JUEVES Ť 22 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Tom Tykwer reinventa el lenguaje visual de anteriores cintas
Sorprende en Mazatlán la película alemana La princesa y el guerrero
JORGE CABALLERO ENVIADO
Mazatlan, 21 de noviembre. Bueno, pues llegó al Festival Internacional de Cine de Mazatlán una película sorprendente: La princesa y el guerrero, dirigida por Tom Tykwer (María mortal y Corre Lola corre), un derroche de creatividad visual/actoral/técnico que dejó con la boca abierta a los mazatlecos, crítica, jurado, invitados VIP y reporteros. Se temía que el joven cineasta alemán repitiera la fórmula de sus dos anteriores cintas por los comentarios de las personas que asistieron al festival Donostia en septiembre pasado, pero Tywer calló los rumores con un filme en el que reinventa el lenguaje visual que había empleado, un dominio pleno del manejo de cámara subjetiva/objetiva con tintes de interpelativa.
La princesa y el guerrero, protagonizada por Franka Potente, nuevamente potentísima después de su desperdicio/incursión en Inhala, narra la historia romántica posmo entre la enfermera/masturbadora de enfermos mentales Simone (Potente) y el freak/sicótico/criminal Bodo (Benno Furmann), que después de su encuentro en un accidente comienzan a escribir su propia historia para desatarse mentalmente/espiritualmente/carnalmente. La cinta se perfila como la ganadora del festival.
Otras cintas de competencia
Además se proyectaron otras dos películas más de competencia, Juegos bajo la luna, de la cual únicamente diremos que hizo que la gente se saliera de la sala, dejando sólo a los estoicos disciplinados que no soportaron los créditos que incluían a Arcelia Ramírez, Víctor Hugo Martín, Juana Acosta y Orlando Urdaneta, y dirigida por Mauricio Walerstein. La segunda fue la francesa El romance de Lulú, cursilísima historia de amor entre un vejete y una joven actriz aferrados a su relación. Un verdadero dolorcito de estómago dirigido por Pierre Olivier Scotto, con las actuaciones de Claire Keim y Thierry Lhermitte.
Pedro Infante no ha muerto
La película cuasi inédita Cuando habla el corazón (dimos referencias ayer), con el ídolo Pedro Infante, se proyectó gratuitamente en La Casa del Marino; la convocatoria fue copiosa sobre todo de lugareños que se diputan el lugar de nacimiento afirmando que no nació en la ciudad de Guamuchil, como se piensa, sino en este puerto. Lo cual reafirmó el estigma que reza: "Pedro Infante no ha muerto; vive en nuestros corazones", donde la gente volvió a rendir culto a esta estrella y hasta se vio a algunas parejas de jóvenes y viejos, que se abrazaban mientras veían plácidamente la cinta.
La Filmoteca de la UNAM presentó una buena restauración de la película para el goce del público, donde aparece un Pedro Infante regordete y extremadamente más campirano que de costumbre y con serias fallas; adelantaron que pronto la pasarán en exclusiva en el Cultisur de la UNAM; esté pendiente si es usted fan del máximo ídolo que han dado estas tierras.
Continúa las cancelaciones
En relación con la organización del festival parece que a todos los reporteros ya se les resbaló y decidieron tomárselo con más calma, aún no hay líneas telefónicas en la sala de prensa y sorprendentemente sólo hubo dos actos cancelados: la película italiana El inventor, de Lucio Lunerti, y Brava gente brasileña, de Lucía Murat, que no están en competencia, pero que pertenecen a la sección País Invitado y Mujeres Directoras.