JUEVES Ť 15 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť El Presidente no puede usarlos discrecionalmente, afirma el ex canciller mexicano

"Vigentes", los principios constitucionales que nutren la política exterior: Bernardo Sepúlveda

KARINA AVILES

El ex secretario de Relaciones Exteriores, Bernardo Sepúlveda, rechazó que los principios constitucionales sobre las relaciones de México con el exterior hayan perdido vigencia por los cambios experimentados últimamente en el escenario internacional. Además, el mandato constitucional es unívoco, y no permite al Presidente hacer uso discrecional de esos principios y determinar cuáles de esas reglas aplicará y cuáles no, recalcó.

En la inauguración del noveno Foro Nacional de Política Exterior, que con el título Tradición y cambio en la política exterior de México organiza la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, expresó que México debe alejarse de nociones estratégico-militares o criterios policiacos para redefinir su concepto de seguridad nacional, pues asignar un nuevo significado a la seguridad nacional involucra entre otros elementos fortalecer la democracia y el respeto a los derechos humanos, así como alcanzar el desarrollo económico con justicia social y combatir corrupción y crimen organizado.

Los anteriores factores, añadió Sepúlveda, son también los ejes sobre los que se tienen que edificar las política interna y externa, "ya que éstas no son categorías independientes o mutuamente excluyentes, sino que se complementan e influencian recíprocamente".

Una prioridad nacional incuestionable se relaciona con el desarrollo económico con justicia social. Es un tema doméstico, pero puede servir de palanca a la política exterior, dijo.

Enfatizó que es preciso revertir la distorsionada imagen exterior de México en materias como democracia, derechos humanos y corrupción, por lo que consideró imperativo llevar adelante un gran proyecto para que la nación recupere su prestigio internacional, lo cual redundará en beneficios económicos.

Rechazó que los principios constitucionales sobre las relaciones de México con el exterior hayan perdido vigencia, y destacó que la política exterior mexicana ha proyectado la naturaleza de la identidad nacional y servido al Estado para salvaguardar intereses fundamentales como integridad territorial, explotación y aprovechamiento de los recursos naturales, y evitar que políticas de fuerza y conflicto permanente frustren la integración de un sistema internacional ordenado.

El hilo conductor de esa política ha sido el logro del bienestar de los mexicanos. No obstante, los diversos programas ejecutados para tal fin, unos orientados a privilegiar el mercado y otros a asignar un papel mayor al gobierno, lograron resultados muy dispares, añadió.

Por su parte, el director de la FCPS, Fernando Pérez Correa, señaló que muchos valores incorporados a las normas que orientan las relaciones de México con otros países prevalecen, pero hay quienes los critican por considerarlos anacrónicos. El presidente Fox optó, con escaso apoyo social, por promover una política exterior cuyo pragmatismo trastoca dichas normas constitucionales, añadió.