JUEVES Ť 22 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

En 1979, la última generación de afganos que recibió educación

La última generación de afganos en recibir una educación completa fue la que terminó la escuela antes de la invasión de las tropas soviéticas, en diciembre de 1979. Desde entonces, dos décadas de guerra dejaron a dos generaciones sin ninguna formación.

"Mis hijos no tendrán una educación adecuada. Este es nuestro destino", dice Mira Khan, una refugiada afgana en Irán.

Aunque los soviéticos y los líderes comunistas locales pusieron escuelas a disposición de la población, la mayoría de los afganos rechazó acudir a establecimientos "no creyentes" en favor de las clases clandestinas que impartían los mujaidines antisoviéticos.

Pero esas clases eran dedicadas sobre todo a la incitación contra los invasores soviéticos a través de lecturas superficiales del Corán. Así, los alumnos no recibieron una educación básica en el sentido clásico, ni conocimientos religiosos adecuados.

"No nos hicimos ni mullahs ni doctores", dice Jalal, un refugiado afgano en Teherán de 32 años que solía asistir a las clases de los mujaidines.

Durante la invasión soviética, más de dos millones de afganos escaparon al vecino Irán -y otros dos millones a Pakistán- pero a causa de su estatus ilegal, los hijos de estos refugiados no tuvieron derecho a asistir a las escuelas iraníes, a pesar de las similitudes entre el idioma iraní y el dari afgano.

"Probablemente mis hijos también se transformarán en obreros o se involucrarán en el contrabando de mercancías desde los países limítrofes, como tantos otros afganos", dice Mira Khan. "Me pregunto quién construirá el país".

Para enfrentar este problema han comenzado a funcionar en Irán algunas escuelas elementales administradas por mujeres iraníes y afganas. Su objetivo es asegurar que, por lo menos, los niños afganos en Irán aprendan a leer y escribir.

Uno de estos establecimientos está en un suburbio occidental de Teherán llamado Qaleh Hassan Khan, donde una casa con sólo dos habitaciones se ha convertido en una escuela para niños afganos. Más de 350 alumnos reciben educación en esta escuela, que todavía no tiene nombre.

La falta de educación es el principal problema de los afganos. "Con un mínimo de educación el país nunca habría caído en su actual miseria", opina A. Ebrahimi, uno de los responsables de la escuela.

Los líderes tribales afganos como Karim Barahui, gobernador de la provincia de Nimruz, e Ismail Khan, líder de Heart, ya han apuntado que éste es el principal desafío para hacer viable la reconstrucción del país.

"Si el mundo se olvida de los niños afganos, el Afganistán de mañana no será diferente al de ayer", advirtió Barahui. "Y ya vimos lo que ocurrió". DPA