Ť Luego de siete años, regresa al país para presentarse en el Palacio de Bellas Artes
Atacar a la población civil es un retroceso para la humanidad, alerta Barbara Hendricks
Ť Los niños son los que más tienen el sentido de la justicia, dice la embajadora del ACNUR
Ť Cuando interpreto una obra de Mozart es como si lo tuviera a mi lado, relata la soprano
ANGEL VARGAS
La soprano Barbara Hendricks manifiesta su preocupación por los embates bélicos de Estados Unidos contra Afganistán. Considera que cualquier ataque contra la población civil representa un retroceso para la humanidad y hace un llamado para detener los que ahora se suscitan en ese país de Medio Oriente. También, abre una interrogante: ''¿Cuál será el final de lo que comenzó el 11 de septiembre?"
La artista habla con la autoridad que le confiere su cargo como embajadora de buena voluntad del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), así como su arduo trabajo como defensora de los derechos humanos. Tal labor humanitaria le ha valido un sinfín de reconocimientos, el más reciente fue el Príncipe de Asturias.
Alto a los ataques contra civiles
Luego de una ausencia de siete años, Hendricks regresa a México para presentarse el miércoles próximo en el Palacio de Bellas Artes (a las 20 horas), acompañada por la UBS Verbier Festival Youth Orchestra, agrupación integrada el año pasado por 108 jóvenes músicos de 29 países.
El recital servirá para corroborar por qué es ella una de las principales intérpretes de Mozart, pues el programa incluye algunas arias del genio de Salzburgo. El concierto incluye asimismo el Vals y escena de la carta de Eugenio Oneguin, de Chaikovski, y Titán, sinfonía número uno de Mahler.
Vía telefónica desde Barcelona, la soprano, entre otros temas, expresa su postura sobre los atentados contra Nueva York y lo que se ha desencadenado a partir de esos hechos:
''Todos vivimos en un estado de enorme confusión. La mayoría de los ciudadanos estamos desinformados de gran parte de nuestra actualidad, excepto de los ataques. Me conmueve ver detrás de ese escenario la gran solidaridad de la gente en Nueva York. Tengo la esperanza de que las acciones que se han tomado den como resultado el fin del terrorismo. Pero, ciertamente, es terrible que las víctimas sean civiles. La guerra ahora es contra las poblaciones y no contra las líneas militares. Ese es un retroceso para la humanidad. Debemos poner alto a los ataques a civiles.
''Nací en Estados Unidos, aunque adopté otra nacionalidad, una europea. Tengo en mi corazón a Estados Unidos, lo mismo que a la ciudad de Nueva York, pues allí estudié. Estoy sumamente confundida. Y lo único que puedo pensar es: ¿adónde nos va a llevar esto? ¿Cuál será el final de lo que comenzó el 11 de septiembre?
''Espero que al final estemos discutiendo no sólo los ataques, sino también las causas que nos llevaron a ellos. Me gustarían ver el juicio de los que realizaron los ataques, pero sería más democrático para nosotros encontrar soluciones. Es muy importante que no olvidemos los principios de los derechos humanos, no podemos renunciar a su defensa en aras de obtener resultados más rápidos para el problema del terrorismo. Sin importar qué tan terrible u horroroso fue el ataque del 11 de septiembre, como lo han sido otros, no podemos hacer una excepción a nuestros principios."
Labor cívica de tiempo completo
-¿Cómo compagina su labor artística con el activismo humanitario?
-Soy embajadora del ACNUR desde 1987. He tenido que organizarme sin duda para combinar ambas facetas en mi vida. Las dos me son vitales. El trabajo que hago para la ONU es para atraer conciencia sobre la problemática que viven los refugiados y encontrar soluciones de una manera diferente a la vía diplomática.
-¿Cómo se gestó en usted tal necesidad y preocupación?
-Considero que los niños son los que más tienen el sentido de lo correcto, la justicia y la injusticia. Nací y crecí en el norte de Estados Unidos (Arkansas) y cuando tenía entre 8 y 9 años advertí que no tenía ningún derecho como ciudadano, era segregada como el resto de mi gente. Mi juventud me impedía participar para que esas condiciones cambiaran. Me sentía una refugiada en mi propio país.
''Los principios democráticos siempre me han sido muy importantes y desde ese entonces decidí que iba a destinar parte de mi vida para contribuir a acabar con esas condiciones y esas injusticias. Como ciudadana, hago mi trabajo de tiempo completo."
-¿Es deber del artista crear conciencia social y/o humanitaria, además de provocar el goce espiritual?
-No necesariamente. En lo personal, sin importar cuál fuera mi profesión, considero mi obligación como ciudadana tener mis convicciones, actuar de acuerdo con ellas y participar en la sociedad en que vivo. Pero como artista, debo transmitir fielmente lo que hago. Ese es mi otro deber. El arte es esencial para la vida humana. Sin él prácticamente estaríamos condenados a morir, porque es parte de nuestra evolución y forma de expresarnos.
-Finalmente, ¿se considera una intérprete eminentemente mozartiana? ¿Cómo se define como cantante?
-Siento una enorme admiración por Mozart, especialmente en mis conciertos de orquesta hay más Mozart que otros compositores, así que definitivamente sí, soy mozartiana. Lo he cantado desde hace 30 años, siempre me emociona y lo gozo. Cuando hago una obra suya es como si lo tuviera a mi lado.
''Me considero una cantante muy abierta y curiosa, tengo muy amplio repertorio, de todo tipo de música: desde barroca y contemporánea hasta jazz. Eso refleja mi curiosidad. Me gusta conocer lo más que pueda y cada parte de mi repertorio enriquece a la otra. Por ejemplo, cuando hago jazz ayuda a mi Mozart y viceversa."