SABADO Ť 17 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Ni Madrazo ni yo podemos orientar la reforma del PRI, dice el ex candidato presidencial

Todo puede ocurrir luego de la asamblea: Labastida

Ť Ambos colocamos al partido en un punto de quiebra que condujo a la derrota, acepta

ENRIQUE MENDEZ Y RENATO DAVALOS

Marcadas la tregua y las reglas de un compromiso para no "reventar" la 18 asamblea nacional de delegados, que inicia hoy, Francisco Labastida Ochoa sostiene que por el momento no hará "juicios descalificativos" de Roberto Madrazo Pintado. "Después del 20 de noviembre puede ocurrir cualquier cosa", desliza.

Para evitar un encuentro directo con el ex gobernador de Tabasco optó por asistir a las tribunas de Ixtapan de la Sal, donde se debatirá la política económica del PRI, y no a la mesa de estatutos, en Veracruz, en la que se definirá el tiempo y el método para el relevo en la dirigencia nacional del tricolor.

Afirma que ni él ni Madrazo pueden orientar la reforma del partido ni conducir la asamblea, porque sólo son militantes; eso sí, "amigos", porque al fin y al cabo las diferencias entre ambos "son del siglo pasado". Admite, empero, que los dos colocaron al PRI en un punto de quiebra que contribuyó a la derrota. "Ahí están las pruebas públicas", reconoce.

Zedillo actuó como presidente, no como militante

A un año y cuatro meses de que perdió las elecciones presidenciales del 2 de julio, elude la crítica a Ernesto Zedillo, pero delimita: "actuó como presidente, no como militante del partido".

labastida_v16cLabastida Ochoa acepta la entrevista en el que fue su cuartel de campaña en esta ciudad, una casona en la avenida Chapultepec, que el jefe de prensa del sonorense, Ignacio Lara, describe como "un laberinto".

-Mientras no sea el de la soledad.

-A veces -conviene Lara.

En conversación con La Jornada, Labastida comenta que no dudará de la palabra de Madrazo, "a menos que se violen los compromisos y los acuerdos que se han tomado."

-¿Cuál es la esencia de esos compromisos?

-Luchar por la unidad del partido, porque la asamblea sea sólo deliberativa.

-¿Cree que Madrazo tiene la estatura moral para encabezar al PRI, sobre todo por su pasado?

-Me voy a abstener de hacer juicios descalificativos de cualquier persona. Lo que conviene es no meterme en la lucha interna por el partido, y si me meto a dar opiniones no ayudaría a la unidad que estamos buscando.

-¿Está de acuerdo en que la derrota se atribuya a los errores del gobierno pasado, y que incluso se pida la expulsión de Carlos Salinas o de Ernesto Zedillo?

-Quienes piden expulsar a Zedillo dicen que no fue -así lo he leído- un buen líder del partido. Yo no voy a juzgar sobre eso. Actuó como mandatario y debía respetar la ley. Los priístas debemos acostumbrarnos a que el Presidente de la República tiene la obligación de cumplir la ley.

-¿Lo hizo bien?

-Hasta donde sé, actuó con honestidad. Sacó al país de una crisis económica muy severa.

-Sin embargo, Carlos Salinas lo responsabiliza de la derrota del 2 de julio de 2000.

-Sí, lo he leído. Se dice que no estuvo ligado al partido. Actuó como presidente, no como militante del partido.

-¿Se acuerda que sus compañeros lo querían 'enjuiciar' por reconocer, antes que usted, la victoria de Fox?

-Si iniciamos ese proceso corremos el riesgo de abrirle un expediente, como en la revolución francesa: un comité de salud pública y empezar a guillotinar cabezas. Sólo serviría para que las revanchas políticas se expresen.

-¿Y cómo encauzar, entonces, esa inquietud del priísmo?

-Hablando con ellos, exponiendo razones, y fíjese quién lo dice, ¡el candidato que perdió! Si el priísmo abre esto acabaría por dividirse.

-¿No hizo falta una explicación de usted y de Zedillo?

-El presidente no la jugó de candidato, sino de Presidente. No tiene por qué explicar una derrota que perteneció a un partido, no a él.

Huérfanos... pero libres

-¿Dónde debe descansar la gobernabilidad de un partido huérfano del tutelaje del Ejecutivo?

--Junto a la orfandad tiene algo muy valioso: la libertad. Una de las sorpresas más agradables de este periodo es ver que el uso de la libertad de los militantes nos permitió descubrir personas con ideas; después de estar sometidas a un régimen que inhibió su palabra, su libertad y pensamiento. El partido está ganando un activo muy valioso que todavía no hemos aquilatado.

-¿Ha previsto el riesgo de que la asamblea se desborde?

-No prever riesgos es insensato. Dicen que una de las artes de la política es prevenir, anticiparse.

-¿Llega el priísmo con esas 'artes' a la asamblea?

-Llega de todo, es un conjunto abigarrado en el que no todos tenemos la misma posición, pero el PRI debe dejar claro que no está envuelto en una lucha fratricida. Si podemos hacerlo, el partido tiene futuro.

-Por lo pronto, usted y Madrazo hicieron una tregua para evitar esa pugna.

-Sí, y parte de esta tregua es que no me estoy metiendo en la contienda ni tomando partido por ninguna persona. Después del 20 de noviembre puede ocurrir cualquier cosa, que sea sólo Roberto, que entren otros, no lo sé.

"Me parece que nuestro objetivo hoy, por lo menos el mío, debe ser que la asamblea salga bien y que el PRI se renueve, que quede muy claro que no andamos metidos en una pugna sólo por el poder, sino en una lucha en la que sabemos para qué lo queremos".

"Flexibilizar" los candados

-¿A favor o en contra de los candados-

-En esta época, en contra de los candados. Si queremos alianzas debemos flexibilizarlos.

-Dulce María Sauri dice que eran candados al presidente, no para los candidatos.

-Entiendo qué quiso decir ?pero ella lo tiene que afirmar?, que fueron para que no se impusiera desde la Presidencia a alguien sin vida partidista. Yo lo planteo así: ¿requiere o no el partido establecer o no alianzas? En algunos estados sí, pero eso implicará que se flexibilicen.

-¿El dirigente del PRI debe ser el candidato presidencial?

-No, porque si es candidato a la Presidencia se corre el riesgo de que trabaje para construir su candidatura. Es preferible que, si quiere competir por la Presidencia, renuncie cierto tiempo antes para que no exista la sospecha de que use al PRI.

Labastida Ochoa afirma que los priístas sí desean construir un nuevo partido. "Dennos el beneficio de la duda ?pide?; no nos creen, obviamente, pero tampoco pueden decir que no es cierto que lo podamos hacer".

-¿Y sobre qué bases se construye, cuando después de noviembre de 1999 sólo quedaron pedazos? ¿Con qué los van a pegar?

-El partido no es una mesa, es un todo único. Lo integran personas diferentes, no son pedazos de algo, nos aglutinan ideas, el proyecto de nación, aunque obviamente no todos piensan igual. Algunos se formarán en función de ellas y otros por el poder.

El ex secretario de Gobernación cuestiona el que la charla se limite sólo al partido. "A ustedes les parecerá que yo también, pero además estoy centrado en para qué queremos el poder".

-¿Y para qué lo quieren? ¿Para no repetir el pasado?

-¡No, sí hay que repetir parte del pasado! Otra parte no; es decir, no creo que en ningún país se diga "todo es blanco o todo es negro". Hay contrastes. La vida es así, y lo que pasa es que debemos tener la capacidad de autocrítica suficiente para no repetir los errores y vicios del pasado y tomar lo positivo.

-¿Qué harán para convencer de que la asamblea no está ya planchada-

-No lo está, y no descarto ninguna sorpresa. Ha habido diálogos con gobernadores, con diputados, con senadores, con cuadros políticos, con los candidatos... y nuestra opinión podrá ser tomada en cuenta, pero la asamblea es autónoma. Es un ejercicio nuevo, inédito, vamos a ver qué sale.