JUEVES Ť 15 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Países en desarrollo enfrentan a la UE por subsidios

Ciclo amplio de negociaciones, logra la OMC tras su encuentro en Qatar

AFP

Doha, Qatar, 14 de noviembre. Divisiones entre ricos y pobres, y de ricos y pobres entre sí, no impidieron que la Organización Mundial de Comercio (OMC) lanzara en Doha un ciclo amplio de negociaciones, qatar-wto-69aunque se dio dos años de plazo antes de abordar algunos de los temas más difíciles para los países en desarrollo.

Dos años después de la ''debacle de Seattle'' en diciembre de 1999, y después de discusiones muy difíciles que forzaron a prolongar la conferencia un sexto día, la OMC encontró los acomodos para lanzar negociaciones sobre los temas que interesaban a la mayoría y algunos que desagradaban a muchos.

Entre los primeros: agricultura, antidumping y la revisión de la puesta en práctica de los acuerdos de la Ronda Uruguay (1986-94).

Entre los segundos: inversiones, competencia, compras gubernamentales y medidas de facilitación del comercio, que sólo serán discutidos después de dos años, y la interacción entre medio ambiente y comercio, que los países en desarrollo aceptaron a empujones, a condición de que no se prejuzgue el resultado.

Lo que no pudo entrar fue la interacción entre normas laborales y comercio, bloqueada por los países menos desarrollados, que ven el tema como una nueva artimaña proteccionista de los países ricos.

El ''papel de villano''

Por una vez Estados Unidos se libró del papel de villano en la conferencia de la OMC, donde contribuyó a poner en ese papel a la Unión Europea (UE) y logró, además, reducir a un mínimo sus concesiones en materia comercial.

Usualmente enfrentado a los reclamos de los países en desarrollo, en esta ocasión Washington figuró como aliado de ellos contra la UE en el tema agrícola, bregando por el fin de los subsidios a las exportaciones.

En cambio, Los Quince, principales compradores de las exportaciones agrícolas del mundo en desarrollo, defendieron con tal ardor su política agrícola común que lograron irritar a la mayoría de sus socios.

Entre tanto, Estados Unidos adoptó un raro bajo perfil y se mostró flexible en los casos de las reglas antidumping y de las patentes medicinales, donde aparecía como principal antagonista de los países en desarrollo.

En ambos casos se lograron acuerdos -que los latinoamericanos consideraron victorias significativas- para revisar la aplicación de las normas antidumping y consagrar el derecho de los países a soslayar las patentes medicinales produciendo o comprando medicamentos genéricos baratos para enfrentar crisis de salud como la del sida.

El acuerdo en este punto lo trabajaron casi a solas Estados Unidos y Brasil, dijeron fuentes próximas a la negociación. Los estadunidenses se fueron así de Doha con una imagen mejorada desde el punto de vista de los países en desarrollo.

El negociador estadunidense, Robert Zoellick, dijo al finalizar la conferencia que su mayor satisfacción había sido ''trabajar estrechamente y en cooperación con los países en desarrollo, para abrir los mercados mundiales y en el tema de la salud''.

En cuanto a la revisión de las normas antidumping, un funcionario de Estados Unidos admitió que la flexibilidad de Zoellick le traerá problemas en casa, al haber aceptado abrir una rendija que podría debilitar al arsenal proteccionista de este país.