SABADO Ť 17 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Elegido en votación dividida del Episcopado Mexicano, a sugerencia del Vaticano

Norberto Rivera, gran canciller de la UPM

JOSE ANTONIO ROMAN

Con votación dividida, los obispos reunidos en su 72 asamblea plenaria aceptaron la "sugerencia" del Vaticano de elegir como gran canciller de la Universidad Pontificia de México (UPM) al cardenal Norberto Rivera, en lugar del presidente del Episcopado Mexicano, Luis Morales Reyes, a quien estatutariamente le corresponde dicho cargo como se venía haciendo desde la reapertura de esa casa de estudios en 1982.

La designación, según se prevé, será ratificada por Roma en unas semanas más, con lo cual el también arzobispo primado de México concentrará en su persona un número aun mayor de responsabilidades, pero también un mayor poder dentro de la jerarquía eclesiástica mexicana.

Aun cuando los obispos se negaron reiteradamente a dar informes de lo ocurrido en la sesión a puerta cerrada, hay versiones de que las posiciones se polarizaron y el vicepresidente del Episcopado, José Guadalupe Martín Rábago, obispo de la diócesis de León, dijo escuetamente que la votación fue por "mayoría", negándose a dar los resultados del escrutinio, los cuales serán enviados a Roma.

De esta forma, aunque la Conferencia del Episcopado continuará siendo la "propietaria" de la UPM, el gran canciller será, una vez que lo ratifique el Vaticano, el arzobispo metropolitano donde se ubica la institución.

Según la Pontificia Congregación para la Educación Católica -órgano que regula desde Roma toda la educación católica en el mundo- los graves problemas por los que atraviesa la UPM no se han podido resolver porque la posición estatutaria del gran canciller -que tradicionalmente ha sido el presidente en turno del Episcopado- no ha propiciado una continua y fuerte presencia en la vida de la universidad, generándose un "vacío de autoridad" que necesariamente es "ocupado por personas de menor rango y responsabilidad inferior".

Los obispos que propusieron la permanencia del presidente en turno del Episcopado como gran canciller, conforme lo establece el artículo 11 de los estatutos, argumentaron que el cardenal Rivera tiene ya, por su mismo cargo y las responsabilidades encomendadas desde Roma, demasiado trabajo que le impediría dedicarle tiempo suficiente, repitiéndose con ello la situación que presuntamente se ha dado con el presidente de la CEM.

Hay que recordar que el pasado agosto el cardenal Norberto Rivera inauguró en la delegación Xochimilco la Universidad Católica Lumen Gentium, cuya propietaria es la arquidiócesis de México.

Sin embargo, hubo obispos que durante el debate insistieron en que habría que tomar en cuenta la "sugerencia" enviada desde la curia romana, además de que el conjunto de los obispos asumieran con firmeza un compromiso con su universidad, enviando a la institución no sólo maestros y, cuando menos, dos estudiantes por diócesis, y tres por arquidiócesis, sino también recursos económicos para su sostenimiento.