VIERNES Ť 16 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť La reina del filin ''alternó'' con Lara, Pérez Prado, Gershwin y Farrés, entre otros

En Bellas Artes, Omara recobró a una Habana perdida en el tiempo

Ť El recinto de mármol registró un lleno de seguidores que corearon sus canciones

JUAN JOSE OLIVARES

Señoras y señores... con ustedes "la mujer más sexy: Omara Portuondo", fue el grito de presentación de La Dama del Buena Vista Social Club en el recital que ofreció la noche de ayer en el Palacio de Bellas Artes, que registró un lleno de seguidores que corearon la mayoría de sus interpretaciones.

portuondo_omara_j14rNoche de nostalgia, noche para recordar a los que, seguramente y aunque algunos muertos, "estuvieron en el proscenio" acompañando a La reina del filin, como Ernesto Duarte, Eusebio Delfin, María Teresa Vera -''la primera trovadora cubana"-, George Gershwin, Osvaldo Farres, Dámaso Pérez Prado, Agustín Lara y Miguel Matamoros, entre otros.

Omara, ataviada con un vestido color diosa Yemayá -azul profundo-, recorrió senderos de recuerdos y glamur de una Habana perdida en el tiempo. Aunque con tantos años-tablas, le fue fácil encontrarla. Desde el inicio se conectó con un público ávido de dibujar en sus mentes ambientes de sabor cubano. Poco a poco la candela fluctuó por cada recoveco del inmueble de mármol.

¿Dónde estabas tú? y Ella y yo abrieron el programa, que en ocasiones se interrumpía con la timba de fondo con la que Omara presentaba a sus músicos, por cierto de calidad excelsa. No importó a los presentes. Todo le perdonaron a una emocionada Omara, que pareció ser una gran chiquilla con juguete nuevo. Vereda tropical, que inmortalizara Lupita Palomera, y 20 años se establecieron como el hilo conductor de imágenes de cabaret de década de los años treinta. Son montuno, mambo, rumba, bolero y guajira y el dulce canto de Portuondo se volvieron por instantes arrullos de cuna con No me llores más de Arsenio Rodríguez (para algunos el Rey del Son), que la señora gesticuló para erizar la piel de varios.

Qué le vamos a hacer (otra de María Teresa Vera) sonó y el ritmo y los aplausos subieron de tono. La impotencia era el no poder bailar. Pero ella lo hizo por todos al regalar unos lerdos pasitos a la par de su tresero Gilberto Oviedo La Portilla.

La dama se tomó un receso, que cubrió de maravilla el trompetista Miguel Valdés, con unos solos que más bien fueron los gritos de una educada trompeta; un homenaje a Manuel Huajiro Mirabal. Volvió Omara con su versión de El hombre que yo amé, de Gershwin. Silencios... y el canto general se escuchó de nuevo con la pieza de Osvaldo Farrés, Quizás, quizás, quizás.

La sitiera, Quimbombo quimbombo, No me vayas a engañar y Lágrimas negras fueron piezas que consolidaron a "la más sexy", quizá con la ayuda de todos los buenos babalaos yorubas, como ya lo había hecho en 1999 cuando cantó como invitada de los Afro Cuban All Stars, y en enero de este año en el Auditorio Nacional, con el Buena Vista Social Club, que poco se extrañó por el estupendo soporte de una muy buena orquesta integrada por Rolando Marcelino Baro (piano), Alejandro García (bajo), Gilberto Oviedo (tres), Rodolfo Valdés (paila-percusión), Chiang Liang Pérez (congas), Julio Guerra (bongoes y campana), Antonio Vidal (trombón), Miguel Valdés (trompeta), Roberto García (trompeta), Cesco Hernández (sax), Raúl Nacianceno (sax), Francisco García (trombón y dirección) y Miguel Antuna (sax barítono).