JUEVES Ť 22 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

LAS LLAMADAS líneas de investigación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal en el caso Digna Ochoa, ventiladas en algunos medios en el últimos días, parecen ser filtraciones con las que la dependencia pretende dar legitimidad a sus indagaciones y de paso crear una cortina de humo frente a los datos más concisos y seguros que ha obtenido y que no apuntan hacia algún tipo de crimen pasional.

HASTA AHORA el sigilo era una de las armas más poderosas en manos del Ministerio Público, y se condenaba el trabajo del reportero cuando éste arrancaba, por sus propios medios, algunas verdades a las pesquisas policiacas. Pero ahora la filtración parece convertirse en la forma más segura de convertir alguna verdad remota en realidad mediática. "Hacer creer" es el lema.

DOS PARECEN los caminos escogidos por la dependencia judicial para no meter la nariz donde no la llaman, es decir, no ahondar en la investigación sobre la posible culpabilidad en el crimen de algunos miembros de las fuerzas armadas o grupos paramilitares.

LO MAS rápido es, sin duda, borrar los años y la frustración de quienes siempre trataron de evitar el trabajo de Digna, mediante la amenaza y el secuestro, para resolver la incógnita con la simpleza de un crimen pasional, creado desde la oscuridad de la información filtrada.

DE ESA manera se trató de resolver el crimen de Manuel Buendía, buscando pistas entre su gente cercana y haciendo partícipe a la prensa de supuestos datos que llevarían al esclarecimiento del asesinato. El resultado está a la vista de todos.

PERO NO es sólo aquel episodio, habrá que recordar cómo la verdad mediática pudo más que las indagaciones de la PGJDF y el crimen de Paco Stanley hasta el momento no ha sido resuelto.

POR LO pronto, en el caso de Digna las investigaciones también quieren implicar al Centro Pro, donde, según se dice, hubo rompimientos entre los miembros de ese organismo y la propia Digna, porque no se daba crédito a las amenazas que denunciaba la veracruzana.

TODO PARECE indicar que esta especie o bien ha sido descartada o por alguna razón no se le ha querido dar mayor importancia, pero sabemos de la mejor fuente que era, tal vez sea, una de las líneas de investigación que sostiene la procuraduría.

HABRIA QUE recordar, por si se le olvidó a la PGJDF, que en su último viaje a Guerrero Digna Ochoa iba con Harald Ihnming, uno de los investigadores de First Information Actión Network (FIAN), quien en su testimonio advierte que Digna fue quien le ayudó a escribir el informe que debería entregar a la ONG a la que pertenece, mismo que fue terminado cinco días antes del crimen.

IHNMING, CON el consentimiento de Digna, mencionó en su reporte la represión militar en la región visitada y luego del crimen agrega: "Me parece que la sospecha de una relación entre el viaje y el asesinato se fortalece (si se confirman las preguntas que los militares hicieron a pobladores de Banco Nuevo el 2 de octubre con respecto a Digna)".

EL PROCURADOR tiene frente a sí un reto muy difícil, pero no será buscando verdades mediáticas como lo resolverá. En esto, como en otras muchas investigaciones, deberá andar con pies de plomo.

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