Ť Molotov, Ely Guerra, Julieta Venegas, El Gran Silencio y El Haragán, entre los participantes
Rockeros presentan disco tributo a Los Tigres del Norte
ARTURO CRUZ BARCENAS
"En la música, hoy todo es fusión; no se puede evitar, y es lógico: somos producto del mestizaje", expresaron los de Molotov, quienes así sintetizaron el porqué de su participación en el disco tributo a Los Tigres del Norte, presentado en conferencia de prensa realizada el pasado miércoles, en la disco Bulldog, de avenida Revolución y Rubens.
El cidí contiene 13 versiones de canciones famosas del grupo liderado por Jorge Hernández, El Tigre Mayor; todas se escuchan diferentes a las originales. Sorprende Ya te velé, con los Molotes, que hacen del corrido un rola tipo Rammstein. Se escucha más gruesa que una composición de Metallica.
Por su parte, Ely Guerra, una de las asistentes a la charla, canta La tumba falsa, de la que dice le "llega" porque en su familia hubo casos de hombres que abandonaron a sus mujeres. El Circo en la idea de La Maldita Vecindad, con su característico trucutú eslamero. El Gran Silencio se revienta América, chúntara y colombiana, con el sonido del acordeón en la superficie.
Botellita de Jerez toca el Jefe de jefes al ritmo del guacarrock. Fidel Nadal canta La puerta negra, con un rock polkeado; Pesdeyet le quita la suavidad a Golpes en el corazón, pero a ratos suelta el chuntata. Café Tacuba se echa Futurismo y traición, con un tono bachiano; la chuletita Julieta Venegas, con su aparente abúlico estilo, de chamaca valemadres, hace su versión de La jaula de oro.
La Barranca hace una versión sincopada de La banda del carro rojo, que sí se parece a la original, pero más lenta y a momentos gruecsa. Titán hace una pieza tecno de Pacas de a kilo; Los Lobos, una ranchera de El mojado acaudalado, y El Haragán y Compañía hace de Un día a la vez un rock callejero, para aullar a la luz de la Luna.
Raíces
Todos los músicos que asistieron a la conferencia de prensa coincideron en señalar la raíz popular y auténtica de Los Tigres. Algunos, como Los Malditos, dijeron que escuchan a los felinos desde que eran niños y que es motivo de orgullo haber interpretado una pieza de los norteños.
La quema de incienso para los rayados estuvo asfixiante. Tótem aparte, el que centró la plática fue Luis Antonio Alvarez. ¿Quién? El Haragán. Este señaló que él reconoce la popularidad de Los Tigres, cuya trayectoria se remonta a 1968, "y en muchos sentidos trabajamos para el mismo público".
Para el rockero Los Tigres son unos músicos amables. "Eso habla de su calidad como artistas y seres humanos. A mí no me costó trabajo hacer mi versión -de Un día a la vez-, porque es una canción muy sentida, con mensajes. Especialmente esa me llegó; lo único que tuve que hacer fue interpretarla, y ya".
Dice que como artista él se abre cada vez a más público. "Somos escuchados en varios ámbitos. Como Los Tigres, nosotros también tenemos arraigo con el pueblo; eso nos empuja a salir adelante".
La fiesta suponía un palomazo de Los Tigres con los roqueros, pero no hubo tal. Los músicos estaban más interesados en que los entrevistaran o en echar trago. No obstante, subieron dos de Molotov y dos de la Maldita. "¡Ese Mastuerzo, no te hagas güey y sube p'al palomazo!" Subió y se echaron la de Armándola de tos. "Esto fue Molotov de Jerez o Botellita de Molotov. Ahora ahí va Paranoico estilo cumbia." Fue todo.