en una rendición ante los aliancistas.
La Alianza del Norte ofreció una amnistía a los afganos que se rindan, lo cual ya habría sido aceptado. Sin embargo, este día había versiones contradictorias porque los extranjeros -no incluidos en la amnistía- parecían estar dispuestos a seguir luchando hasta morir al considerar que no tendrán compasión de ellos.
El gobierno de Pakistán, que previamente hizo un llamado a resolver "humanitariamente" el problema de los combatientes extranjeros atrapados en Kunduz, insistió hoy ante la representación del CICR en que tiene constancia de matanzas y reiteró su llamado a la comunidad internacional para evitar ese tipo de actos en Kunduz.