JUEVES Ť 22 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Destaca Luis Mier y Terán Casanueva las deficiencias de formación en este nivel

Conseguir más recursos y elevar la calidad de la docencia, propone el nuevo rector de la UAM

Ť Grave, la mala distribución de la oferta educativa superior, dice ante la Junta Directiva

JOSE GALAN

Los tiempos que vienen no parecen ser prometedores, y la Universidad Autónoma Metropolitana debe preparar a sus alumnos para la vida y el trabajo. Pero tiene que vencer "retos importantes" como el ingreso "definitivo" de profesores ya habilitados; estímulos académicos adecuados e ingresos dignos, y "activar políticas" de atracción de los mejores alumnos del nivel medio superior del país.

En su propuesta a la Junta Directiva que lo eligió como rector general para el periodo 2001-2005, cargo que ocupará a partir del primero de diciembre próximo, Luis Mier y Terán Casanueva sostuvo que si bien esa casa de estudios se ha convertido en un referente de vanguardia en el sistema de educación superior del país -"pues es una institución fuerte y democrática"-, debe aprovechar la riqueza académica de sus tres unidades y "reforzar el convencimiento de que juntos somos más fuertes, y sólo así formamos una comunidad universitaria completa".

Para ello propuso a la Junta Directiva la definición de la carrera académica; elevar la calidad de la docencia; vincular a los grupos de investigadores de las tres unidades; definir una política de preservación y difusión de la cultura para Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco; hacer revaloramientos internos y la búsqueda de más recursos económicos y llevar a cabo una administración más eficaz y transparente.

Además, establecer mecanismos que permitan el cambio de la planta académica y el retiro digno; incorporar a los trabajadores y al sindicato al proyecto institucional.

El que será noveno rector general de la UAM advierte que la educación superior en México, muy especialmente la pública, es un elemento esencial para el desarrollo del país y es, ante todo, "un factor determinante de cambio, de equidad y de justicia", por lo que debe inculcar los valores, normas y actitudes esenciales para la democracia.

Luego de destacar como problemas graves la falta de cobertura, la mala distribución de la oferta educativa superior, los bajos índices de eficiencia terminal, y las deficiencias de formación que llevan al subempleo y al desempleo y, por el otro lado, resaltar el avance de la participación privada en la educación superior, Mier y Terán Casanueva advirtió que en el caso del posgrado se crearon en la última década casi 2 mil programas nuevos, pero que gran parte de los 2 mil 500 programas existentes carecen de personal académico idóneo y de infraestructura suficiente para asegurar su calidad, pues sólo 500 están reconocidos en el Padrón de Posgrado de Excelencia del Conacyt.

Con trayectoria científica y administrativa, para Mier y Terán "la baja matrícula en las áreas de las ciencias exactas, ingenierías y tecnologías no proporciona una base sólida para sustentar el desarrollo nacional".

En el documento para la Junta Directiva argumenta que, para conseguir sus propósitos, la educación superior debe ser incluyente y fomentar las normas de convivencia y el debate abierto y razonado; debe incrementar la autonomía y la confianza entre sus miembros, así como rechazar todas las formas injustas de discriminación.

"Una sociedad que desea construir y mantener una democracia sólida debe tener educación superior vigorosa, pues necesita conocer e interpretar los fenómenos sociales que ocurren en ella, además de formar ciudadanos bien informados, capaces de tomar decisiones apropiadas", añadió. "La educación superior contribuye a crear prosperidad en un marco de paz, libertad, justicia, democracia y solidaridad".