VIERNES Ť 16 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Intensos combates en el bastión talibán; se desconoce quién controla la ciudad

Reanuda EU los bombardeos sobre Kandahar; mueren ocho civiles y 22 resultan heridos

Ť La aviación también ataca Kunduz, adonde se han replegado las fuerzas del mullah Omar

AFP, DPA Y REUTERS

Kabul, 15 de noviembre. La aviación estadunidense reanudó hoy los bombardeos sobre Kandahar, donde causó la muerte de al menos ocho civiles y 22 heridos, así como sobre la norteña provincia de Kunduz, donde los talibanes aún resisten, luego de que la opositora Alianza del Norte asegura controlar ya la mayor parte del país.

El gobierno de Islamabad desmintió afirmaciones de la Alianza del Norte de que tenía "personal militar paquistaní" en Kunduz, y movilizó tropas y tanques hacia el sur de su frontera con Afganistán para impedir una eventual salida por allí de Osama Bin Laden, aunque trascendió que en realidad se trataba de impedir un posible ingreso de combatientes talibanes que se han replegado hacia la región.

Durante la jornada de este día se manejaban versiones contradictorias sobre la situación de Kandahar, en relación a que el talibán aún mantenía su control o que la oposición ya la había tomado. En cualquier caso, se confirmó que en las inmediaciones tenían lugar fuertes combates y los ataques estadunidenses parecían comprobar que seguía en poder de la milicia islámica.

afghan_jazeera_c6mPero la contradicción se mantenía. "Kandahar está totalmente bajo control y los talibanes patrullan por la ciudad y sus alrededores", declaró el director del hospital central de la localidad, Bajit al Rahmane Zakri, en una entrevista por videoteléfono.

Esta fuente afirmó que los talibanes "están decididos a resistir hasta el final y no permitirán que nadie" tome la ciudad. Al respecto, otros responsables talibanes citados por la cadena de televisión árabe Al Jazeera afirmaron que Kandahar seguía en sus manos.

Fuentes de la Alianza del Norte también sostenían que los talibanes fueron expulsados de la ciudad por una rebelión de la población, lo que indicaba que ellos no la habían tomado. Más bien, el jefe pashtún Hamid Karzai informó que los combates allí son entre milicianos islámicos y grupos tribales hostiles a los talibanes, que ya tomaron el aeropuerto, y cuyas acciones han causado estragos.

Karzai, ex viceministro de Relaciones Exteriores del depuesto Burhanuddin Rabbani y allegado al ex rey afgano Mohammad Zahir Shah, dijo que ahora mantenía contactos con comandantes talibanes para negociar y convencerlos de que "lo que hacen no beneficia a los afganos ni a Afganistán".

Otros allegados al ex soberano afirmaron que una delegación de jefes tribales que representan a seis provincias afganas iban a ser enviados a Kandahar para negociar una rendición pacífica de los talibanes, que ya sólo conservan ese bastión y la provincia de Kunduz, donde la oposición mantiene el asedio bajo el paraguas de intensos bombardeos estadunidenses.

Un ex comandante identificado como mullah Malung señaló que el talibán mantenía un gobierno estable en la provincia de Kandahar, y que para evitar derramamiento de sangre se iba a enviar una shura, o delegación de ancianos para entrevistarse con el mullah Mohmmad Omar para buscar una solución.

Según Malung, los jefes tribales advirtieron a la Alianza del Norte, formada por minorías étnicas tadjikas, uzbekas y hazaras, que se mantenga alejada de Kandahar porque "nunca le permitiremos entrar y tomar la ciudad".

Omar ordenó a sus combatientes retirarse de la provincia central de Ghazni, ubicada entre Kabul y Kandahar, desde donde dirige las acciones el líder supremo del talibán. Uno de sus voceros afirmó que el mullah está bien y que "talibanes lo obedecen totalmente", y mantiene su postura de lanzar una guerra de guerrillas desde las montañas si llegan a perder todas las ciudades importantes.

Desde Peshawar, Pakistán, se informó que partieron miles de afganos rumbo a Jalalabad, la ciudad fronteriza que abandonaron los talibanes y cuya seguridad aún no ha sido restablecida. Tales fuerzas estarían bajo el mando de los comandantes pashtunes Haji Mohammad Zaman Ghamshareek y Haji Deen Mohammad, hermano de Abdul Haq, el líder pashtún ejecutado por los talibanes en octubre.

Como un signo de la situación que priva en las zonas no controladas por la Alianza del Norte, uno de sus responsables y embajador afgano reconocido por la ONU en India, Massud Jalili, pidió a los comandantes de las provincias mayoritariamente pashtunes del sur y del este --entre ellas Nangarhar y su capital Jalalabad-- que discutan sin demora un "acuerdo político" en Kabul, bajo su control.

Optan por la junta militar

La Alianza del Norte afirmó que no establecerá un gobierno provisional en Afganistán, pero sí una junta militar que administre Kabul hasta que se forme un gobierno pluralista. Esta junta la encabeza de hecho el ministro de Defensa aliancista, general Fahim Khan, comunicó un vocero.

El caudillo afgano de origen uzbeko, Abdul Rashim Dostum, que tiene el control de Mazar-e-Sharif, instó al talibán a rendirse aprovechando la "amnistía general" ofrecida por el líder aliancista Burhanuddin Rabbani, derrocado por el talibán en 1996.

Por lo pronto, los B-52 estadunidenses continuaron con los bombardeos sobre Kunduz, el último foco de resistencia talibán en el norte del país, hacia donde se replegaron. Allí, tienen el control de un perímetro de unos 20 kilómetros alrededor de la ciudad, un punto estratégico en medio de dos carreteras, la que va de Kabul a Tajikistán y la Mazar-e-Sharif (norte) a Toloqan, capital de Tajar.

Aunque miles de opositores aliancistas asedian la ciudad con el apoyo de la aviación estadunidense, se quejaron de que los talibanes son más que ellos al estimar que sumarían unos 30 mil combatientes, y que entre ellos habría unos 10 mil extranjeros de origen checheno, uzbeko, paquistaní y árabe.

El emisario especial estadunidense en la zona, James Dobbins, inició en Islamabad una ronda de contactos con las autoridades paquistaníes y jefes tribales afganos en el exilio en torno a la formación de un gonbierno amplio de transición.

La ONU, que reabrió sus oficinas de ACNUR en Afganistán, realizaba también "amplias consultas" con los diversos sectores afganos y el mayor número posible de países a fin de organizar cuanto antes la conferencia internacional sobre el futuro político del país afgano.