JUEVES Ť 22 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Se estrena en el Julio Castillo la ''versión libérrima'' de la obra de Bertolt Brecht

Santa Juana de los mataderos plantea una crítica atroz contra el capitalismo salvaje, dice De Tavira

Ť El arte teatral es necesario para rescatar la dignidad del ser masificado, afirma

CARLOS PAUL

Una crítica feroz al capitalismo salvaje que nos tocó vivir, conjugada con diversas reflexiones acerca de cómo se ejerce y qué es la democracia frente a ese sistema económico, es lo que plantea, entre otros aspectos, la puesta en escena de Santa Juana de los mataderos, comenta el creador escénico Luis de Tavira, quien con Stefanie Weiss y Antonio Zúñiga realizó una versión libérrima de esta obra escrita por el dramaturgo alemán Bertolt Brecht entre 1929 y 1931.

BERTOLTHoy día, afirma De Tavira, ''el discurso dominante nos dice que el sistema en el que vivimos es el único, que no hay otro más que ese, y que desde ahí se levanta el proyecto de globalización, el cual no significa integración sino uniformación en el pensamiento único, que es de una miseria espiritual apabullante, como las leyes de la oferta y la demanda".

Son precisamente estas circunstancias, añade el creador escénico, las que Brecht plantea en su obra cuya anécdota gira en torno a la baja del mercado, cuando Pierpont Mauler, el rey de los empacadores de carne fría, firma un contrato para comprarles toda la producción a sus competidores con la intención de acaparar todo, mientras que Johana Dark, joven militante del Ejército de Salvación, es engañada al suponer que la operación financiera de Mauler era una respuesta a sus súplicas de salvar el mercado y evitar la catástrofe de los obreros amenazados por el desempleo.

El espectador, sujeto activo del teatro

En un mundo que vive sumergido en la confusión, en la violencia y la desesperanza, ¿cuál es la función del teatro, particularmente en la sociedad mexicana?, se cuestiona Luis de Tavira, y responde:

''Es una pregunta que todas las generaciones se han hecho en su momento, pero es rara la ocasión en que se ha tenido que plantear con tanta urgencia como hoy ocurre a nuestra generación.

''El reto -explica- debe asumirse, por un lado, desde el plano del valor estético y su cuestionamiento, y por otro, desde el ético."

Habría que cuestionar los modos de producción para hacer teatro en México, ya que ''producimos muchas obras, pero no hacemos teatro, no articulamos un discurso". De igual manera se debería reflexionar sobre la pertinencia de crear equipos teatrales estables y la identidad de eso que llamamos Compañía Nacional de Teatro, ''a la que no podemos renunciar, pero tampoco esperar que sus problemas se resuelvan mediante el enorme burocratismo y sindicalismo corrupto existente", expresa De Tavira.

''El artista teatral en nuestro país tiene que replantear la dignidad de su identidad y su arte, y ésta no puede encontrase de manera individual, sino sólo -y esta es mi postura- en el seno del elenco estable, que es el único capaz de generar un discurso y éste a su vez generar un público. Sin embargo, aquí habría que puntualizar: ¿quién es el público?

''Ya alguien lo definió: el público es el todo social, es la masa y la masa está alienada en los medios de consumo, y lo que ha cambiado es eso, el todo social, y este no puede ser el destinatario del teatro. El espectador de este arte tiene que ser replanteado como en otros momentos se ha hecho."

El espectador de teatro, añade, ''es la persona que ante todo es un ser pensante, consciente, y el sujeto de la democracia es la conciencia, no la capacidad de consumo. Por tanto, el espectador que buscamos es el sujeto inteligente, pero también el sujeto lúdico, la parte activa de esta fiesta que es el teatro".

De los rastros a la Bolsa de Valores

Santa Juana de los mataderos, cuyas acciones transcurren de manera alternativa en lo que se conoce como rastros y en los grandes espacios alfombrados de la bolsa de valores de una gran ciudad, es considerada por Luis de Tavira ''el experimento dramatúrgico más audaz de la historia reciente del teatro contemporáneo y una crítica atroz al capitalismo salvaje".

El texto, aclara De Tavira, ''se tradujo del original, porque a nuestra manera de ver, en las traducciones que circulan en castellano, el teatro de Bertolt Brecht no es reconocible.

''Ese trabajo se complementó con algunas preguntas que nos tuvimos que hacer como: ¿Todo lo que planteaba el comunismo estaba mal? ¿Qué no estaba mal? ¿Qué sigue siendo vigente? ¿Este sistema es el único posible? ¿No hay salida? ¿Tenemos que renunciar al pensamiento utópico? ¿La humanidad no va a cambiar? ¿Estamos condenados al infierno?, pregunta esta última encarnada en Juana Dark y que la expresa hoy de una manera distinta al momento en que Brecht la plantea."

Asimismo se tuvo que examinar ''la situación social en nuestros días, la alternativa de lo que hoy significa el valor de la democracia frente al valor del mercado, y nos preguntarnos:

''¿Es la democracia una reducción al mero consumo mercantil, como las campañas políticas que son campañas de mercado? ¿Es la democracia la omisión de responsabilidades de esas sociedades que se asocian en una conflagración violenta, como la guerra actual?

''¿No tienen las sociedades nada que decir a sus gobernantes que deciden entrar a una guerra, chantajeados por el miedo a perder su nivel de bienestar? ¿Qué es la democracia hoy frente al capitalismo salvaje, frente a la tiranía o al fascismo del mercado?"

Las anteriores fueron algunas de las cuestiones que contribuyeron al trabajo dramatúrgico y a la puesta en escena, cuya música fue creada ex profeso por el compositor Luis Rivero y será interpretada en vivo por la Banda Sinfónica de la Secretaría de Marina.

''Nuestra intención con este tipo de teatro -concluye el creador escénico Luis de Tavira- es radicalizar la relación con el espectador e incidir en su conciencia, rencontrarnos con él, rescatar la dignidad de la persona que se encuentra en una sociedad masificada. El teatro, por eso, hoy más que nunca es necesario."

Con escenografía e iluminación de Phillipe Amand, coreografía de Marco Antonio Silva, efectos especiales de Alejandro Jara y 25 actores en escena, Santa Juana de los mataderos tiene una duración de cuatro horas y media y se estrena hoy a las 20 horas en el teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional).