JUEVES Ť 15 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Formalmente, ambos bandos luchan contra el talibán; el riesgo, que ahora peleen entre sí
Minorías del norte y pashtunes del sur aspiran a ocupar el vacío de poder en Afganistán
Ť Líder opositor califica de imposible un virtual gobierno de transición encabezado por Rabbani
JUAN PABLO DUCH ENVIADO
Tashkent, 14 de noviembre. Con el retiro de las milicias talibanes de prácticamente la totalidad de las ciudades del vecino país, en Afganistán empiezan a perfilarse dos polos -las minorías étnicas del norte y los pashtunes del sur- que aspiran a ocupar el vacío de poder dejado por el régimen integrista.
Esta tendencia adquirió rasgos preocupantes este miércoles. Mientras la Alianza del Norte dio claras muestras de querer consolidarse en Kabul, el retorno a la capital de Burhanuddin Rabbani, que insiste en ser considerado "presidente legítimo", sólo complica más las cosas; además, los líderes de tribus pashtunes ocuparon cinco provincias del sur.
Formalmente, unos y otros luchan contra el régimen talibán, pero el riesgo es que terminen luchando entre sí, de no encontrarse una fórmula equilibrada de gobierno de transición que satisfaga a todos.
En la historia reciente de Afganistán, a partir de la salida de las tropas soviéticas después de diez años de ocupación, las guerras intestinas han sido una constante. Sobran los ejemplos de frecuentes cambios de bando de los principales protagonistas, los mismos que ahora vuelven a ser aliados coyunturales.
Por ejemplo, el general uzbeko Rashid Dostum: primero combatió del lado de los soviéticos, apoyó al gobierno de Nadjibullah, se alió con Gulbuddin Hekmatyar (pashtún) para derrocar a Nadjibullah, instalado el gobierno de Rabbani (tadjiko) se distanció de Hekmatyar, luchó contra Ahmad Massud (tadjiko) por el norte del país, perdió Mazar-e-Sharif por una traición urdida por los talibanes, se exilió en Turquía y Uzbekistán, regresó poco después del comienzo de los bombardeos estadunidenses para aliarse con Rabbani y ahora reconquistó su feudo.
Cada una de las figuras de la oposición, sea representante del norte o pashtún, tiene una trayectoria similar a la zigzagueante de Dostum y, en mucho, la llegada al poder de los talibanes en septiembre de 1996 fue precisamente por las desavenencias de sus actuales rivales que estaban en el gobierno.
Afloran las diferencias
Quizá sea prematuro vaticinar que la historia volverá a repetirse, pero tampoco debe descartarse que las diferencias que comienzan a aflorar entre los distintos grupos de la oposición creen un contexto favorable para los talibanes, que parecen haber apostado por la guerra de guerrillas, como sugeriría su repliegue a las montañas y la facilidad con que entregaron las principales ciudades del país.
Al mismo tiempo, es evidente que la Alianza del Norte no tiene capacidad para gobernar todo Afganistán, como lo es también que los pashtunes no están dispuestos a permitirlo.
Aunque la Alianza proclama cada día tener bajo control un porcentaje mayor de territorio afgano, en realidad la zona del sur que fue dejada este miércoles por los talibanes quedó en manos de jefes tribales pashtunes.
Así sucedió en las provincias de Logar, Kunar, Nangahar, Laghman y Uruzgan. Hay datos contradictorios sobre lo que está pasando en Paktia y Kandahar, que según algunas versiones también estarían ya dominadas por caudillos pashtunes.
Es difícil saber hasta qué punto el retiro de los talibanes de esas regiones del sur transcurrió como parte de la misma estrategia seguida en el norte, o fue producto de una sublevación de jefes tribales que de ese modo buscan no ser marginados del reparto del poder y, sobre todo, mantener sus respectivos feudos.
Los talibanes dicen que mantienen Kandahar, pero otras fuentes aseguran que esta noche entraron en la ciudad cerca de 5 mil combatientes pashtunes vinculados a Hamid Karzai.
Lo cierto es que la aviación estadunidense bombardeó hoy las regiones del sur y fueron desembarcados ahí grupos de fuerzas especiales, con la misión de localizar y capturar a Osama Bin Laden y a su yerno, el mullah Mohamed Omar, líder máximo de los talibanes.
Voceros de los integristas aseguran que ambos están a salvo y no faltan las versiones que señalan que incluso podrían haber salido del país. De su lado, el llamado canciller de la Alianza del Norte, Abdullah Abdullah, prometió que si lograban detener a Osama Bin Laden y a Omar, ambos serían sometidos a juicio.
La situación en Jalalabad, tras dos días de incertidumbre, está en calma desde que asumió el control de esa ciudad Yunus Jalis, líder pashtún que encabeza una de las facciones del Partido Islámico de Afganistán. Como dato ilustrativo del caos que reina en Afganistán, la otra facción es la de Gulbuddin Hekmatyar, que continúa exiliado en Irán y amenazó con volver para pelear del lado de los talibanes.
Jalis, en un gesto muy significativo, proclamó hoy un "gobierno provisional" en Jalalabad para "evitar desórdenes". Ocurrió unas horas después de que Burhanu-ddin Rabbani, el líder formal de la Alianza del Norte, regresó a Kabul para reasumir sus funciones de "presidente legítimo" de Afganistán.
En un doble juego muy peligroso, Rabbani nombró ministros de Defensa, del Interior y de Relaciones Exteriores e invitó a todos los grupos de la oposición afgana a reunirse en Kabul para hablar de la composición del gobierno de coalición.
Con ello dio a entender que se propone negociar desde la posición de fuerza que le da a los tadjikos el haber ocupado Kabul, en contra de la exigencia de Estados Unidos y, de hecho, sin esperarlo tan pronto, beneficiándose de la circunstancia del repentino retiro talibán.
Uno de los dirigentes de la Alianza del Norte, Yunis Qanuni, planteó hoy un imposible al decir que Rabbani será designado a la brevedad jefe de un "gobierno de transición, que convocará elecciones dentro de dos años", y ello sin desentenderse de su compromiso de conformar un consejo de unidad nacional que refleje los intereses de todos los grupos étnicos afganos.
Estados Unidos y los pashtunes afincados en Pakistán rechazan esa perspectiva y promueven la celebración de una gran asamblea tribal. También insisten en que se debe negociar un arreglo político afgano en un sitio neutral, bajo la fórmula diseñada por la Organización de Naciones Unidas, que otorga un papel preponderante al grupo étnico mayoritario y a una figura de origen pashtún que pueda encarnar el propósito de conciliar a todos los afganos.
Emiratos Arabes Unidos se ofreció como sede de dicha reunión. No es claro si se piensa invitar también a representantes de los llamados "talibanes moderados", pero hasta el 22 de septiembre pasado, Emiratos era uno de los tres países que mantenía relaciones diplomáticas con el régimen talibán.
Por su parte, Qatar, que ejerce la presidencia en turno de la Organización de la Conferencia Islámica, manifestó hoy su disposición a acoger una reunión análoga, bajo el patrocinio de la comunidad musulmana y con participación de las principales fuerzas políticas afganas. Tampoco se precisó si los "talibanes moderados" estaban considerados entre los invitados a negociar.
El secretario de Defensa británico, en Tashkent
Geoff Hoon, secretario de Defensa británico, se entrevistó hoy aquí con el presidente Islam Karimov y, según trascendió, Uzbekistán accedió a prestar una de sus bases militares, desde donde serán llevados en helicópteros a la región de Mazar-e-Sharif, en Afganistán, los soldados británicos que ayer recibieron órdenes de entrar en estado de máxima alerta en un plazo de 48 horas.
Como es su costumbre, el gobierno uzbeko no reconoció públicamente este acuerdo y el colega de Hoon, Kadyr Guliamov, destacó que una parte "muy importante" de las negociaciones se centró en el tema de la ayuda humanitaria a Afganistán.
Sin embargo, en la rueda de prensa, Guliamov confirmó que el puente de Termez, la vía más eficaz y directa para transportar dicha ayuda, seguirá cerrado.
"La apertura del puente será estudiada sólo después de que se normalice la situación en el norte de Afganistán y cuando se den las condiciones necesarias de seguridad", expresó Guliamov sin comprometer una fecha, ni siquiera aproximada.
En tanto, hoy mismo cruzó el río Amudaria la primera embarcación con cargamento humanitario hacia el puerto fluvial de Jairaton con 50 toneladas de harina de trigo, 10 mil abrigos, mil 300 pares de botas de invierno y 2 mil cobertores, entre otros artículos de primera necesidad, según informó la oficina de la ONU en Termez.
Esta buena noticia para los refugiados tuvo su contraparte negativa en la decisión del UNICEF (Fondo para la Infancia de la ONU) de suspender temporalmente la ayuda humanitaria en el norte de Afganistán, después de que varios camiones que se disponían a repartir un cargamento que llegó por la vía aérea fueron detenidos por soldados de Dostum.
El incidente ocurrió ayer en Mazar-e-Sharif y, de los ocho camiones, desaparecieron dos. Se teme que los choferes pudieron haber sido asesinados para robar la carga.