sabado Ť 17 Ť noviembre Ť 2001

Enrique Calderón A.

ƑLa ciudad más corrupta del país?

En días pasados, el licenciado Federico Reyes Heroles presentó ante los medios de comunicación los resultados de una encuesta sobre el tema de la corrupción, diseñada y elaborada por él, con el apoyo técnico de la empresa Berumen y siguiendo los lineamientos de las Naciones Unidas en la materia.

Al conocer algunos de sus resultados me vino a la mente otra encuesta elaborada hace diez o quince años por varias organizaciones médicas estadunidenses. El propósito de la encuesta era conocer los factores y hábitos que más influyen en la salud y en la enfermedad de las personas; para tal fin se había entrevistado a 10 mil hombres y mujeres sobre sus hábitos de vida social, incluyendo alimentación, deportes, ocupación, uso del tiempo libre, etcétera. Luego se hizo un seguimiento por varios años de toda esa población para conocer quiénes seguían sanos, quiénes habían enfermado y quiénes habían muerto y por qué causas.

Dos resultados sorprendentes eran que los mayores niveles de salud en el grupo de mujeres se daba entre las que usaban tacones altos, y entre los hombres la salud era mayor entre los que más asistían a fiestas nocturnas, de donde era posible inferir que los tacones altos y las fiestas constituían el mejor seguro para una vida larga y saludable. La conclusión era absurda por una razón muy sencilla, se estaban confundiendo las causas con las consecuencias; por lo demás la encuesta y su metodología eran incuestionables.

En el caso de la encuesta sobre corrupción se señala, seguramente con razón, que una de las variantes más comunes de los actos de corrupción está asociada con la comisión de infracciones por estacionamiento indebido de vehículos. Plantear que es la ciudad de México donde más frecuentemente se detectó esta conducta seguramente también es cierto, difícilmente podría haber sido por ejemplo en la sierra de Oaxaca o en los pueblos de Colima. De hecho, lo único que se podría inferir de la encuesta es que en el DF es donde más problemas de estacionamiento existen, en virtud de la densidad de automóviles.

Algo similar sucede con el uso del suelo. La corrupción está ligada a los trámites de regulación de la tierra, y los casos son más numerosos en la medida de la velocidad con que se ha dado el desbordamiento urbano, y como algunas zonas de la ciudad de México están identificadas entre las de mayor crecimiento en el país, no es sorprendente que esta forma de corrupción sea más intensa en el DF y la zona conurbada que en otras entidades con menor proporción de población urbana. Con ligeras variantes el proceso se repite en otros temas, en los que a mayor proporción urbana, mayor presión social y económica, que termina generando mayor corrupción.

No es que aquí trate de negar la existencia de corrupción en nuestra ciudad ni de minimizar la gravedad de este problema. Tampoco pongo en duda la metodología empleada ni su utilización en otros países. Lo que considero es que se le ha querido dar un uso que no tiene; pretender diferenciar las entidades del país para hacernos creer que en algunos lados somos más o menos corruptos, cuando lo que en realidad se está midiendo es dónde hay más problemas o demandas insatisfechas, termina poniendo en duda la intención original del proyecto.

Al decir que la ciudad de México o el Distrito Federal (que no son exactamente lo mismo) es la entidad con más propensión a la corrupción, conlleva a concluir que desde ahora, en la ficha política de López Obrador habrá de incluirse el haber sido el gobernador de la entidad más corrupta del país durante el periodo 2000-2006, con todo lo que ello implica. Esto desde luego no ha sido dicho por el licenciado Reyes Heroles (ya habrá otros que en su momento lo habrán de señalar), pero sus intenciones me resultaron evidentes durante un programa de televisión, en el que se analizaba la reciente elección de Michoacán, al comentar que el resultado era preocupante porque se trataba del cuarto Cárdenas que llegaba a la gubernatura, como si ello estuviese sancionado por la democracia. Ť