VIERNES Ť 16 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Recital del escritor a propósito de su nuevo libro Antología personal

La poesía es el referente más luminoso de cualquier época de la humanidad, opina Carlos Montemayor

CESAR GÜEMES

La personalidad escritural de Carlos Montemayor se divide claramente en dos partes: la dedicada al análisis político y la que, de forma privada, se entrega a la poesía. Para el autor de libros como Guerra en el paraíso no hay contradicción, sino complementariedad. Así lo demostró la noche de este miércoles en la Casa del Tiempo, cuando sin presentadores de por medio ofreció un recital a propósito de su más reciente obra, Antología personal (UAM). Ahí dio a conocer su teoría y su práctica, el quehacer en el que, como dijo luego en entrevista, se sustenta gran parte de su estrecha relación con la literatura.

montemayor_libroA propósito de la propia definición de lo que el género es, dice Montemayor: ''La poesía es una forma de autoconocimiento. No la veo como un ornato del lenguaje. Siento al género como una vía, un camino, para entender a cabalidad una actitud vital, una vivencia interior, un deseo inexpresable o inexpresado o incluso la memoria. Yo era muy niño cuando mi padre me llevó, no recuerdo en qué año, por vez primera a un pueblo abandonado que en aquel tiempo estaba separado de Parral. Y recuerdo que al bajar de la camioneta me sorprendió el ruido de la tierra y el color rojizo que tenía. Ese ruido, esa presencia, me asombró porque así como descubrí que la tierra estaba presente a partir del sonido, me di cuenta de que yo también estaba ahí, oyéndola. Esa sensación de que yo estuviera ahí no la podía expresar, pero la recuerdo: la tierra tenía una identidad y yo también.

''Desde ese entonces creo que más que sentir la tierra, la escucho, y entonces tengo la idea de que no solamente la lluvia o el viento tienen voz, sino también la luminosidad del sol, las estrellas, las noches puras de un paisaje desértico como el de Parral, que permite un cielo muy despejado. Así como siento el ruido de la tierra, que puede ser el propio silencio que ensordece, me doy cuenta de que la luminosidad tiene una voz y que la tierra habla. Esto por supuesto no tiene nada que ver con mis actitudes políticas, mis análisis del mundo indígena del país ni con las guerrillas en México, sino con el contacto de la tierra."

Un motor inmóvil que mueve todo

-¿Habrá en usted dos seres que se llamen igual y que se dediquen a actividades tan disímbolas como es el ensayo político y la escritura de poesía?

-Me siento fundamentalmente un poeta, desde siempre. La poesía me ha ayudado a reflexionar sobre muchos aspectos de la literatura, la narrativa y también ha sido esencial para acercarme a las lenguas clásicas e indígenas. Cada vez me doy cuenta que las lenguas indígenas son una faceta diferente de las clásicas. La mayor parte de mis ensayos literarios a lo largo de muchos años han sido sobre poetas y la poesía, mientras que la mayor parte de mis estudios minuciosos o más técnicos han partido del análisis literario, lingüístico o poético de las lenguas indígenas. Para mí la poesía es el motor inmóvil que mueve todas las cosas.

-Además de la escritura se ha dedicado a la música. ¿Le agradaría ser más apreciado por sus capacidades musicales?

-No sé si afortunada o desafortunadamente no escribo para que me quieran o me odien. Escribo para aclararme muchas dimensiones de la vida que compartimos todos.

-¿Incluye ahí al lector?

-El lector es un referente muy importante en muchos momentos. El análisis político y el ensayo histórico toman en cuenta, sin que se lo propongan como un deber moral, una muy amplia gama de lectores posibles porque esos géneros buscan concurrir, influir en la conformación de la idea que tenemos del mundo social, del pasado, el presente e incluso del futuro. Por tanto son vehículos de expresión o fuerzas que requieren de manera consciente el referente del lector múltiple o particular. En los otros géneros creo que el lector está simbolizado o representado fundamentalmente por el propio ejercicio crítico del autor. En la medida que el autor sienta que el texto que está escribiendo, sea poesía, cuento o relato, lo expresa a profundidad, supondrá que cualquier lector que tenga una vivencia semejante a la suya compartirá esa misma perspectiva.

-¿Qué tanto siente que se arriesga al entregarse en su trabajo poético?

-Parto del principio de que toda literatura es un ejercicio de reflexión, pero la poesía es una reflexión que por su propia naturaleza excepcional con el idioma cala más profundo en la conciencia humana. Y lo que está en juego no es desnudar a un individuo o a una unidad con una posible biografía concreta, sino llegar más a profundidad en lo que es la experiencia humana o la conciencia de las experiencias humanas. Desde ese punto de vista la poesía es el referente más luminoso de cualquier época de la humanidad para entenderla.